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Pov Jimin

El lobo negro me miraba con ojitos de cachorro atropellado y la nariz presionada contra el blindex de la habitación. Fue imposible no morir de ternura, así que no me pueden culpar por lo que estaba a punto de hacer.

Algo en mi me hacía acercarme y querer dejarlo entrar, no sabía porqué, pero tampoco podía pensar en las razones de aquello en esos momentos. Me puse frente a él, dejando salir un jadeo por la impresión.

  Era enorme... fácilmente era tan alto como yo.

¿Los lobos no eran como los perros? Aunque la verdad es que nunca he visto uno...

Pero lo raro es que aún siendo tan grande, no me daba ni un poquito de miedo. Lo mire curioso y él inclino la cabeza hacia un lado como un cachorro, como si no entendiera algo.

  Lentamente elevé mi mano y la puse frente a él, el blindex impidiéndome llegar más lejos que eso.

Lo qué pasó después me dejó en shock. Fue como si el lobo entendiera lo que estaba tratando de hacer. Lentamente subió su pata y la puso donde estaba apoyada mi mano.

Fue una sensación indescriptible y surreal.

Inclinó su cabeza a un lado, mirando un punto fijo de la habitación. Seguí su mirada y noté algo que antes no; un picaporte. Caminé hasta el y con dudas en mi mente, lo abrí, dejando entrar al gran lobo a la habitación.

¿Por qué no me siento intimidado ante su presencia? ¿Por qué cuando acerco su rostro al mío, tan solo me lo quede mirando, pensando en lo hermoso y majestuoso que era?

  Inclinó su cabeza haci mi mano, pidiéndome que lo acaricie.

  Y eso hice.

  Pase mis manos por su gran pelaje, acariciando embelesado al gran animal frente a mí. Mi corazón latía rápidamente, lo atribuí a la adrenalina de estar haciendo esta locura.

  Al rato, me miró fijamente, como si con su mirada me quisiera decir mil y un cosas.

  Lastimosamente no pude entender el significado de ella.

De repente, me dió una lamida en la mejilla que me hizo perder el equilibrio.

— Ugh, me llenaste de babas. —pase el dorso de mi mano por mi mejilla, tratando de limpiar inútilmente su baba.

Les juro que sentí que se estaba burlando de mi.

  Restregó por un rato su cabeza por mi pecho y cuello, me dejé porque pensé que era una clase de mimo lobuno o algo así, que se yo.

El lobo con toda la confianza del mundo, saltó sobre la cama del chico llamado Jungkook y se empezó a revolcar en ella, desordenándola. Sonreí casi macabramente ante el hecho.

— Eso es, vengate por mi y ensucia toda la cama. —el lobo y yo nos miramos como si fuese una misión, y media hora después habíamos hecho un desastre en la habitación debido a que habíamos empezado a corretearnos.

A pesar de su tamaño y fuerza, el lobo me dejo ganar.

  Me tumbé en el piso, exhausto. No podía creer que había jugado con un lobo como si fuese tan sólo un perro o un cachorro.

  Cerré los ojos, sintiendo un momento después al lobo acostándose a mi lado.

  Por primera vez en el día, me sentí cálido, seguro y protegido.

  Con mi corazón latiendo extrañamente rápido en mi pecho, caí en el mundo de los sueños...

...sintiendo unos brazos rodearme.

Destiny ©Kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora