Sueño de los Eternos era conocido por ser misterioso y silencioso. Había recogido muchos nombres a lo largo de la historia: Morfeo, Oneiros, Sandman... Lo que nadie se esperaba era que terminara enamorándose de una mortal y la convirtiera en Dama de...
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-Se te da bastante bien -dijo Morfeo con una sonrisa divertida en sus labios mientras observaba a Myra crear una nueva pesadilla.
Esta negó con la cabeza dejando de dar forma al cuerpo que tenía frente a ella.
-No soy ni tan buena ni tan creativa como tú. He estado varios días intentando hacer algo a la altura pero siento que todo es horrible -se quejó poniendo la mano en su boca.
Morfeo volvió a dejar escapar una pequeña risa, poniéndose su lado.
-Ahora no lo ves pero al final... -dijo el Eterno terminando la pesadilla-, verás los esfuerzos de tu trabajo y lo amarás.
La pesadilla se formó ante ellos. Una sombra con unos diminutos ojos rojos que observaban todo a su alrededor.
-Wow... -susurró Myra antes de ver a la pesadilla ser enviada al centro del Sueño.
-Te lo dije -murmuró Morfeo con los ojos brillando-. Tienes un don natural.
-Lo dices para que me sienta mejor -acusó Myra.
Justo entonces, una nube negra llegó desde las fronteras y fue hasta Morfeo. Este lo observó con cuidado, escuchando lo que tenían que decir. Tras dar el mensaje, desapareció. El rostro del hombre se mantuvo serio.
-¿Qué sucede? -preguntó Myra.
-Era Calíope -dijo su nombre casi como si no quisiera mencionarla.
Por mucho que intentara que no se le notara, la expresión de la chica perdió su brillo.
-Está encerrada por un mortal de forma legítima -continuó Morfeo-. Por un escritor que exige que le otorgue inspiración.
-Aunque ese sea el caso, tú mejor que nadie comprende por lo que está pasando -dijo Myra en un tono bajo-. Nadie merece estar así, ve a ayudarla.
Morfeo se veía reacio a hacerlo, por lo que Myra siguió intentándolo.
-Imagina que fuera yo. ¿No irías a ayudarme?
Morfeo la miró como si se estuviera imaginando la situación, imaginándose a Myra en la prisión de cristal en la que había estado durante tanto tiempo...
-Iría de inmediato -confesó cogiendo sus manos-. Pero, por favor, ven conmigo. Déjame demostrarte que entre ella y yo no hubo nada.
Myra suspiró.
-Morfeo, estábamos enfadados en aquella época. No debes demostrarme nada. Lo que pasó, pasó y ya.
