Sueño de los Eternos era conocido por ser misterioso y silencioso. Había recogido muchos nombres a lo largo de la historia: Morfeo, Oneiros, Sandman... Lo que nadie se esperaba era que terminara enamorándose de una mortal y la convirtiera en Dama de...
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-¿Sabéis cómo es su vida en el mundo despierto? -cuestionó Gault viendo cómo su rey subía un par de escaleras que daban al trono.
-Los humanos no pueden vivir en los sueños -habló Morfeo girándose para verla con ojos duros y sin compasión-. Mientras estuvo ahí, el niño no tuvo vida ni ocasión de tenerla.
-Al niño lo están maltratando. Sufre -intentó hacerle entender Gault, pero a Morfeo no le importó.
-Tú abusaste de ese sufrimiento para crear un Sueño que pudieses gobernar.
-Yo no pretendía gobernar -negó la pesadilla-. Solo deseo ser un sueño en vez de una pesadilla. Inspirar en lugar de asustar. Tal como le conté a mi dama y cosa que ella me permitió hacer -recordó con agradecimiento mientras miraba a Myra, quien observaba a Gault comprensiva.
-La elección no te corresponde a ti. No elegimos que se nos cree. Tampoco cómo se nos crean -argumentó el hombre.
-Eso es cierto. Pero podemos cambiar.
-No -fue la respuesta inmediata de su soberano-. Todos y cada uno de nosotros nacemos con responsabilidades. Tampoco yo puedo elegir ser más que lo que soy. Ni yo ni nadie.
Gault siguió con una expresión atacante.
-Mi dama no fue hecha para soportar tanta responsabilidad en el Sueño, y sin embargo, si ella hubiera tenido el poder que usted tiene, me hubiera quedado junto a ella a cumplir mi papel porque me hubiese permitido ser un sueño. Al igual que muchos.
-No todos elegimos irnos, y casi todos han regresado -fue lo primero que dijo Lucienne desde que regresaron a la sala del trono.
-¿Crees que han vuelto por amor? -preguntó Gault con amargura antes de volverse a Sueño-. ¿O porque les daba miedo lo que vos les haríais si no volvían? Porque yo no tengo miedo.
Aquello fue el culmen de la conversación, lo que hizo que Morfeo se volviera amenazante. Frente a ellos ya no estaba únicamente el rey de los Sueños, sino el de las Pesadillas.
-Pues deberías. El propósito de las pesadillas es revelar los miedos de los soñadores para que los afronten. Tal vez unos pocos milenios en la oscuridad revelen los tuyos.
Su sombra empezó a crecer sigilosa, intentando alcanzar a Gault, pero antes de que pudiera, los pies de Myra se metieron de por medio. La sombra, como asustada de lo que podría hacerle a la persona, regresó de vuelta a su forma original.
-Asumo la responsabilidad -dijo esta con voz temblorosa-. Yo fui la que le permitió irse del Sueño. Si hubiera respondido de otra manera, esto no hubiera pasado. Envíame a mí a la oscuridad.
Morfeo bajó de las escaleras hasta quedarse a escasos centímetros de ella. Su mirada era tan intensa que Myra sintió la necesidad de desviar la mirada, pero no lo hizo.
-Tú no mereces ningún castigo. Hiciste lo que debías en una época sin control ni represalias por sus acciones. Te mantuviste fuerte, querida Myra. Te agradezco todo lo que has hecho en mi ausencia, mas ya he vuelto y no debes tomar ya esas decisiones por el reino.
Los ojos de Myra estaban húmedos y no daba indicios de dejar su sitio.
-Está bien, mi dama -habló Gault tras ella-. Tenéis buen corazón y os agradezco la oportunidad que me habéis dado, la oportunidad de ser un sueño, tal y como deseo. Es más de lo que han hecho por mí.
La joven terminó asintiendo y apartándose del camino.
-Bien, Gault. Hora de enviarte a la oscuridad -habló Morfeo con su sombra, ahora sí, haciendo desaparecer a la pesadilla.
A pesar del miedo que tenía esta dentro de ella, intentó mantenerse fuerte.
-Siempre será mejor... que asustar a los demás. Incluso las pesadillas podemos soñar, mi señor.
Y con eso dicho desapareció.
-¿Lo consideras un castigo injusto, Lucienne? -preguntó Morfeo al notar el silencio de su bibliotecaria.
La mujer fue lista y pensó en sus palabras, pues estaba claro que su señor no estaba de humor para nada.
-Yo antes era otra cosa. Vos me hicisteis bibliotecaria. Myra era una mortal y la convertisteis en Dama del Sueño. Todos cambiamos, señor. Puede que incluso vos, algún día.
Pero, aunque sus palabras eran ciertas, el Eterno no parecía importarle mucho.
-Lucienne, sé que en mi ausencia ayudaste a Myra a tomar decisiones por mí, pero ya he regresado. Puedes volver a la biblioteca -decretó.
La mujer suspiró sabiendo que nadie ni nada podría hacerle cambiar de idea. Lord Morfeo siempre había sido así, empeñado en hacer todo él solo.
Una vez se marchó, tan solo se quedaron Sueño y Myra. Esta última se giró cuando sintió una presencia a su lado. Morfeo se había acercado con pasos silenciosos.
-Has trabajado mucho durante mi ausencia, querida Myra -comentó-. Más aún cuando regresé y me ayudaste a a recuperar mis bártulos. Pero ahora no deseo importunarte con mis deberes.
-¿No has pensado que quiero ayudarte? -preguntó esta-. Haces las cosas tú solo. El vórtice, los Arcanos... No tienes por qué. Podemos hacer esto todos juntos, como lo de tus bártulos.
-Aún así, no es tu obligación ni tampoco deseo que lo sea -siguió insistiendo.
Myra se quedó callada, sabiendo lo difícil que era convencerlo de otra cosa.
-Tan solo... llámame si necesitas algo. Cualquier cosa -pidió apretando ligeramente su mano.
Morfeo la sujetó y besó la palma de su mano antes de dejarla ir.
X
Más tarde, Matthew vino a verla en su oficina compartida.
-No sé cómo lo ha hecho pero Rose ha preñado a Lyta.
-¿Su amiga? -cuestionó Myra dejando de lado unos archivos que había estado revisando.
-Parece que ha sido soñando, y al despertarse Lyta seguía embarazada. Lucienne me ha dicho que está debilitando los muros entre reinos.
-Así es. ¿Se lo has dicho ya a Morfeo? -cuestionó la chica.
-Bueno, ahora iba. Al parecer no está de mucho humor. Le ha dicho a Lucienne que se centrara en ser la bibliotecaria. Por lo menos, tú sigues ayudándole, ¿verdad?
Myra suspiró.
-No. También me ha dicho que no es mi obligación, así que aquí estoy -dijo mostrando los archivos-. Haciendo el registro de los durmientes perdidos.
-¿Puedo tenerte al corriente? Lucienne no ha querido porque Lord Morfeo podría enviarla a la oscuridad, pero me ha dicho que no cree que a ti te haga lo mismo.
Myra sabía muy bien que esa declaración era cierta.
-Sí, puedes mantenerme al corriente, pero avisale a él también. No queremos que se cabree más porque no le dijimos algo.
