Mi Vida A Través De Ella © (Libro #2) [EN PROCESO]

capítulo 8

Marcando territorio: ¡Soy un hombre muerto!

Parte 1/2

Dalena

Después de qué Tyler me preparará aquel té para tranquilizarme los nervios ya no pude conciliar el sueño.

Tome un baño caliente en la tina para relajarme y vaya que ayudó, al salir busqué en mi closet un traje color beige con la blusa de botón blanca y la chaqueta, también busqué los tacones del mismo color.

Baje las escaleras sin hacer ruido casi como un ninja cuando va a atacar a su oponente fue entonces cuando lo vi, Tyler estaba cocinando y no me inmute a darle una ojeada.

Su espalda ancha bien trabajada, sus brazos se marcaban en la camisa que con gusto se la quitará y empezaría a pasar mis manos por su pecho...¡Dios, tengo que despejar mis pensamientos!.

Oh envés de pensar tanto deberían de foll...- sacudo mi cabeza ante el comentario de mi conciencia ya que lo menos que quiero es mojar mi ropa interior, quiero dejar de verlo pero mis ojos y mi cuerpo no coperan, muerdo mi labio inferior inconscientemente cuándo el carraspeo de su garganta me saca del extasis mental qué tuve con el.

-Siempre disfrutas de la vista, ¿No es así champiñón pervertido?- dice dándose la vuelta para observarme y al instante mis mejillas se tornan igual qué un tómate.

-Eres un jodido presumido- digo cruzandome de brazos y mirando a un lado -Tienes el ego más grande que un dinosaurio- al voltear el apaga la estufa y camina hacía mí y lo único que se me ocurre es retroceder.

En vez de retroceder mejor dejemos qué nos de como cajón que no cierra.

No ayudas en nada.

-¿Estás segura qué eso es lo único que tengo grande?- inquiere con una sonrisa lasciva en sus labios.

Yo no se de que habla.

Te felicito qué bien actúas.

De eso no me cabe duda.

-¡Eres un pervertido!- digo retrocediendo hasta que mi espalda toca la pared.

Sus brazos me acorralan quedando yo en medio, acerca más su rostro al mió y su mirada baja hasta mis labios y sube hasta mis ojos -Yo no diría eso- dice para luego atacar mi boca.

En un beso urgido y lleno de deseo, sus manos bajan hasta mi cadera dónde me atrae hacia el sin romper el beso, subo mi mano hacia su cabeza para tomar un puñado de su cabello y empujarlo más hacía mi, muerdo levemente su labio inferior haciendo que emita un gruñido tan varonil que hace qué miles de sensaciones se depositen en mi estomago.

De mi boca pasa a mis mejilla y de está hasta mi cuello dónde va besando, lamiendo y succionando cada parte de mi piel -¡Te deseó, Dalena!- dice con voz ronca.

Una oleada de calor se posa en mi vientre ¡Sólo tómame ya!- es lo qué unas cuantas neuronas dicen en mi mente, lo vuelvo a besar con aquella intensidad sintiendo aquella fricción, su erección roza mi vientre haciendo que emita un gemido, la temperatura va aumentando cuándo suena el teléfono.

¡Pinche teléfono!.

Nos separamos y miramos aquél artefacto del demonio que nos ha arruinado el momento -¡D-debo contestar!- digo con mi respiración agitada.

El me observa para luego darme vía libre para contestar la llamada, tomó el teléfono y veo que es Lily.

Qué inoportuna, ¿No crees?- dijo la vocesilla de mi conciencia.