Adulterada [Camren]

Capítulo vi. Camz

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Camila se desliza con rapidez por los pasillos resbaladizos de la tienda manteniéndose detrás de los percheros y las columnas con espejos. Se asoma nuevamente y comprueba no estar alucinando.

Unos minutos antes creyó haber escuchado la voz de Lauren, sin embargo, también se escuchaban otras voces totalmente distintas, así que no está segura. Dio un par de vueltas para acercarse lo más posible sin ser vista. Ahora está segura de que es Lauren, pero ahora también sabe que las otras voces eran de otras dos chicas que acompañan a la ojiverde.

Pasa un rato escondida de la visión de las chicas. Se muerde el labio, no está segura de que deba acercarse, pero cuando se da cuenta, ya está caminando hacia la chica al ver que, de un momento a otro, queda sola en un pasillo, entre varios percheros. Aprovecha que la basquetbolista está de espaldas, incluso camina de puntillas y aguanta la respiración al llegar a su lado.

― Lauren ― la llama suavemente al tocar su hombro.

La chica se gira con calma, evidentemente sin tener idea de que se iba a encontrar con su cuñada. En cuanto Lauren la mira abre los ojos como platos.

― ¡Camz! ― exclama con sorpresa con voz ahogada.

Lauren mira alrededor buscando a sus amigas. A una la ve muy entretenida buscando la talla correcta de una falda, mientras la otra se pierde en el laberinto de pasillos. Se encoge de hombros, como si reprimiera el impulso de esconderse bajo la ropa que cuelga.

― ¿Camz? ― pregunta la castaña con un hilo de voz, pero Lauren está muy nerviosa como para escucharla.

Toma a la porrista del brazo con firmeza y la pega a su cuerpo para después caminar con ella hasta detrás de un muro de cartón que divide la sección de Damas de la sección de Niñas, siempre manteniendo un ojo en sus amigas para asegurarse que no notarán su ausencia un momento.

― ¿Qué crees estás haciendo? ― pregunta ansiosa. A Camila le da la sensación de que es casi un reclamo.

― Sólo quería saber cómo estás, la-a otra noche me fui y no-o sé... ― tartamudea en voz baja, porque la actitud de Lauren la obliga a tener cautela, aunque no está muy segura de por qué ―. Además, ha-as estado faltando a clases, ya-a ni siquiera te juntas con tus amigos.

― ¿Qué? ― la jugadora niega con la cabeza y esconde el rostro entre sus manos, gruñe por lo bajo y peina su cabello hacia atrás ―. No estás aquí con Emily, ¿verdad? ― Camila se desinfla y niega con la cabeza rápidamente, a lo que Lauren respira aliviada ―. Bien, bien... Escucha... ― toma a la menor de los brazos con suavidad y respira profundo ―. No debes preocuparte por eso, ni por la otra noche, ni por nada, ¿está bien?

― ¿Que no me preocupe? ― pregunta incrédula, y esta vez es Camila quien se exaspera ―. ¿Estás bromeando? ― Lauren frunce el ceño y mira a la chica como si le hubiera salido un cuerno justo en la frente ―. Emily... ella, poco le faltó para golpearte, Lauren. Quizá yo no sé muchas cosas sobre ti o la forma en que te relacionas con tu familia, pero sí sé que lo que ocurrió esa noche no es para nada normal. Nunca había visto a Em actuar de ese modo y estuvo mal de muchas maneras. El día que Taylor dijo que no debía mencionar que hablaba contigo creí que ella exageraba, como siempre, pero luego de eso...

Lauren suaviza el rostro por la preocupación que destellan sus ojos marrones. Camila no para de mover las manos y no para de hablar y a la jugadora le parece gracioso, incluso adorable. Sin embargo, sabe que Camila tiene razón en todo lo que dice.

― No digo que haya estado bien ― la interrumpe antes de que se ponga morada por no respirar ―, sólo digo que tú no debes preocuparte por eso.