Nuestros Miedos (cap 31)

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—¿Y acaso puede haber una criatura menos amenazadora? Ellas sólo viven, como, dos semanas. Pero solía volverme loca cada vez que miraba una. Mis padres hicieron todo lo que pudieron para ayudarme: me compraron libros de mariposas, ropa con mariposas, pusieron posters demariposas en mi habitación. Pero nada funcionó.


—¿Acaso fuiste atacada por una bandada de monarcas? —pregunté riendo.

—No —dijo—. Abue Maggy tenía una teoría detrás de mi fobia. Ella dijo que un día yo iba a tener que pasar por una metamorfosis como un gusanito volviéndose mariposa y que eso me asustaba, entonces, las mariposas me asustaban.


—Eso suena a tu abuela. ¿Cómo te recuperaste de tu miedo?—No lo sé. Simplemente decidí no tener miedo de ellas y un día ya no lo tenía.


—Fíngelo hasta que lo logres.—Algo como eso.—Podrías intentarlo con acampar.—¿Tengo que hacerlo?

—Nah. Pero me alegra que hayas venido.

Ella se volteó para encararme. Estaba casi completamente oscuro en la tienda, pero podía ver sus ojos azules brillando.


—A mí también. Pero, ¿tenemos que dormir? ¿Podemos quedarnos así por un tiempo?—Toda la noche si quieres. Le contaremos nuestros secretos a la oscuridad.—De acuerdo.—Entonces, escuchamos otro de tus miedos irracionales.


Annie me tomó del brazo, y se acercó a mi pecho, como si estuviera enterrando su cuerpo con el mío.—Tengo miedo de perderte —dijo en una voz muy suave.


La empujé lejos para poder ver su rostro y la besé en la cabeza.


—Dije miedos ―irracionales. Porque eso nunca va a pasar.


—Igual me asusta —murmuró. Pero luego ella contó su lista de cosas extrañas a las que le tenía miedo y yo hice lo mismo, y seguimos murmurándonos entre nosotros, contando historias sobre nuestra niñez, muy, muy entrada la noche, hasta que Annie olvidó tener miedo y se quedó dormida.

 Pero luego ella contó su lista de cosas extrañas a las que le tenía miedo y yo hice lo mismo, y seguimos murmurándonos entre nosotros, contando historias sobre nuestra niñez, muy, muy entrada la noche, hasta que Annie olvidó tener miedo y se qued...

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El clima se volvió frío unas semanas después, y ese invierno fue en el que Annie tuvo su accidente. Entonces esa fue la última vez que fui a acampar y aún si no lo fuera, aún seguiría pensando que fue el mejor viaje de mi vida. Cada vez que lo recuerdo, sólo imagino nuestra tienda, un pequeño bote navegando en la oscuridad, y el sonido de los murmullos de Annie y los míos sonando como notas musicales, flotando en un mar a la luz de la luna.



Si me dieran a elegir una vez mas te elegiría sin pensarlo... si no hay un minuto de mi tiempo, que no me pasas por ele pensamiento...

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