Porque me duele ver tu foto... Sintiendo mi corazón roto... Tu recuerdo no se va... Quédate otra vez, quédate mas de las 12... Quédate toda la vida.
—Lo sé. Escucho gente muerta. Pero no es así. Es como, ¿recuerdas esa graciosa mujer sin hogar que solía vagar por el campus universitario, clamando que oía voces que salían de su carrito de compras? —Asiento con la cabeza. Annie se detiene por un minuto.—Al menos, no creo que sea así —dice—. Tal vez lo es. Tal vez estoy loca y simplemente no creo que lo esté, porque las personas locas nunca piensan que lo están, ¿verdad? Pero en serio, sí los escucho. Tanto si es algún tipo de fuerza angelical como en las que cree la Abuela Maggy, y ellos están en algún cielo en línea directa hacia mí, o si simplemente son el recuerdo que he guardado dentro de mí, no lo sé. Y no sé si incluso importa. Lo que importa es que están conmigo. Todo el tiempo. Y sé que sueno como una loca, murmurándome a mí misma algunas veces, pero simplemente estoy hablando con mamá sobre qué falda comprar, con papá, sobre el recital por el que estoy nerviosa, o con Allan, sobre la película que he visto. Me siento frustrante al no poder hacerme cargo de Allanis, pero como lo hago si aun estoy haciendome cargo mi misma. Siento que la aleje de mi, no se talvez.
—Y puedo escucharlos a mis padres responderme. Como si estuvieran justo allí, en la habitación, conmigo. Como si nunca se hubiesen ido. Y aquí está lo verdaderamente raro: no podía oírlos cuando estaba en Oregon. Después del accidente, era como si sus voces estuvieran desapareciendo. Pensé que iba a perder por completo la habilidad de recordar la forma en que sonaban. Pero una vez que me fui, pude escucharlos todo el tiempo. Es por eso que no quiero regresar. Bueno, es una de las razones. Tengo miedo de perder la conexión, por así decirlo.—¿Puedes oírlos ahora? Hace una pausa, escucha, y asiente.—¿Qué están diciendo?—Están diciendo es que es un placer verte, Alfonso.
Quien te dijo esa mentira que eras fácil de olvidar... no quiero admitir que te vas, le robas latidos a mi corazón
Sé que está haciendo algún tipo de broma, pero el pensamiento de que ellos me puedan ver, que puedan vigilarme, saber lo que he hecho estos últimos tres años, me hace estremecer en la cálida noche. Annie me ve temblar y mira hacia abajo.
—Lo sé, es una cosa loca.
Es por lo que nunca le he dicho esto a nadie. Ni a Ernesto. Ni siquiera a May y eso ya es decir bastante.
No, quiero decirle. Lo entendiste mal. No es algo loco, en absoluto. Pienso en todas las voces que hacen ruido en mi cabeza, voces que, estoy bastante segura, son versiones más viejas, más jóvenes o sólo mejores versiones de mí. Ha habido momentos —cuando las cosas han sido realmente inhóspitas— en que he intentado llamarla, obtener su respuesta, pero nunca funciona. Simplemente no. Si quiero su voz, tengo que apoyarme en recuerdos. Al menos tengo muchos de esos.
No puedo imaginar lo que se sentiría tener su compañía en mi cabeza, la comodidad que traería. El saber que ella los ha tenido a ellos consigo, todo este tiempo, me encanta. También me hace entender por qué, de los dos, ella parece ser la más cuerda.
Se acercan, se alejan?
ustedes que creen!
ESTÁS LEYENDO
Que Será de Tí...
FanficHan pasado tres años desde aquel devastador accidente... tres años desde que Annie se alejo para siempre de la vida de Poncho. Ahora, viviendo en lados opuestos de la costa, Anahi es una estrella en ascenso de Julliard y Alfonso es una sensación per...