Nunca regresaste (cap 27)

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   Si el pasado he de recordar... que sea de tu mano para no soltarte más.


—Hablando de hippies, y de ir sin ropa interior...—Oh, no. ahora, esa es una imagen que no necesito.—¡Día de la Liberación Mamaria! —alardea Anahi, refiriéndose a unas sesentonas de nuestra ciudad. Una vez al año, un puñado de mujeres pasan el día sin nada que cubra su parte superior, para protestar por la inequidad de que sea legal que los hombres vayan sin camiseta pero lasmujeres no.Lo hacen en el verano, pero con Oregon siendo Oregon, la mitad del tiempo aún hace frío, así que hubo un montón de piel arrugada. La mamá de Annie siempre había amenazado con marchar; su papá siempre la sobornó con una cena en un restaurant elegante para que no lo hiciera.—Mantén tus delitos de clase B lejos de mi copa B —dice Annie, citando entre jadeos y risas, uno de los lemas más ridículos del movimiento—. Eso no tiene sentido. Si estás desnudando tus senos, ¿para qué un sostén? —¿Sentido? Fue alguna idea hippie. ¿Y tú buscas lógica en esto?—Día de Liberación Mamaria —dice Annie, limpiándose las lágrimas—.¡Buen Oregon! Eso fue hace toda una vida.Y así era. Así que el comentario no debería sentirse como una bofetada.Pero así se siente.—¿Por qué nunca regresaste? —pregunto.No es realmente el abandono a Oregon lo que quiero que me explique, pero parece más seguro esconderlo bajo la gran manta verde de nuestro estado.—¿Por qué debería? —pregunta Annie, manteniendo su mirada fija en elagua.—No lo sé. Por tu familia, tu abuelos, Allanis.—Las personas de allí pueden venir aquí.—Para visitarlos. A tu familia. Y a... —Oh, mierda, ¿qué estoy diciendo?—¿Hablas de las tumbas?Sólo asiento.—De hecho, son la razón por la que no regreso.Asiento con la cabeza.—Demasiado doloroso.Annie  ríe. Es una risa verdadera y genuina, un sonido tan inesperado comola alarma de un auto en un bosque lluvioso.—No, no es así, en absoluto. —Sacude la cabeza—. ¿Honestamente creesque el lugar dónde eres enterrado tiene alguna relación con el lugar dóndevive tu espíritu?¿Dónde vive tu espíritu?—¿Quieres saber en dónde viven los espíritus de tu familia?Repentinamente, siento como si estuviera hablando con un espíritu. Elfantasma de la Anahi racional.—Están aquí —dice ella, dándose un golpecito en el pecho—. Y aquí —dice,tocándose la frente—. Los escucho todo el tiempo.No tengo idea de qué decir. ¿No estábamos simplemente burlándonos detodas las clases de hippies de la Nueva Era en nuestra ciudad hace sólodos minutos?Pero Annie ya no está bromeando. Frunce el ceño profundamente, gira lamirada hacia otra parte.—Olvídalo.—No. Lo lamento.—No, entiéndelo. Sueno como una Guerrera Arcoíris. Como unfenómeno. Como un Looney Tune.—De hecho, suenas como tu abuela.Ella me mira fijamente.—Si te lo digo, llamarás a los chicos con las camisas de fuerza.—Dejé mi teléfono en el hotel.—Cierto.—Y además, estamos en un bote.—Buen punto.—Y si acaso aparecen, simplemente me ofreceré yo. Entonces, ¿qué? ¿Elloste... persiguen?


Ella toma un profundo respiro, y sus hombros caen como si estuvierameditándolo mucho. Me hace señas hacia uno de los bancos. Me siento asu lado.—Perseguir no es la palabra correcta para ello. Perseguir hace que suenemalo, como que no es bienvenido. Pero sí los escucho. Todo el tiempo.—Oh.—No sólo escucho sus voces, el recuerdo de ellos —continúa ella—. Puedoescucharlos hablándome. Como ahora. En tiempo real. Sobre mi vida.Debo de darle una mirada extraña, porque se sonroja.



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