💖𝟓𝟔💖

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El verano seguía pasando y los días soleados eran la norma, sin embargo, para Sungchan todo estaba cubierto de una sombra que parecía eterna. La frustración lo estaba matando, ahora más que nunca sentía al mundo burlarse de él.

Aúna así, el alfa ahora debía mantenerse bajo control por el bien de su cachorro. Niki parecía darse cuenta de que algo pasaba, pero Sungchan evitaba que el niño viera las noticias o que personas ajenas trataran de acercarse y le soltaran todo lo recientemente descubierto.

Yukari no estaba mejor, desde hace días que la mujer se la pasaba peleando todos los días con alguien. La casa de la alfa estaba llena de abogados, reporteros tratando de entrar al jardín y personal de seguridad tratando de que extraños estuviera cerca.

—¡No me importa hacer un escándalo!¡Voy a hacer lo necesario para que hablen de ello! Que se entere todo el continente y el mundo sí se puede— la alfa le gruñó a uno de sus asistentes. 

La noticia se había dado a conocer hace una semana, cuestionando la forma de trabajar de la policía de Japón. No era secreto la ineptitud de las autoridades en ciertas cosas, pero cuando un criminal es atrapado lo mínimo que se espera es que cumpla su condena por más blanda o dura que sea. Pero eso no había pasado.

Nakamoto Yuta estaba prófugo.

Había estado libre durante quién sabe cuánto tiempo y nadie habia dado reporte de ello.

No hace falta decir que las autoridades quedaron en ridículo cuándo se dio a conocer todo, que habían aceptado un soborno para poner tras las rejas a un hombre de bajos recursos que cumplía la condena de Nakamoto a cambio de dinero para su familia.

Yukari gruñó y se fue a encerrar a su habitación. Estaba harta de todo. Harta de la policía, de los abogados, de los medios, de sí misma. En un momento las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y su corazón se sintió apretado.

—No me puede pasar de nuevo...— murmuró para sí misma.

Esta pesadilla no podía estar repitiéndose ¿A caso era su castigo? ¿deberá perder siempre a quienes ama?

Yukari sentía que sí.

Después de todo, cuando pudo ayudar a su hija luego de tantos años ni se molestó en acercarse a ella y se fue corriendo, incluso cuando escuchó su dulce voz quebrandose mientras pedía ayuda. Le dio la espalda y la sentenció a muerte.

—No puede pasar de nuevo...— sollozó cayendo al suelo, no pudiendo más con la presión en el pecho que le aquejaba desde que le arrebataron a su nieto.

Ya le había fallado a Usagi, no le podía fallar a Shotaro. 

Ojalá no se hubiera ido corriendo ese día. No había excusas, pudo ahorrarle ese sufrimiento a su hija, la hubiera tenido de vuelta, su esposa seguiría con vida, y hubiera visto crecer a su nieto. Todo lo malo que paso fue por su culpa, no era justo que fuera Shotaro quién pagara el precio.

El teléfono de la mujer sonó y por un momento tuvo que esforzarse para dejar de sollozar. Observó la pantalla mientras respiraba desordenadamente, era Sungchan.

—¿H-hola? — contestó para después tomar aire y dejarlo salir de a poco.

Yukari, creo que voy a tomar tu propuesta de mudarnos por el momento— el hombre dijo— Todo este circo me tiene estresado, ya no puedo salir con Niki por miedo a que alguien se acerque a interrogarnos

Hace días la mujer le había propuesto a Sungchan mudarse a una casa cerca de una zona rural, donde los curiosos no le molestaran ni a él ni a su niño.

•̩̩͙*𝔅𝔞𝔟𝔶'𝔰 𝔬𝔫 𝔣𝔦𝔯𝔢  - Sungtaro*•̩̩͙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora