Capítulo 36

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Poppy se sentía traicionada por su propia familia

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Poppy se sentía traicionada por su propia familia. Las mujeres Sinclair siempre habían dicho que luego de que un alma gemela te rompía el corazón, el resto de las heridas se volvían insignificantes. Sin embargo, ahora sabía que no era más que una mentira tan cruel como ingenua. Porque las palabras de Jack hacían eco en su mente, causándole una melancolía profunda y un dolor insoportable en el corazón.

Había prometido que nunca volvería a perderse a sí misma, abandonando lo que quería y dejando afuera a las personas que amaba. Por eso salió de la cama cada mañana, realizó sus trabajos ocasionales, acudió al refugio todos los días y visitó a su abuela y a su tía. Hizo todo eso porque así era su vida antes de que Jack se involucrara en su camino y seguiría siendo así ahora que él había escogido otro camino.

—Poppy, ¿puedes traer más solicitudes de adopción? —dijo Adam, sacándola de sus pensamientos.

Poppy reaccionó y asintió con una sonrisa. Se abrió pasó entre la multitud esparcida en la renovada zona de adopción y se dirigió a la oficina de Adam y Laurie, de la cual tomó otra caja de solicitudes, antes de regresar y repartirlas en las mesas donde los colaboradores estaban formalizando el proceso. Su mirada se deslizó alrededor y su sonrisa se agrandó. Nunca había tenido una jornada de adopción tan concurrida como aquella. Incluso había una fila para ingresar y habían tenido que repartir turnos.

La mañana había sido una locura mientras cada equipo de colaboradores se encargaba de una tarea específica. Poppy había rotado de funciones: había dirigido a los grupos de visitantes, revisado el cumplimiento de los prerrequisitos para adopción, leído la presentación de cada uno de sus animales y llenado los formularios para finalizar el proceso.

Como siempre, Adam y Laurie dirigían al equipo; él, encargándose de la formalización del proceso y la instrucción de cuidados, mientras que Laurie hacía las entrevistas a las personas que habían cumplido con los prerrequisitos y eran considerados aptos para adoptar.

Poppy sabía que el proceso podía ser extenso y más riguroso que en otros centros, pero esa era la política que había determinado Eve Carter al fundar el refugio. Laurie compartía y continuaba aplicando el reglamento de su madre, quien siempre había creído que ellos tenían la responsabilidad de asegurar que una persona estuviera apta para adoptar antes de entregarle a uno de sus queridos animales. Después de todo, muchos ya habían sufrido traumas y garantizar su felicidad debía ser una prioridad.

Ese proceso riguroso aplicaba a todos los animales. Incluso Laurie había robustecido el proceso de adopción para animales con prótesis, definiendo como prerrequisito, aprobar una capacitación de cuidados y una visita personal al nuevo hogar. Aun así, luego del anuncio de la jornada de adopción, se habían presentado muchas solicitudes para sus animales con prótesis.

—Nos quedamos sin kits —dijo una joven voluntaria.

—¡Iré por más! —intervino Poppy para que ellos siguieran con sus tareas.

Este corazón roto [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora