La promesa (cap 35)

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Quisiera poder hacerlo... Quisiera ser un poquito como tu... Y dominar mis sentimientos


El viento, el ruido, todo, sólo se queda en silencio por un segundo, y yo me quedo con un sordo zumbido en el oído, como después de un disparo, como después de que un monitor de corazón cae en una línea plana.


—¿Me odiabas? ¿Por qué?

—Hiciste que me quedara. —Ella lo dice en voz baja, y casi se pierde en el viento y en el tráfico y no estoy seguro de que la he escuchado. Pero luego lo repite esta vez más fuerte—. ¡Hiciste que me quedara!


Y ahí está. Un profundo abismo a través de mi corazón, lo que confirma que una parte de mí siempre lo ha sabido.


Ella lo sabe.


La electricidad en el aire ha cambiado; es como si pudieras sentir los iones bailando.


—Aún me despierto cada mañana y por un segundo se me olvida que no tengo más a mi familia —me dice—. Y entonces recuerdo. ¿Sabes lo que es eso? Una y otra vez. Hubiera sido mucho más fácil... —Y de repente, su fachada de calma se rompe y comienza a llorar.


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—Por favor —levanto mis manos—. Por favor, no...

—No, tienes razón. ¡Tienes que dejarme decir esto, Alfonso! Tienes que escucharlo. Hubiera sido más fácil morir. No es que quiera estar muerta ahora. No lo hago. Aun tengo a Allanis y tengo mucho en mi vida por lo que siento satisfacción, que me encanta. Pero algunos días, sobre todo al principio, era tan difícil. Y no podía dejar de pensar que hubiera sido mucho más sencillo ir con el resto de ellos. Pero tú... me pediste que me quedara. Me rogaste que me quedara. Te impusiste sobre mí y me hiciste una promesa, tan sagrada como cualquier voto. Y puedo entender por qué estás enojado, pero no me puedes culpar. No me puedes odiar por tomarte la palabra.


Annie está llorando ahora. Estoy atormentado por la pena, porque yo la reduje a esto.


Y de repente, lo entiendo. Entiendo por qué me llamó a ella en el teatro, por qué vino a mí una vez que me fui de su camerino. De esto es lo que la gira de despedida realmente se trata... Annie completando la ruptura que comenzó hace tres años.


Dejándolo ir. Todos hablan de ello como si fuera la cosa más fácil. Desplegar tus dedos uno por uno hasta que tu mano está abierta. Pero mi mano se ha cerrado en un puño desde hace tres años; está firmemente cerrada. Todo en mí está firmemente cerrado. Y a punto de apagarse porcompleto.


Miro hacia el agua. Hace un minuto estaba en calma y cristalina pero ahora es como si el río se hubiera abierto, agitándose, un torbellino de violencia. Es ese vórtice, que amenaza con tragarme entero. Me voy a ahogar en él, sin alguien, nadie en la oscuridad conmigo.


La he culpado de todo esto, por irse, por arruinarme. Y tal vez eso fue la semilla de esto, pero de esa pequeña semilla creció esta especie de tumor de planta con flores.


Y yo soy el que la nutre. La riego. Me preocupo por ella.

Mordisqueo las bayas de su veneno. La dejé envolverse alrededor de mi cuello, asfixiándome. Yo he hecho eso. Por mí mismo. Todo por mí cuenta.


Miro al río. Es como si las olas son de cincuenta pies de altura, ahora rompiéndose en mí, tratando de tirarme del puente hacia las aguas.

—¡No puedo seguir con esto! —grito mientras las olas carnívoras vienen por mí.

Una vez más, grito. —¡No puedo seguir con esto! —Estoy gritándole a las olas y a mi padre y a Justine y a Franco y a Giusseppe, a los ejecutivos de la Holding y a Brianna y a Karol y a los paparazzi y a las chicas que me siguen como carne para perro y a los exhibicionistas en el metro y a todos los que quieren un pedazo de mí cuando no hay piezas suficientes para todos.Pero sobre todo lo estoy gritando para mí mismo.


—¡NO PUEDO SEGUIR CON ESTO! —grito lo más fuerte que he gritado en mi vida, tan fuerte que mi aliento esté derribando árboles en Manhattan, estoy seguro de ello. Y mientras batallo con las olas invisibles y los vórtices imaginarios y los demonios que son muy reales y de mi propia creación, en realidad siento que algo en mi pecho se abre, un sentimiento tan intenso que es como si mi corazón está a punto de estallar. Y solo lo dejo salir.Sólo lo dejó escapar.


Cuando miro hacia arriba, el río es un río de nuevo. Y mis manos, las cuales habían estado agarrando la baranda del puente tan fuerte que mis nudillos estaban blancos, se han aflojado.


Anahi está a poca distancia, caminando hacia el otro extremo del puente. Sin mí.


Ahora lo entiendo.

Tengo que cumplir mi promesa. La promesa de dejarla ir.


De realmente dejarla ir. Para que podamos seguir los dos.



Sé que nos volvimos dos extraños
Sé que nuestro tiempo terminó
Pienso que ya es tarde para hablar
Pienso que es inútil esperar
Y que me quieras perdonar...



Al fin se dijeron todo... las verdades salieron a la luz 

y... sera verdad que esta vez si se separaran?

Faltan como 10 capitulos y la terminamos...

Dejenme saber sus opiniones.

 

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