La casa de muñecas

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Volumen 2: La Casa de Muñecas

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Volumen 2: La Casa de Muñecas

El reino del Sueño había sido reparado finalmente y sus habitantes estaban regresando. Tras el paso de John Dee, Morfeo había reconstruido el palacio, con todas sus habitaciones.

Tras todo este trabajo, este había pedido a Lucienne que hiciera un censo para saber qué Sueños y Pesadillas habían regresado y cuales se habían creado. Mientras, él se tomó un descanso.

En los dormitorios reales, Sueño se encontraba tumbado junto a Myra, abrazándola y mirándola con intensidad.

-¿Qué? -preguntó la chica divertida.

-No he podido verte con calma desde que regresé. Ni tampoco estar junto a ti sin tener nada por medio -explicó-. Es bueno volver a esto -murmuró acariciando su mano con el pulgar.

-Sí, es muy bueno -comentó ella, acercándose más a él, sintiendo los brazos de Morfeo rodearla con fuerza.

Esperaba que al menos las cosas estuvieran más tranquilas en el Sueño.

X

Lucienne había completado el censo y anunció que faltaban tres de los Arcanos Mayores. Ante estas noticias, Morfeo se puso serio.

-Nombralos.

Lucienne dio una mirada rápida a Myra, quien parecía algo nerviosa, y ella sabía muy bien por qué, aunque no la culpaba.

-La primera es Gault -dijo mientras la cristalera azul de encima del trono tomaba su forma-. Una pesadilla en la que nunca confié.

-Es una cambiaformas. No es de naturaleza confiable -comentó Morfeo dándola la razón-. ¿Quién más?

-El Corintio.

La segunda cristalera de color anaranjado mostró su imagen.

-Me lo temía -asintió el hombre. Sigue alimentándose de los soñadores que debía servir. ¿Y el último?

-Es el Campo del Violín.

-¿El Campo del Violín? -preguntó extrañado mientras la última cristalera tomaba la imagen de un campo verde-. Eso sí que es extraño. Es amo de sus dominios y siempre ha sido de fiar.

-Lo sabemos -confirmó la bibliotecaria.

-Es culpa mía -murmuró Morfeo perdido en sus pensamientos-. De haber estado aquí-

-En realidad, se podría decir que la culpa es mía -intervino Myra ganándose la atención de todos ellos-. Menos el Corintio, Gault y el Campo del Violín vinieron a verme para pedirme permiso. Querían irse ya que tampoco había mucho que hacer aquí.

-¿Y los dejaste marchar? -cuestionó Sueño incrédulo.

-No soy tú -se excusó ella-. No sabía cómo sobrellevar todo y tampoco había mucho que hacer en el Sueño. Y como muchos de los sueños y pesadillas se estaban marchando, les permití irse.

Only In Dreams (Sandman x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora