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Jimin se encontraba forcejeando con Jungkook, quién se había puesto encima de el para tratar de silenciarlo.

— Q-quítate, ¡estamos desnudos!

— Tranquilizate Jimin, te explicaré todo.

— No entiendo nada. —Jungkook liberó feromonas tranquilizantes para ayudar al más bajo, quien cambió su mirada aterrada poco a poco— ¿qué está pasando? —susurró con miedo.

— Transmutaste ayer.

— E-eso lo recuerdo tonto, p-pero no entiendo ¿ME CONVERTISTE? —se alteró nuevamente, pero el mayor hizo presión con su cuerpo para inmovilizarlo.

— Cálmate. —ordenó— No lo hice, tú ya eras un lobo, solo no pudiste notarlo porque vivías como humano.

Ni Jungkook terminaba por entenderlo, pero tenía que tener total seguridad en lo que decía o el menor se alteraría de nuevo.

— Y-yo- ¿cómo es eso posible?

— Ni yo lo sé muy bien... ¿alguno de tus parientes pudo haber sido un cambiaformas?

— No conoci a mi abuelo... ni a mis padres. —ambos fruncieron el ceño— Viéndolo así es bastante probable.

Ambos estaban pensativos, ninguno llegaba a entender completamente la situación pero nada ganaban perdiendo la calma.

De repente el aroma a Almendras y Vainilla empezó a hacerse más notable.

— ¿J-jungkook? —un jadeo se escapó de sus labios.

— Huele mi cuello.

Jimin no se hizo de rogar y aspiró todo el aroma a madera que pudo, suspirando satisfecho. Codicioso, empujó al alfa, cambiando de posiciones y sentandose e su regazo, acercando su nariz nuevamente a la glándula aromática, gimiendo gracias a la satisfacción que sentía.

El alfa se dedicó a acariciar la espalda desnuda del -qué suponía que era- omega, ignorando la gran ereccion que estaba teniendo en esos momentos, siendo conciente de la posición y la desnudez de ambos.

Comprendió que el omega de Jimin sólo quería su aroma y sus mimos, así que eso era todo lo que iba a hacer. Capaz le estaba costando todo su autocontrol pero no había nada mejor que complacer a su destinado.

Su destinado.

Aquella palabra le producía no mariposas, sino toda una manada de lobos en su vientre.

— Quiero besitos. —el omega por fin se separó de su cuello, mostrando aquellos ojos morados por primera vez.

¡¿MORADOS?!

No bastaba ser un lobo blanco, algo muy raro de ver, sino también poseía los ojos de un hipnotizante color morado.

¿Se relacionará con el hecho de que el tiene los ojos dorados en vez de rojos como los demás alfas?

Su alfa se encontraba aullando con emoción, confirmándole el hecho de que era muy probable aquello.

Acercó su rostro al del omega, resoplando debido a la excitacion ignorada que sentía. Sus labios se rozaron, sin llegar a tocarse realmente.

Hasta que pasó.

Unieron sus labios, moviéndolos al instante en un beso lento y apasionado, el omega removiendose en su regazo.

Fue como un choque de electricidad. Había escuchado que besar a tu destinado era como devolver la electricidad a un edificio, te sentías de un momento a otro tan encendido y vivo que era imposible describirlo.

Jimin lo había hecho sentir como el maldito Las Vegas.

Sus manos apretaron sus caderas y el beso fue subiendo de tono rápidamente, pero Jimin se separó asustado.

— ¿Q-qué? —no supo comprenderlo hasta que lo sintió.

Jimin había soltado un poco de fluidos en su regazo.

Asustado, Jimin se intentó levantar, sin lograrlo gracias a las manos del alfa, quien lo mantuvo en su posición.

— No te asustes, es normal. —le dió un beso en la frente, sintiendo al contrario relajado al instante— ¿te quieres limpiar? —preguntó, sabiendo que esto no era lo normal para el contrario.

— Si, por favor. —escondió su cara en su cuello y cerrosus piernas en su cintura cuando sintió que el más alto los levantaba.

— Te prepararé un baño, ¿si?

El omega de Jimin ronroneo por el cuidado y la consideración del alfa. Jimin parpadeó extraño con la sensación de sentir algo dentro de él.

No contestó al otro pero dejó un besito tímido en su cuello, afirmando el agarre en sus hombros.

Cuando Jungkook le depositó en el agua tibiecita, se volteó para darle privacidad, pero Jimin le agarró de la mano y lo detuvo.

— Entra conmigo. —sus mejillas no podían estar más rojas, pero no quería que el contrario se vaya.

Algo dentro de él tampoco lo quería.

Jungkook se sentó detrás de él en la tina y lo atrajo contra su pecho en un abrazo posesivo. No se lovieron durante un largo tiempo, disfrutando de la presencia del contrario, jugando con sus manitas y comparando la diferencia de tamaño entre ellos.

Estaban en paz.

...

Holaa, actualizo esta historia en 2 días, se vienen cositas jeje, espero que les esté gustando, lxs qm💗💗

Destiny ©Kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora