21: La granja de los Charlies

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Estaba viendo el paisaje que se podía apreciar luego de conducir una hora hacia las afueras, hasta que finalmente llegamos. El lugar era inmenso, espacios verdes, árboles y flores. Las cabañas individuales eran rusticas y tenía una vista preciosa al río. Era como un cuento.

- Te luciste, sheriff – bromeo, sonríe y baja del auto –

No tengo mucho tiempo para sobre pensar lo que esta salida podía significar o lo que los besos espontáneos podían hacerme sentir porque mi papá llama.

- Hola, papá – digo –

- Hola, Cassie, ¿llegaste bien? – pregunta –

- Sí, aún no estoy con Haley porque quiero hacer unas cosas mías, pero pronto iré – respondo –

- Genial, cuidate – dice y asiento, aunque no me ve –

- ¿Qué harán ustedes hoy? – pregunto –

- Bueno ya que ayer no pudimos salir a la cita y hoy nos canceló James, tendremos una cita en casa – escucho la felicidad en su voz, pero también un deje de tristeza al otro lado - ¡Diviértete, Cassie! Nos vemos, mañana –

- Chao, papá –

Suspiro pesadamente y me sobresalto cuando James abre mi puerta.

- ¿Todo bien? – oculta la sonrisa de su rostro por haberme asustado sin intención –

- Todo bien – digo saliendo del auto –

Caminamos hasta la cabaña principal donde estaba recepción y el restaurante. En el camino había bastantes mariposas, moscas y moscos, abejas y lo sé porque me aterro en cada zumbido.

- Tal vez no fue la mejor idea – le digo tomando su brazo –

- Tal vez no, pero al menos podemos ir al restaurante y vi que tienen una capsula que es un espacio cerrado para ver las estrellas –

- Que romántico – digo moviendo mi mano para que la mariposa que me sigue se vaya –

Llegamos a recepción donde nos atiende una chica y nos da las indicaciones, llaves y menús por si queremos pedir desde la cabaña.

- Son una pareja muy bonita, ¿cuánto tiempo llevan de casados? – pregunta la chica asumiendo que uno de los múltiples anillos que llevo en el dedo índice y anular es de matrimonio –

- Hm, no – interrumpo a James –

- Recién casados – digo mirándolo con una mirada tierna, a lo que solo aprieta los labios –

- ¿De verdad? – chilla emocionada y saca un arreglo con algunos muffins, frutillas y flores – La pareja de recién casados que venía lo cancelo, se canceló la boda, – menciona bien bajo ella - así que me pidieron que regalemos esto a algún matrimonio y no ha llegado ninguna pareja casada, ¡solo ustedes!

Solo sonrío, asiento y agradezco mientras me siento mal de haber recibido algo gratis por una mentira.

Llegamos a la cabaña, mientras cargo la pequeña canasta y es bonito. Un lugar pequeño, una cama grande, un closet, una mini nevera y la puerta del baño. Había una pequeña sección con un ventanal que permitía ver todo el paisaje una vez que corremos las cortinas. Dejo la canasta encima de la nevera.

- Merezco ser arrestada – digo tirándome en la cama boca arriba, se sienta a mi lado –

- ¿Cuántos crímenes más piensas cometer antes de entregarte? – juega y sonrío –

FiladelfiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora