Sueño de los Eternos era conocido por ser misterioso y silencioso. Había recogido muchos nombres a lo largo de la historia: Morfeo, Oneiros, Sandman... Lo que nadie se esperaba era que terminara enamorándose de una mortal y la convirtiera en Dama de...
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Tanto Lucifer como Morfeo estaban en el palco mientras Choronzon los presentaba al público, como si aquello fuera alguna clase de juego. Mientras, Matthew y Myra estaban más atrás de la sala, observando.
-No lo entiendo -comentó el cuervo, todavía posado en el hombro de la chica-. Tuvo la posibilidad de cambiarte y hacer que el rey de los Sueños se convirtiera en su esclavo en caso de perder, ¿por qué lo decidió mantener así?
-Porque los demonios son viles y si perdiera, yo estaría atrapada en el Infierno por la eternidad -explicó Myra todavía algo tocada por el hecho de que estuviera en la apuesta-. La mayoría de personas saben que... Morfeo siempre quiso hacerme reina pero que nunca fue posible. Entregarme un bártulo creado por él es como entregarme parte de su alma. Si estuviera atrapada aquí... nunca volveríamos a vernos -terminó viendo cómo los demonios abucheaban a Sueño.
-¿Qué hay de los sueños? Todos los que están aquí también sueñan, podrías verle allí. Si es que perdiera, que no va a hacerlo -añadió rápidamente.
-No, dudo mucho que Choronzon me permitiera quedarme dormida. Ya te lo dije, los demonios son viles -recordó viendo cómo Morfeo dejaba el palco para acercarse a ellos-. Pero tienes razón, no va a perder. Va a tener en un duelo de habilidad, confianza y transformación. El juego más antiguo. Él es el príncipe de las Historias, confío en él -recalcó antes de que su rey los alcanzara.
-Las cosas no salieron como esperaba -fue su forma de disculparse-. Si por algún casual algo saliera mal, Matthew, deberás avisar a Lucienne. La arena te llevará.
-No voy a volver -aclaró él con fuerza-. Me quedaré con Myra y veremos cómo ganas este duelo.
-Morfeo, ¿interrumpo alguna clase de calentamiento? -cuestionó Lucifer al verlo allí.
-Solo un discursito para animarlo, majestad -murmuró el cuervo haciendo una pequeña reverencia-. Hemos venido a por el yelmo, y no nos iremos sin él -decretó.
-Ya veremos -fue la respuesta enigmática del ángel caído, poniéndose en posición.
-Morfeo -llamó Myra antes de que él también fuera junto a Lucifer-. Suerte -susurró.
Sueño no dijo nada, tan solo inclinó levemente la cabeza en señal de agradecimiento.
-Como desafiado, marco el compás y muevo ficha primero -decretó la ama del Infierno.
-Muy bien. Mueve -pidió Morfeo.
-Soy un lobo gigante. Acecho presas y soy letal -comenzó con una sonrisa satisfecha.
Sueño de los Eternos no se quedó atrás.
-Soy un cazador. Monto a caballo y mato lobos.
Lucifer soltó entonces un grito, llevándose las manos al estómago. Cuando las separó, allí había sangre.
