Capítulo x. La ignorancia es dichosa

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ACTUALIDAD

Tendría que haberlo sabido. Prácticamente es una adulta y definitivamente no es tonta. Debió saber que hay cosas que es mejor no saberlas; que, si alguien te niega ciertas respuestas, lo mejor es renunciar a ellas. No puede decir que Lauren no trató de advertirle, incluso sabe que no simplemente trató; se lo dijo de todas las formas en que pudo.

Aun así, aun cuando le dio todas las oportunidades de dar vuelta atrás, dio el paso. Y ahora sabe todo, y ahora su cabeza está vacía de dudas -al menos de las dudas que tenía desde hace meses. Y, aun así, no siente que haya logrado nada en absoluto.

Ya han pasado casi 2 meses desde el día de la tormenta. Sigue sintiendo la pesadez sobre su cuerpo, como si durante todo ese tiempo no se hubiera quitado la ropa mojada por la lluvia; pero en el fondo sabe que la pesadez no es por el agua, es por el significado de las palabras de Lauren que cayeron como rocas sobre su pecho.

No solo se sintió estúpida por haber malinterpretado las acciones de su cuñada, no sólo se sintió humillada por su deseo de significar algo para la ojiverde aplastado. Se sintió increíblemente culpable por la auténtica confusión en los ojos de Lauren; que, lejos de brillar con burla o egocentrismo, estaban pintados de un enorme amor. Pero no, no por ella. Por Emily.

Lauren había estado pensando en Emily todo el tiempo, justo del modo en que ella debió hacerlo también. No le molesta que su cuñada pensara nada más en Emily, le molesta que ella no lo haya hecho. No le molesta que Lauren no pensara en ella, le molesta que ella sí pensara en Lauren.

― ¿Camila?

La castaña se sobresalta por el ruidoso clic que hace su puerta cuando Emily la abre para ella y se asoma.

― ¿Estás bien? ― pregunta Emily con ligera diversión.

Camila sonríe con nerviosismo y asiente mientras sale del auto. Su cuerpo vibra con anticipación y algo parecido al miedo. Emily se pone a su lado con rapidez y la rebasa sin esfuerzo, sin embargo, la mayor lo interpreta como que su novia le permite adelantarse para abrirle la puerta en su acostumbrado gesto de caballerosidad, nunca se le ocurre que en realidad Camila arrastra los pies para atravesar su jardín delantero porque cada célula de su cuerpo quiere salir corriendo en dirección contraria; lo que sea con tal de alejarse de la posibilidad de toparse con Lauren.

Y es que en una ocasión diferente no se preocuparía tanto, pero el auto de Lauren estacionado enfrente le da un mal presentimiento.

― ¡Tay! ¡Ya estamos aquí!

Luego de dejar sus llaves sobre el bol de la mesita junto a la puerta de entrada, Emily entra a la sala con la intención de tirarse y acurrucarse con su novia, pero apenas pone un pie en la habitación, distingue un cuerpo cubierto con una cobija gruesa tirado en el sofá más grande.

― ¿Tay? ― pregunta con cautela para no despertar a la chica dormida.

― ¿Sí? ¡Estoy en la cocina!

La apagada voz de Taylor congela a la pareja justo en donde están. Camila voltea rápidamente para mirar nuevamente a la persona que duerme tan tranquilamente, sólo ahora parece obvio que no es la menor. Nota cómo el cuerpo de Emily se tensa por completo y por impulso busca tomar su mano, no le da tiempo de reaccionar cuando ya la está jalando en dirección a la cocina.

En cuanto entran, Taylor las mira a ambas con los ojos muy abiertos y una sonrisa vacilante.

― ¿Qué les pasa? ¿Alguien las venía persiguiendo o qué?

Emily suelta una risita nerviosa y aliviada, Camila no atina a hacer otra cosa que fingir una sonrisa y sacarse el abrigo ya que de pronto le dio una oleada de calor.

Adulterada [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora