Epílogo.

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Zayn's POV.


Hoy había sido el día en el que todo el peso caía sobre mis hombros. Hoy, el día en realmente me había dado cuenta de todo el daño de mierda que había causado. Hoy, era cuando finalmente veía todo lo que había perdido por un jodido y perverso juego.

Tan solo podía ver el miedo junto con el dolor en su mirada. Cada vez que cerraba los ojos la imagen se reproducía sin cesar, torturándome, haciéndome querer regresar el tiempo y borrar todo el daño que le hice.

Acerque la botella de  vidrio nuevamente a mi boca, esperando que el fuerte sabor amargo del alcohol me ayudara a olvidar todo esto, a que me diera el valor necesario para suplicar por su perdón, incluso cuando sabía que no lo merecía.

La forma en que su cuerpo se paralizó en el momento en que vio que era yo, la mierda más grande del mundo, quien se encontraba del otro lado de la puerta, el sonido de su voz, quebrada y llena de desconsuelo. La forma en su cuerpo temblaba cuando la tocaba, pero no era como antes, estaba más que seguro que era por el temor de que yo, nuevamente, volviera hacerle daño.

Había sido el imbécil más grande del mundo.

El dolor de mierda me embargaba el pecho cada vez que a mi mente venía la manera en que su rostro, ese del cual sin darme cuenta, ansiaba ver a cada minuto del día, ese mirada que conocía tan bien desde que era un crío, llena de alegría, junto con la más hermosa sonrisa que alguna vez haya contemplado.

No sabía cuándo, ni cómo es que había caído por esa pequeña niña, aquella que me golpeaba cada vez que jalaba de sus trenzas, aquella que me miraba mal cada vez que le jugaba bromas, aquella que me abrazaba con fuerzas cuando sus días iban tristes.

Simplemente no lo sabía.

Cómo no podía haberme dado cuenta que la persona que más amaba en todo el mundo se encontraba frente a mí todos estos años, y que ahora había perdido para siempre.

Con una jodida mierda. Debí haberlo sabido.

Mis motivos fueron más que estúpidos. No, yo fui el estúpido, que había estado cegado por aquello que creía amor. Y con una mierda.

El aire, extrañamente frío, revolvía un par de hojas caídas del árbol de mamá. La humedad del pasto se colaba tras la tela de mis pantalones. Todo era una mierda.

Cerré mis ojos, premeditando el ardor en mi garganta, antes de dar un trago a la botella. El mal sabor de boca se sentía como la mierda, pero prefería esto como un infierno al nudo en mi garganta que permanecía por horas.

Mi celular comenzó a sonar, el nombre de Brad aparecía en la pantalla. Con un carajo, había tenido suficiente de él. Sabía que estaba en lo cierto, era el bastardo más grande del mundo, pero no estaba para escuchar su jodida voz, con sus jodidos y molestos reclamos.

Como si no supiera, el pedazo de mierda que soy.

Las llamadas se convirtieron en una por minuto, una detrás de otra, insistentes, y molestas como el carajo.

¡Maldita sea Brad!—rugí en el teléfono—¿Quieres dejar de joder? Sé que soy una mierda, sé que Lana no se merecía nada de ...

¿Quieres callarte maldito imbécil?—espetó, su furiosa voz colándose por mis oídos—Ni si quiera debería estar hablando contigo en este momento pequeño pedazo de mierda, pero tú conoces mejor que nadie a Lana, por desgracia. ¿Tienes idea de donde puede estar?

—¿De qué mierda hablas?—pregunté extrañado. Nuevamente la culpa me invadió, aun cuando no sabía que era lo que ocurría, estaba seguro que era mi culpa.

Lana se fue, sus cosas no están y no tenemos ni una jodida idea de donde pueda estar.

Cualquier signo de embriagues que hubiera tenido minutos atrás se esfumó. Mis sentidos despertaron, así como la angustia  el dolor al saber que Lana no estaba. Y había estado en lo correcto, había sido mi maldita culpa.

Innocence Lost||Z.M||FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora