El beso
Cuando vio toda aquella gente, con sus túnicas púrpura, bordadas en plata, con la implacable "W" en su pecho, Harry sintió que las piernas le flaqueaban. Su primer movimiento fue intentar sacar su varita, pero de inmediato fue despojado de ésta.
Lucius Malfoy se abrió paso entre los presentes, y con su pose altiva y prepotente, sonrió malicioso.
— Tu presencia aquí confirma lo que sabemos, Harry Potter. —manifestó fingiendo una compasión que estaba lejos de sentir—. Violas las reglas por causa de tu pecadora relación con un asesino.
— ¡Eres un maldito, Lucius Malfoy! ¡Tú eres el asesino aquí!
Harry estuvo a punto de írsele a golpes, pero Severus logró detenerlo a tiempo, lo abrazó como si se tratara de un modo de despedida, aunque lo que más quería era evitar que Lucius tuviera un motivo más para vengarse de Harry.
— ¡Llévenselo! —ordenó Lucius a los Aurores que acompañaban la comitiva—. Dirijan a este asesino a la sala donde recibirá el beso del dementor.
— ¡No! —gritó Harry asustado—. ¡Aún no es hora, dijiste que sería hasta mañana!
— No tiene caso posponer lo inevitable.
— ¡No te lo permitiré, primero te mato con mis propias manos, maldito gusano!
— ¿Quiere terminar en otra celda, Auror Potter? —siseó Lucius amenazante—. Me parece que le está tomando el gusto a estos lugares.
Un par de Aurores miraron a Harry preocupados, no podían ayudarlo más que evitando que hiciera una locura. Le sujetaron con fuerza mientras que otros esposaban a Severus conduciéndole hacia la salida.
— ¡No, por favor! —suplicó Harry removiéndose desesperado por liberarse y correr hacia Severus, ya no pudo contener más las lágrimas—. ¡Lucius, haré lo que me pidas, por favor, no hagas esto, te lo imploro por lo que más quieras!
Lucius le miró orgulloso, ver a Harry suplicante le resultaba extremadamente placentero y no estaba dispuesto a dar un paso atrás, con un gesto de mano hizo que los Aurores continuaran alejando a Severus quien giró la cabeza mirando a Harry luchando sin rendirse.
— Así es como debe ser, no pidas más por mí, sabes mejor que nadie que eso es lo que busca Lucius.
Harry lo sabía, estaba convencido de que ningún ruego cambiaría la decisión de Lucius, quería ser fuerte pero no podía, simplemente no podía dejar de llorar, ¿cómo no hacerlo si veías al hombre que amas por última vez y saberte impotente para evitarlo?*X*X*X*X*X*X*X*X*X*X*X*
La sala que dispusieron para el beso del dementor no podía ser más fría y cruel. Severus fue colocado sobre una plancha de concreto y sujetado con barreras mágicas de manos y piernas, su torso estaba ligeramente levantado para que pudiera ver hacia el frente donde una ventana con un grueso cristal le separaba del público que podía asistir a la ejecución.
Casi todas las sillas estaban vacías, sólo Ron y Hermione estaban ahí, ambos mirando al piso. Harry estaba de pie con las manos tras el cristal, muriendo en vida, sus ojos verdes enrojecidos de llanto de dolor e impotencia.
Se miraron el uno al otro, amándose sin palabras mientras que Lucius y los miembros del Wisengamot terminaban los preparativos.
"Quiero despertar" pensó Harry rogando para que todo fuera una pesadilla... "Necesito despertar ya"
Pero la pesadilla continuaba, no hubo consuelo de abrir los ojos y encontrarse en la seguridad y calidez de su cama. No fue así, no era un sueño en esa ocasión.
Estuvo a punto de desmayarse cuando vio que unos Aurores entraban a la habitación de Severus resguardando un terrible dementor. Pero ni su oscura presencia que siempre le provocaba el más angustiante desazón fue suficiente para opacar la tristeza que sentía por Severus.
La horrible criatura sobrevoló alrededor de su víctima, como si ya se saboreara el más apetitoso banquete. Severus ni siquiera le miró, sus ojos negros se mantenían fijos en Harry sintiendo la hora de despedirse llegando inclemente.
Era ahora o nunca. Y sus labios dibujaron dos palabras que sólo Harry pudo entender. "Te amo"
Aquello fue la gota que derramó el vaso, el dolor de Harry llegó a punto de ebullición. No logró controlar su magia y ésta estalló haciendo quebrar el cristal, las luces centellaron por unos segundos antes de apagarse por completo. Harry aprovechó el momento para saltar por la ventana hasta abrazarse a Severus.
Éste hubiera podido corresponderle, pero los hechizos que le mantenían inmóvil continuaban, y muy pronto los Aurores lograron reiniciar la iluminación. Lucius frunció el ceño, molesto por la insistencia de Harry.
— Esto va a costarle caro, Harry Potter, supongo que los miembros del Wisengamot comprenderán que no por ser el héroe mágico le da el derecho a hacer tantos destrozos sin pagarlo.
— Puedes hacerme lo que quieras, pero después, ahora nada ni nadie me impedirá alejarme de Severus.
— Es sorprendente el grado de dependencia que tienes por tu amante, Potter, ahora todos pueden comprender que liberarte de él es lo mejor que podemos hacer.
— Piensa lo que quieras, ya nada me importa.
Harry se recostó junto a Severus, si iba a morir moriría con él. Tras el vidrio roto, Ron y Hermione observaban conmovidos, y fue entonces que sintieron a alguien más llegando a su lado.
— ¿Ni esto puede romper tu frío corazón? —le recriminó Ron a Draco.
Draco no respondió, bajó la mirada e intentó abrazar al pelirrojo, pero Ron le rechazó apartándole con brusquedad y después girarse para ser a Hermione a quien abrazara. Draco se sintió vacío y más solo que nunca en su vida.
Lucius dio la orden entonces, era hora de que el dementor succionara el alma de Severus Snape. Odiaba verlo casi sonreír, con Harry a su lado, abrazándole, como si de pronto nada malo estuviera ocurriendo a su alrededor.
— ¡El beso! ¡Ahora! —ordenó furioso.
Uno de los Aurores, quien controlaba a la criatura, dudó un par de segundos, incluso él se sentía un traidor por ser la mano que daría el golpe mortal a su líder. Pero no podía hacer nada por evitarlo.
— ¡No! —se escuchó una voz justo en el momento en que el dementor abría sus fétidas fauces.
Todos se giraron a mirar hacia Draco. El chico temblaba asustado, pero no dio marcha atrás, cruzó la ventana dirigiéndose al interior de la habitación con la vista fija al jefe supremo del Wisengamot.
— Padre está mintiendo. —empezó a hablar consiguiendo no mostrar demasiado sus emociones y olvidando al resto de personas que le escuchaban, luchó por concentrarse en el jefe supremo, así podría tener las fuerzas necesarias para culminar su confesión—. Él odia a Severus Snape desde hace mucho tiempo, pero no porque fuera mortífago, en todo caso fue mi padre el único en serlo por convicción y no por influencia de ningún Imperius.
— Calla, Draco, no sabes lo que dices. —gruñó Lucius sujetándolo rudamente por el brazo.
Draco se liberó, pero no tuvo valor de mirarlo a la cara, no mientras estaba a punto de confesar algo que destruiría a su propio padre.
— Lucius Malfoy, mi padre, necesita deshacerse de Severus Snape porque es la única manera de tener lo que realmente quiere: a Harry Potter.
Una ola de exclamación brotó de las gargantas de los presentes. Severus miró a Lucius con total asombro, ahora comprendía todo. Lucius tan solo apretaba con fuerza los puños, casi a punto de golpear a su propio hijo.
— Él sabe que Harry jamás será suyo mientras Severus exista. —continuó Draco—. Con su muerte, no solamente se deshará de su rival, sino que conseguirá que Harry esté destrozado, totalmente vulnerable para apoderarse de él. En su habitación de la Mansión Malfoy podrán encontrar las pruebas de lo que digo. Tiene todo dispuesto para maldecir a Harry.
El Jefe Supremo hizo una seña a uno de los Aurores para que fuera a corroborar, y éste ni tardo ni perezoso desapareció en busca de esas pruebas.
— Hay un collar que cuando examinen encontrarán que ha sido hechizado para que quien lo porte pierda totalmente su voluntad, se convertirá en un ser esclavizado a los deseos de su amo. —continuó Draco—. También hallarán toda la evidencia necesaria para comprobar que mi padre jamás abandonó las artes oscuras, ha continuado usándolas para manipular a todo el mundo, incluso para alterar los votos de su elección como Primer Ministro, ¿es que a nadie le sorprendió que solo hubiese un voto en su contra cuando en esta habitación hay más de uno que jamás votaría por mi padre?
— Has cometido un grave error, Draco. —amenazó Lucius justo en el momento en que el Auror reaparecía llevando en sus manos la evidencia en su contra.
Acorralado, Lucius tomó la varita del Auror que controlaba al dementor y rápidamente lo dirigió hacia Severus. No importaba nada más, sólo quería eliminarlo para siempre.
Pero no contaba con que Harry estaba dispuesto a todo por impedirlo, de un solo salto se interpuso entre el dementor y Severus recibiendo él, el frío beso.
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El beso del dementor
FanfictionTodo inicia con una condena. Dos personas ven su mundo transformarse por la crueldad de un despiadado corazón. Snarry