Innocence Lost||Z.M||Fanfiction

Capítulo.30-"Hogar"(Final)

30.

"It's so quiet here,and I feel so cold

This house no longer,feels like home" So cold-Ben Cocks.

La semana había transcurrido con una lentitud que la hacía parecer interminable. Parecía que cada día era eterno, que el pasar del tiempo no existiera en lo absoluto, por lo menos así era para mí.

Metí la llave en la chapa de la puerta y entré a la casa. Con un suspiro me dispuse a subir las escaleras para llegar a mi habitación, la carta de aceptación de la universidad había llegado, pero como podría estudiar con la pequeña criatura en camino.

Me paré fuera de mi habitación, observando la puerta que, cuando me había ido estaba cerrada, y ahora se encontraba medio abierta. Esa mujer se encontraba hurgando entre mis cosas de nuevo. El enojo me inundo, y terminé de abrir de golpe la puerta, pero como la mierda que no era ella.

Sus manos sostenían los papeles junto con la prueba que me había asegurado de ocultar, pero mi escondite no había servido de nada, probablemente debido a que toda mi habitación se encontraba hecha un desastre, como si hubiera esperado encontrar algo en específico, y vaya que lo había hecho.

Sus ojos me miraron con una cólera contenida, la decepción se adueñaba de sus facciones. No había sido la manera en que esperaba hacerle saber la tan sorpresiva noticia, pero, que podía hacer ahora. Debía haberlo hecho en el momento en que lo supe.

-¿Qué mierda es esta Lana?-espetó agitando el papel en sus manos-dime que no es tuyo. ¡Dímelo!-gritó haciéndome saltar en mi lugar. Jamás en todos mis años lo había visto tan furioso con alguien, mucho menos conmigo. Las únicas miradas que este hombre me dirigía eran de cariño y ternura, no enfado y desilusión.

-Papá yo no...

-¿Dónde está esa pequeña mierda?-rugió molesto, y como no estarlo, su única hija era la persona más patética y estúpida en el mundo- No pienso preguntártelo dos veces Lana, ¿dónde carajos está?

Podía contenerme delante de Brad, podía contenerme delante de Danna, incluso podía contenerme delante de Zayn, pero no podía hacerlo con papá. Me encogí de hombros dejando que las lágrimas cayeran, deslizándose por mis mejillas.

Así había sido toda esta última semana, me dormía con la cara empapada en lágrimas, y cada que despertaba volvían a aparecer en el momento en que recordaba la mierda que era mi vida. Por las tardes trataba de mantenerme estable y si las ganas de llorar regresaban trataba de contenerlas el mayor tiempo posible. Había veces en que funcionaba, pero en otras me era imposible hacerlo.

-Fue ella, ¿cierto?-pregunté en un susurro, era imposible que el solo hubiera venido a mi habitación a revisar mis cosas así sin más-te lo dijo-aseguré. No necesitaba que respondiera en realidad, estaba más que segura de ello.

Papá, el hombre más dulce que alguna vez haya existido para mí, tomó el pequeño banco que hacía juego con el tocador y lo levantó antes de arrojarlo contra la pared. Si más me eché para atrás, estaba aterrada.

-Sí, lo hizo ella, tu madre, ella que se preocupa por ti aunque tú-me apuntó con su dedo- no lo veas, ella que está tratando de enmendar sus errores, por ti, por nosotros, pero a ti parece no importarte, prefieres estar revolcándote con ese imbécil antes de ver más allá de sus acciones, como si fueras una...

Sus palabras me atravesaron lentamente, retorciéndose para tratar de llegar más profundo aún. Fue un impulso, una manera de defender la poca dignidad que me quedaba, una manera de defender a la pequeña personita que crecía en mí. Antes de que pudiera terminar mi mano fue directa a su cara, sin miramientos, el sonido de mi palma chocar contra su mejilla resonó por la habitación, que en un segundo, se había quedado en silencio.