Era domingo y estábamos a un día de Halloween. Sin embargo, mis padres me habían invitado a la reunión que los vecinos celebrarían esta noche en el parque y el lago. Había paso cinco días desde mi cumpleaños y no había venido. Y sé que si decía que no Joe se seguiría sintiendo mal. Así que me pongo el vestido negro con unos tacos negros, unas orejas blancas de conejo y unos bigotes. Fui en bus hasta la casa, pero no encontré a nadie por lo que supongo estarán en el parque. Antes de irme dejo abajo las fundas de mi habitación para llevármelas esta noche.
Camino con prosa por el vecindario, dejando que el viento helado me congele hasta la última entraña. Y ruego que congele mis nervios y emoción por ver a James. Al llegar el parque está como aquella vez del domingo de comunidad, solo que ahora de noche, había varios grupos de personas conversando entre sí, música baja, una mesa con comida y lago artificial con sus decorados y bien alumbrado en la noche.
Me empezaba a sentir mejor, veía lo de Joe como un error de ebrio y nada más. Y luego me emocionaba saber que así se sentía estar enamorada y con el corazón roto.
Busco entre los grupos a mis padres o James, sin embargo, no veo a nadie. Hasta que los veo en un grupo apartado los tres y ella. No quiero acercarme, no con ella ahí. La forma en la que sostiene a James del brazo y como se ríe con mis padres, como si ahora fueran una cita doble.
Diría que surgió una emergencia, ¿pero qué emergencia? ¿Algo del trabajo? ¿Qué emergencia hay cuando eres ayudante de docentes de música un domingo por la noche? ¿Una urgencia con Haley? No, querrían venir. ¿En el departamento? También querrían venir.
- Parece que va a explotar tu cabeza – juega la voz conocida de Morgan –
- Tengo un dolor de cabeza horrible – digo volteando a verlo, sonríe genuinamente alegre de verme –
- Que bueno verte, Cassie –
- Sabes mi mejor amiga dijo que debía conseguir amigos aquí, supongo que te puedo decir amigo ahora que vivimos cerca – digo intentando sonar casual y simplemente asiente con realización en su cabeza –
- Pensé que tu interés en mí era de otra forma – juega antes de dar un trago de su vaso –
- Creo que te demoraste un poco – respondo, solo quiero dejar claro que no estaba interesada –
- Lamento haberme demorado, entonces – sonríe de lado –
Se acerca a mí, supongo que me dirá algo, pero entonces me besa. Un beso corto, su mano se posa en cintura y la otra en mi mejilla, no voy a hacer una escena. Y peor cuando media mesa de algunos uniformados como policías y bomberos aúllan de emoción por él. Aprieto mi mandíbula de la vergüenza.
- ¿Sigue siendo tarde? – pregunta y aunque sé que él no debió haberlo hecho sin mi consentimiento, no lo hizo con malicia, me di a entender mal –
- Yo, am – lo halo un poco lejos de la mesa para que nadie escuche – no me refería a eso cuando dije que te demoraste, me exprese mal – su rostro cae entre la comprensión y el arrepentimiento –
- Cassie, lo siento mucho, yo pensé que me estabas pidiendo que haga algo para empezar a salir – dice él exasperado y culpable –
- Lo sé, me explique mal, no estoy interesada en salir ahora mismo – respondo un poco neutra, porque eso no iba a reemplazar el bochorno –
No era una persona de demostraciones de afecto público, peor cuando era alguien en quien ni estaba interesada. El silencio es incómodo.
- Perdón – vuelve a decir –
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Filadelfia
RomansaDe forma inesperada Cassie y James se encuentran en una bar, un encuentro extraño que de alguna manera logra compaginarlos. Se forma una amistad singular donde reina la atracción mutua, ambos saben que está mal que esa amistad pase los límites. Más...