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El pelinegro lo cargó hasta su habitación sobre su hombro y luego lo depositó suavemente sobre la cama, aún resistente a hacerlo. Lo observó por un momento, detallando cada una de sus facciones, desde sus pequeñas y regordetas, sus largas y gruesas pestañas hasta las pecas en sus mejillas, quienes estaban un poco pálidas.

Fijándose mejor, notó que sus labios estaban lilas y sus manos estaban arrugadas y blancas. Frunció el ceño.

¿Por qué no estaba entrando en calor?

Su lobo bajó las orejitas, preocupado.

Se desesperó en el momento en el cuál recordó que los humanos no tenían la misma capacidad h piel gruesa que los cambiaformas, y lo cargó rápidamente pasando los brazos debajo de sus rodillas y espalda.

Corrió al baño con el humano en brazos, apoyándolo suavemente en el inodoro. Prendió la bañera, esperando a que esta se cargue, manteniendo un brazo estirado por si el humano se caía, pero éste parecía muy quieto en su lugar.

Uh... duh tonto, está inconsciente.

Cuando la bañera terminó de llenarse, la apagó y miró al humano, suspirando por lo que tendría que hacer.

Empezó a sacarle sus ropas con cuidado sin segundas intenciones, tan sólo preocupado por no ser tan brusco. El pequeño se veía tan frágil y débil que temió doblarlo o algo así... la verdad es que no sabe de anatomía humana, lo siento. Aunque se veía igual que él... en cierto sentido.

Incluso se atrevería a decir que con esas curvas y esa carita tierna parecía un omega, pero faltaba aquella característica que era muy importante.

El aroma.

Mientras él olía a madera y bosque lluvioso, el otro no olía a nada, y eso lo estaba molestando.

Y a su lobo.

¿Pero por qué molestaría eso a su lobo? ¿Por qué lo estaba poniendo triste?

Se consoló con la explicación de que nunca antes se había relacionado con humanos y que capaz sería algo normal.

Dejó que el cuerpo del rubio regrese poco a poco a su temperatura normal, mientras tanto lo bañó... o eso intentó porque casi se tropieza cuando la puerta del baño fue abierta bruscamente.

— ¿Qué se supone que es esto Jungkook? —iba a contestar pero un gruñido desde lo más profundo de su pecho lo interrumpió.

Los ojos de Namjoon se abrieron atónitos mientras veía como poco a poco Jungkook se iba poniendo cada vez más tenso y el gruñido iba incrementando. Decidió cerrar la puerta del baño como prevención y volvió a la sala, donde un Seokjin con los brazos cruzados lo miraba acusatoriamente.

— Te dije que no entraras allí, dale privacidad al pobre humano.

— Pero Jungkook-

— No me importa, el lo esta ayudando mientras tú sólo molestas. —lo agarró de la oreja y entre quejas del menor, lo llevó hasta su habitación— Ahoea quédate aquí sentadito y no te muevas.

— S-si.

El omega lo miró desde arriba con una sonrisa ladeada y salió de nuevo de la habitación, dejando al alfa con el orgullo pisoteado.

  El omega lo miró desde arriba con una sonrisa ladeada y salió de nuevo de la habitación, dejando al alfa con el orgullo pisoteado

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Destiny ©Kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora