Eran como las seis de la tarde, las hojas caían a través de la ventana, la habitación se sentía fría y un poco solitaria. Eran como las seis de la tarde e Ivan no volvía, algo dentro de él se movía, emociones o sensaciones extrañas pero ciertamente dolorosas. ¿Lo habría conseguido? ¿Habría logrado que Tomas volviera? Negó rápidamente, no quería hacerse ilusiones, ya estaba cansado de las decepciones constantes, con la suerte que tenía probablemente dejarían de fingir que pelean por él y se irían juntos, probablemente se quedaría solo. Él no tenía suerte en el amor, quizás no era suficiente, quizás no era alguien por el cual luchar. Miró nuevamente por la ventana, el auto de Tomas estaba ahí dejando a Ivan en la entrada. Tomas bajó del auto un segundo para mirar a Ivan y besarlo, se dedicaron unas sonrisas y cada uno se fue por su lado.
_Ja, ni siquiera bajó a saludar_ pensó y se hundió en su café, como si se hiciera pequeño y se ahogara dentro de aquella taza de cerámica._ Amor_ Susurró Ivan, con una sonrisa enorme plasmada en su rostro y unas cuantas marcas rojas en el cuello_Amor ¿Me escuchas?_ Dijo. Rodrigo levantó la cabeza, sus ojos estaban oscuros y ojerosos. Ivan frunció el ceño.
_ ¿Salió bien? Te ves feliz_ Mencionó y bebió un sorbo de su café. El pelinegro se sentó a su lado, desconcertado ¿Estaba molesto? ¿Estaba celoso? No lo sabía, pero si tenia la certeza de que algo no estaba bien con el mas bajo. Tocó su frente, parecía estar transpirando.
_ Estas caliente ¿Te sentis bien?_ Preguntó, mientras observaba como el labio inferior le titilaba_ ¿Estas enfermo?.
_ Me desperté con dolor de garganta... dejaste la ventana abierta_ Susurró, mientras respiraba con dificultad, sin saber si era el malestar físico o la tristeza que lo invadía por dentro, pero el pecho le dolía_ Te lo cogiste ¿No?_ Preguntó.
_ Eh... Si_ Afirmó, rascándose la nuca. Rodrigo asintió_ Te voy a llevar al hospital ¿Bueno?.
_ No necesito un hospital_ Gruñó, intentando levantarse del sillón sin notar que sus piernas se encontraban débiles, con el primer paso se doblaron y calló al suelo.
_ ¡Amor!_ Exclamó el más alto, mientras se arrodillaba para intentar levantarlo. Rodrigo soltó una risita mezclada con un par de lágrimas_ ¿Amor? ¿Que pasa?_ Preguntó, mientras Rodrigo se sentaba en el suelo y lo quitaba con una mano_ Dejame ayudarte...
_ No quiero ayuda_ Gruñó, llevando sus manos hacia su rostro, intentando secar las lágrimas ¿Por qué mierda lloraba?_ Yo puedo solo...
_ Pero no estás solo, estoy acá_ Dijo, mientras lo levantaba del suelo. Rodrigo lo miró con el ceño fruncido_ ¿Estas molesto porque me vi con Tomas?.
_ No.
_ ¿Entonces? Porque quiero ayudarte y me hechas de vos constantemente ¿Qué te pasa?_ Dijo. Rodrigo miró al suelo, luego a sus ojos... mierda, lo amaba tanto, pero tenía tanto miedo.
_ Ni siquiera bajó a saludarme..._ Susurró_ Ustedes vuelven y se van constantemente, soy como un muñeco de remplazo...
_ Amor que decís_ Gruñó, observando como Rodrigo comenzaba a palidecer, no, mierda, lo que faltaba, que se desmayara en sus brazos_ Despues hablamos, te voy a llevar al hospital ¿Si?_ Dijo, y secó sus lagrimas dejando unos cuantos besos en su rostro molesto_ Te amo, vamos.Esto estaba tornándose ridículo, el pasar sus ojos de la llave a la cerradura y quedarse estático en la entrada. Sabía que Pedro estaba ahí, el auto estaba estacionado en la vereda y había música electrónica adentro, tomo aire y entró, como quien sabe que esta a punto de encontrarse con algo terrible.
Pedro estaba cantando mientras barría, con una enorme sonrisa y los ojos llenos de esperanzas. Lo observó por un instante, tan dulce, tan gracioso, tan bueno... carajo, estaba a punto de hacer mierda a la única persona que había estado incondicionalmente para él, pero no podía mentirle, ni siquiera lo había mirado a los ojos y ya quería arrodillarse en el piso para pedirle perdón y confesarle todo, pero solo se quedó parado, observándolo.
_ ¡Llegaste!_ Le dijo, mientras tiraba la escoba al suelo y corría para abrazarlo. Sus brazos delgados y cálidos envolviéndolo mientras su corazón latía a mil por horas_ ¿Cómo te fue en la disquera?_ Preguntó, mientras tomaba su mano y lo dirigía al sillón. Tomas se sentó en silencio, pensando qué decir. Pedro frunció el ceño_ ¿Algo salió mal?.
_ Me cogí a Ivan _ Confesó. El más alto entrecerró los ojos, esto tenía que ser un chiste ¿Verdad? Pensó, mientras soltaba una risita nerviosa, pero Tomas no se rió, solo hizo una muca.
_ ¿Qué?
_ Me cogí a Ivan.
_ Pero_ Lo miró a los ojos, la típica expresión de arrepentimiento, no podía creerlo, miró hacia todos lados confundido_ Pero me dijiste que ibas a ir a charlar con la disquera... estuve todo el día esperándote_ Tomas comenzó a rascarse la pierna_ Te limpié toda la casa... te... te cociné y vos... y yo... ¡Te cogiste a Ivan!_ Gritó y se levantó del sillón mientras tensaba sus músculos.
_ Pedro pará...
_ No te acerques_ Advirtió, mientras daba vueltas por la casa agarrándose la cabeza_ Yo sabía, soy un imbécil, soy un tremendo estúpido.
_ No sos un imbécil amor...
_ Amor la pija_ Gruñó, mientras lo señalaba con un dedo_ Sos un hijo de puta, te la pasaste diciendo "Ivan esto, Ivan aquello" ¿Sabes qué? ¡Sos mil veces peor que él!.
_ Mierda lo sé_ Dijo, casi en un suspiro mientras su garganta comenzaba a quebrarse_ Soy una mierda y vos no te mereces esto.
_ ¡Obvio que no lo merezco!_ Gritó, mientras las lágrimas inundaban su rostro_ Yo fui un buen amigo, yo fui un buen novio ¡Carajo!_ Tomas intentó tocarlo, pero Pedro se alejó_ No, no me toques.
_ Perdoname por favor...
_ No te voy a perdonar, es más, cuando te rompan el corazón espero que te acuerdes de mí_ Dijo y salió de la casa dejando un portazo. Esto no podía empeorar...O si.