•̩̩͙*𝔅𝔞𝔟𝔶'𝔰 𝔬𝔫 𝔣𝔦𝔯𝔢 - Sungtaro*•̩̩͙

💖𝟒𝟕💖

Todo estaba en orden, los regalos estaban envueltos y había logrado comprar un pastel lindo para la ocasión. Había intentado arreglarse pero terminó cambiándose tres veces, no sabía si era buena idea llevar jeans con suéter negro pero según él no se veía mal. Igualmente se rizó el cabello para no verse tan simple pero luego se arrepintió y lo cepilló así que le había quedado ondulado, tuvo una mini crisis pero se le acababa el tiempo y ya no podía arreglarlo.

—¿Me pondré perfume o sería demasiado? bueno no es cómo sí me hubiera maquillado o algo, demonios, ¿por qué estoy hablando solo?— se quejó mientras volvía  mirarse el espejo alarmado.

Pues mal mal no se veía.

—Bueno, ¡ya gobiérnate!— se dijo a si mismo a través del reflejo de su espejo— Voy a ir a esa cena y todo ira bien, comeré muy rico y platicare con Shotaro, nos la pasaremos bien y nada lo va a impedir— "Sí, eso es, debo manifestarlo" pensó

Realmente no iba a eventos cómo ese, todas las cenas de navidad siempre fueron en familia, incluso con sus amigos salían sólo ellos y después cada quien a su casa. Sí estaba un poco nervioso, pero vamos, Shotaro es....Shotaro, además, según recuerda Yukari era igual muy amable. Le iría bien, una cena no es nada del otro mundo, además...

—Igual y sí tengo suerte Shotaro me da un abrazo...— murmuró con un leve rubor en sus mejillas.

Se sacudió una ultima vez, se puso su abrigo, tomó los regalos y el pastel y llamó un taxi que lo llevara a la casa de Yukari. Al principio el taxista lo miro de reojo, como si no le creyera que iba para ese lugar, sabía que era la zona pudiente de la ciudad pero vamos ¿tan difícil era verlo como alguien decente?

El trayecto fue de casi media hora y estaba tan nervioso al ver el paisaje cambiar, de repente se sentía fuera de sitio, la única vez que estuvo en una zona así fue cuando asistió a la boda de Johnny y Doyoung, y los familiares de éste ultimo le hicieron el feo.

Llegó a su destino y le pagó al taxista que solamente le dirigió un sonido de afirmación y se fue, quizás estaba amargado por trabajar en navidad. Caminó por las calles admirando las enormes casas con decoraciones ostentosas, se preguntó cuánto les saldría en el  recibo de la luz con todas esas luces y los adornos brillantes en el jardín.

Finalmente llegó a casa de Yukari, no se veía muy distinta de las demás, tal vez menos minimalista pero de ahí en fuera el jardín y la reja eran casi iguales, sin mencionar que, como todas las demás casas, era de un color claro. Menos mal, pues había empezado a nevar y no quería llenarse de copos. 

Cómo pudo sostuvo sus cosas y tocó el timbre.

—¿Hola?—  una voz de hombre habló de la nada asustándolo.

— Eh, h-hola—  contestó buscando de dónde provenía y vio un parlante del lado de la pared, no sólo eso, también había una cámara

—¿Qué se le ofrece?— preguntó la voz

— A-ah, pues es que yo-

— Sí quiere vender algo ahórreme la pena de decirle que no lo queremos y retírese

"Bien vergas" pensó el alfa—Vengo a la cena— dijo con tono irritado.

—¿Cuál es  su nombre?—  le retó nuevamente.

 —Jung Sungchan— dijo con toda la confianza del mundo, suprimió una sonrisa cuando la voz se quedó callada cómo sí estuviera pensando o dándose cuenta de que hizo el ridículo.

—Oh, claro...es el invitado, una disculpa— dijo con un tono completamente distinto— Entre por favor— y dicho eso la puerta del portón frente a él se abrió.