Capitulo 15

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Phoebe se puso detrás de la cortina a través de la que había estado mirando con atención como Harry entraba con su Ferrari en el acceso de coches el sábado al mediodía. Tenía retortijones en el estómago como una adolescente en su primera cita. Se acercó a la escalera y llamó a Molly.

—Harry ya está aquí. Date prisa.

—No quiero ir.

—Lo sé, pero te vienes de todas maneras. Necesito una canguro para Pooh.

—Eso es una excusa y lo sabes. Puedes dejar a Pooh aquí conmigo.

—Necesita hacer ejercicio. Deja de protestar, Molly. Vamos a intentarlo. Es un día precioso y nos vamos a divertir. —Quiso que sus palabras fuesen verdad, pero sabía que lo más probable era que Harry y ella tuvieran alguna discusión.

Esperaba que la presencia de Molly actuase de amortiguador.

La noticia de la suspensión de Harry había invadido los periódicos del martes y Ron y ella habían estado acosados por los periodistas toda la semana. Incluso una parte de la prensa había logrado localizar a Harry en su casa de verano en Alabama. Harry y Ron habían hecho declaraciones separadas, ninguna de ellas con sustancia y ella finalmente había tenido que llamar al comisario de la NFL.

No había ni qué decir, que no estaba demasiado contento con ella. Lo positivo fue, que todo el asunto de la suspensión, dejó en segundo plano los rumores

sobre su lío con Harry.

Molly apareció en lo alto de las escaleras llevando uno de sus nuevos vaqueros, una chaqueta y una blusa tipo Oxford, con un semblante ceñudo.

Phoebe había pensado llamar a Harry para hacerle saber que llevaría a Molly, pero algo la había detenido, tal vez la intensidad del deseo de oír su voz.

Molly se había recogido el pelo para mostrar los diminutos pendientes de oro que lucía en sus orejas recién perforadas. Phoebe estaba encantada de haber convencido a Molly de alguna manera, para que llevara un corte de pelo más corto, mas suelto, para que el cabello no estuviera siempre ocultando sus rasgos. Trababa a Molly con cariño, pero su hermana se negaba a aceptar ningún cumplido de Phoebe

—No hay derecho —se quejó Molly—. No sé por qué me haces esto.

—Porque soy cruel y despiadada.

Hacía calor, y Phoebe llevaba unos pantalones cortos de pinzas con una blusa amarilla, calcetines a juego y zapatillas de lona. Antes de coger a Pooh, se puso un sombrero de paja en la cabeza, sujetándolo con un gran lazo rosa que lo mantenía firmemente en su sitio.

—Llevas un sombrero estúpido.

—Gracias por el apoyo, Molly. A una señora siempre le gusta saber que va bien arreglada.

Molly bajó los ojos.

—Sólo pienso que deberías aparentar tu edad, eso es todo.

Ignorando el ataque a su amor propio, abrió la puerta principal. Harry subía por el camino con unos vaqueros descoloridos y camiseta blanca, con una gorra negra de los Chicago Bulls en su cabeza. Se recordó que conocía a muchos hombres más perfectos físicamente que él. Su nariz no estaba totalmente derecha, su mandíbula era demasiada cuadrada y era demasiado musculoso.

Pero era verlo y se encendía una llamarada dentro de ella. Sentía una conexión con él que no era capaz explicar y no le gustaba recordar cuántas veces había pensado en él durante la semana.

Él le dio la bienvenida con esa sonrisa enorme que tenía y entró, mientras ella regañaba a Pooh que ladraba y se retorcía alegremente en sus brazos esforzándose por acercarse a él.

Tenias que ser TU |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora