Capítulo xx. Tan torbellino como la recordaba

206 10 0
                                    

ACTUALIDAD

― Esta monita es incansable, ¿cierto?

Camila asiente con una sonrisa, de esas que sólo le nacen cuando mira a su hermana. Emily le rodea los hombros con un brazo y la atrae a su cuerpo para después dejar un beso en su sien. La castaña suspira y recarga la cabeza en su hombro mientras siguen caminando con Sofía por delante, jugando a no pisar las líneas de las brillantes losas.

Son esos días los que revuelven la cabeza de Camila, licuando su cerebro hasta convertirlo en una masa inservible. Es por eso por lo que prefiere darse una tregua, esperar a que su mente se enfríe, no realizar cambios radicales mientras sus emociones forman huracanes de lo contradictorios que son.

No había manera de librarse ese día. Desde que Emily había vuelto de sus vacaciones familiares, usó cualquier pequeño pretexto que encontrara para no quedar con ella; siempre usaba motivos reales, porque tampoco quería empezar a mentirle a su novia, pero sí es verdad que en el pasado había podido acomodarse para cumplir con esos pequeños deberes sin dejar de ver a la ojiverde.

El tema es ese, que sentía que, si veía a su novia, inevitablemente vendrían cambios radicales, y no estaba segura de cómo enfrentarlo. Pero esa mañana, cuando su novia le propuso llevar a Sofía a la nueva pista de patinaje de la Plaza Portal, vio la oportunidad perfecta para ver a Emily en un entorno en que difícilmente profundizarían en cualquier tema. Sobre todo con Sofía presente.

Y el día ha marchado bastante bien, probablemente porque lo poco que han hablado ha sido para platicar de cómo estuvo el viaje de Emily o para que Sofia contara largo y extenso lo que ha hecho en sus vacaciones hasta ahora. Camila habló mínimamente de su servicio social, y fue cuando recordó que Taylor le dijo que no era justo ocultarle cosas a Emily, ni que Lauren fuera visible o invisible en su vida a su conveniencia.

― Renacuajo, ¿qué haces aquí?

Emily y Camila miran cómo Sofia se lanza a los brazos de Tori, quien parece haberse materializado ahí de pronto.

Aceleran el paso para llegar hasta ellas para saludar a la chica de la que Sofía sigue abrazada, o al menos de su pierna.

― Tiene las manos heladas ― dice Tori, encerrando las pequeñas manos de Sofía entre las suyas.

― Sí, estábamos en la pista de hielo ― explica Camila, enternecida por la faceta de su amiga cuando hay algún niño cerca.

― Las Cabello son friolentas, tú tienes las manos igual ― dice Emily tomando las manos de su novia y dejando un beso en los nudillos de cada una.

Camila sonríe con ternura y un poquito de incomodidad por estar frente a su amiga y su hermana menor.

Tori suelta una exclamación de asco y se inclina para hablarle a Sofía lo suficientemente alto para que la pareja también la escuche.

― ¿Qué tal si tú y yo huimos lejos de este par de melosas?

Sofía, divertida por la expresión de Tori, suelta una risita y asiente enfáticamente. Camila se sonroja y se aleja un poco de Emily, pese a que su novia le rodea la cintura con cariño.

― Kaki, hay que huir del par odiosas ― dice Sofia estirando su brazo en dirección a su hermana.

― Esta niña es una erudita ― proclama Tori llevándose la mano al pecho como madre orgullosa.

― Melosas, Sofi ― la corrige Emily.

― Viene siendo lo mismo, no le hagas caso ― le dice Tori a la pequeña restándole importancia.

Adulterada [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora