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Rodrigo se acercó a la escena, de manera lenta y tranquila puso sus manos en las caderas de Ivan acariciando su cuerpo por encima de la tela hasta llevarla a su abdomen, mientras miraba a su chico a los ojos. Tomás tenía los ojos dilatadas y los labios entreabiertos mientras Ivan besaba su cuello, el oji verde comenzó a ejercer presión contra el cuerpo del más alto mientras se acercaba al rostro de Tomás para tomar sus labios.
Triángulo amoroso, que nació de la mismísima nada, quizás de una mirada o alguna palabra indiscreta, pero ninguno se esperaba encontrarse en aquella situación. Manos y lenguas danzando por tres cuerpos diferentes, con vidas y pensamientos propios, pero que encajan entre sí.
Ivan no supo porqué entre medio de ellos dos sintió algo parecido a la protección o la seguridad, la calma y el fuego, entre las delicadas manos de Tomas y los fuertes nudillos de Rodrigo, como si encontrara de pronto con el equilibrio perfecto. Saliva y sudor, Ivan olia a aceite de lavanda mientras que Tomas olía a perfume de ropa, la combinación exacta para hacerle perder la cabeza, lentamente se adentraba en Ivan y su calor rodeando su longitud, disfrutando de observar el movimiento hipnótico de las caderas de Tomás dentro de la boca del más alto. Gemidos y plegarias, Rodrigo se veía y sabia como el maldito infierno, mientras que Ivan se sentía como la inocencia a punto de corromperse, frágil y angelical con una pizca de malicia en su mirada. ¿Cómo podían tres pupilas conectarse de esa forma? Intercambiando roles, jugando y descubriendo, explorando zonas y sensaciones nuevas.
Rodrigo nunca imaginó que se sentiría tan bien tener a Tomas dentro de su cuerpo y a Ivan dentro de su boca, mientras que con el pasar de las horas Tomas experimentó lo mismo, esa sensación de plenitud y de completud, al igual que el vacio cuando se desplomaron en la cama, exhaustos y sobreestimulados, abrazados entre sí, entre caricias y palabras dulces.

La cama se sentía extremadamente bien, caliente y suave, no quería despertarse pero su mente le repetía a cada instante la cantidad de cosas que debía hacer. Mierda, su cuerpo le dolía un montón mientras estiraba los brazos, notando la ausencia de aquellos dos. Bostezó y caminó hacia el comedor, encontrándose con la parejita, ambos abrazados, sonrientes, envueltos en una manta, tomando un café y supo que a pesar de haber conectado tan bien sexualmente con ellos y en la amistad, obviamente, nunca podría tener eso, eso que tenían ellos, ese amor, esa complicidad, ese enamoramiento mutuo. Se sintió triste de golpe, mientras ambos le sonreían y le daban los buenos días.
_ ¿Dormiste bien?_ Preguntó Rodrigo, mientras acariciaba el cabello de su chico y besaba su frente. Ivan asintió con la cabeza.
_ Veni con nosotros_ Dijo Tomas, palmeando a un lado del sillón. Ivan negó rápidamente_ ¿Tenes que irte?
_No, es que..._ Se rascó la cabeza_ No quiero molestar.
_Ivan, estoy acostumbrado a que molestes_ Soltó entre risitas.
_ Aparte, sos nuestro amigo, que tuviéramos sexo no cambia eso para nosotros, no molestas_ Aclaró Tomas. Iván sintió un nudo formarse en su garganta... amigo...
_ Lo entiendo, aún así, debería irme a hacer mis cosas_ Susurró y besó a ambos en la mejilla_ Que tengan buen día_ Dijo, mientras se colocaba la campera y cerraba la puerta. El oji verde rasco su barbilla pensativo, mientras se encontraba con la mirada preocupada de su chico.
_ ¿Lo viste no?_ Dijo levantando una ceja_ Estaba raro... ¿Le habrá molestado algo?
_ No sé, tendríamos que haber hablado con el antes de hacerlo, pero somos unos hormonales de Mierda_ Soltó, agudizando sus ojos verdes_ ¿Vos como te sentiste?
_ Genial_ Musitó, con una sonrisa lasciva, Rodrigo se mordió el labio y negó con la cabeza_ ¿Vos?
_ Muy bien..._ Lo miró, su bella sonrisa y su cabello despeinado_ Con vos todo me hace sentir bien_ Admitió, mientras tomaba su rostro con ambas manos, para acunarlo en un dulce beso. Realmente no mentía, no necesitaba nada más que a Tomas y el no necesitaba nada más que a Rodrigo, pero repentinamente sintieron el espacio vacío del tercero, su voz finita y su risa atractiva, sus largos brazos envolviendolos a ambos ¿Qué estaba pasando? ¿Estaban comenzando a sentir cosas por Ivan? No, quizás sólo era la caída a la realidad post orgasmo, luego de haber compartido tanta intimidad con el más alto, probablemente sus cerebros habrían producido serotonina de más, generando esas sensaciones parecidas al enamoramiento, si, seguro era eso y con los días se pasaría, volverían a la normalidad.
Ivan soltero y libre de estar con quien quiera, mientras Rodrigo y Tomás disfrutarian de su creciente relación formal. Los tres podrían seguir siendo amigos, salir a bailar y juntarse a mirar una peli, quizás alguna vez podrían hacerlo de nuevo, siempre y cuando aclararan las cosas la próxima vez, antes de lanzarse de lleno a el placer y lo prohibido.
Todo iba a estar bien....

Su Maldita Sonrisa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora