Eran un experimento que para muchos resultaba ser una estupidez, pero solo bastó con que una persona confiara en sus capacidades para poder crearlos. Ahora, todos quienes se negaron buscan la manera de atacarlos... pero ellos son superhumanos, ¿acas...
La mañana había sido bastante tranquila para quienes estaban en la casa, probablemente porque los menores se encontraban en la escuela y sin ellos alrededor no había tanto alboroto. Durante las primeras horas del día, ordenaban el desorden de lo que habían dejado el día anterior, limpiaban y dejaban la casa tan pulcra como era posible, hasta que claro, llegaban los menores porque eran como si fueran un torbellino.
Luego de haber desayunado y ordenado, cada uno se ponía su respectiva ropa de entrenamiento e iban a sus lugares respectivos para entrenar. Algunos lo hacían de manera individual, otros en parejas y otros preferían hacerlo en grupo simulando estar en una real pelea, solo que, sin lastimarse realmente, aunque Kun siempre estaba pendiente de cada uno.
Aquel día no era diferente a ninguno, todos había hecho la misma rutina diaria y justo ahora se encontraban entrenando, uno a la par del otro. Lo hacían durante al menos dos horas diarias y los menores lo hacían durante el fin de semana para no interferir en la escuela. Todos habían pasado por ese proceso realmente, debido a que la mayoría había llegado a ese lugar siendo menores de edad y sin haber terminado la escuela.
—Estás golpeando mal, Mark —Taeyong dijo, acercándose y enseñándole como esquivar y golpear sin lograr lastimarse. Una vez que el canadiense lo aprendió, dio un par de pasos hacia atrás, dando una vista periférica de todos quienes estaban en el lugar, preguntándose si alguien estaba haciendo algo mal o si necesitaba su ayuda, pero cuando no vio nada que pudiera impedir su salida, rápidamente tomó sus cosas y se largó de allí sin siquiera mirar atrás.
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Ellos eran reconocidos fácilmente por todos en la escuela. Muchos de los profesores los conocían como "los más problemáticos", porque, aunque no todos lo fueran, la gran mayoría sí lo eran. Sus compañeros los conocían como "el grupito que jamás se separaba". Los de dirección los llamaban "la familia enigmática", porque ciertamente, ellos eran conocidos como una familia; primos, hermanos, sobrinos... ya ni siquiera sabían quien era quién dentro de ese árbol genealógico creado por Doyoung y Xiaojun.
Sin embargo, solo tres compartían clase, porque los otros seis compartían la otra... los profesores no sabían cual era peor, en donde estaban los desordenados o en donde estaban los soberbios con aires de grandeza.
Justamente ahora, Chenle discutía con su profesor de matemática por saber quien llevaba la razón, y Chenle, claramente no era alguien a quien le gustaba perder.
—Está mal desarrollado el ejercicio —dijo por quinta vez, su voz sonando tan suave que su profesor creyó estar poseído, pero no. Él no dejaría que un alumno le ganara, mucho menos si era Zhong Chenle, el chico que siempre molestaba en sus clases y siempre respondía con soberbia.
—No, lo acabo de hacer dos veces. Está bien —negó.
—Pues las dos veces lo ha hecho mal. Vuelva hacerlo —indicó.
