Capítulo 17

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El reencuentro.

-Señor Laurence- dijo Emily cuando vio al señor fuera de su casa, habían pasado un par de días desde que Beth se había ido.

-Oh Emily, lo siento tanto, es que no puedo entrar. La casa no es lo mismo sin ella y no suena correcto- expresó el señor.

-Tal vez yo no sea tan buena como lo fue ella, pero si quiere una amiga aquí estoy yo- le dijo y tomó su mano.

-Muchas gracias querida- dijo casi llorando. Entraron a su casa y tomaron un té.

-Señor Laurence ¿Cómo está su nieto?- preguntó Marmee.

-Oh él está bien, está en Paris haciendo trabajos para mi empresa- comentó el anciano.

-Me alegra.

-Amy esta también en Paris ¿Verdad?

-Si, bueno estaba. Está volviendo con Fred, su prometido- dijo la pelirroja.

(...)

Emily estaba en el ático leyendo un libro.

-¡Emily baja!- gritó su madre desde el primer piso.

-¡Voy!- gritó dejando su libro a un lado.

Bajó las escaleras y fue a la cocina.

-Estoy famélica- dijo agarrando un panecillo y metiéndoselo en la boca.

-Tal vez deberías dejar eso para después Emi, tienes visitas- le dijo su madre que estaba detrás de ella.

-Pero yo no conozco a nadie y tampoco tengo amigos- dijo y se dio vuelta.

Su corazón se detuvo por un segundo al ver a su joven vecino frente a ella. Era más alto, su cabello había crecido e incluso su piel se veía más pálida.

-Oh- fue lo único que pudo salir de se boca, por primera vez en mucho tiempo, no tenía idea de que decir.

-Los dejaré solos- dijo su madre mientras se iba a la sala.

-Lo siento por llegar sin avisar, fue una decisión impulsiva y ni siquiera sé si me quieres ver o...- comenzó a decir pero fue interrumpido por un abrazo.

-¡Te extrañé tanto Laurie!- exclamó la chica.

-Yo también Emi, yo también. Deberíamos a dar un paseo- sugirió el chico.

Salieron de la casa y se dirigieron a los bosques como si no hubieran pasado años desde que caminaron por ahí.

-Yo no se que decir- confesó la chica.

-¿Emily March se quedó sin palabras?- dijo el chico con sarcasmo.

-Oh Laurie, en serio lo siento tanto. No tuve una razón para hacerlo. No merezco el perdón de nadie, tampoco merezco tu amor. Pero si algo aprendí en estos años fue que no puedo vivir sin ti Theodore, de verdad que no puedo- confesó la chica.

-Emily...

-Y ya sé que ni siquiera tuve una razón para decirte lo que te dije. Estaba asustada y era tonta. Me dejé ganar por el miedo sin siquiera escuchar a mi corazón. Porque si lo hubiera escuchado hubiese dicho que si. Y no tienes porque responder o decir nada, no te sientas obligado, estuviste en Europa y eso es completamente descomunal. Seguro conociste a miles de jóvenes que son mejores que yo en cualquier aspecto y sentido, mujeres que no te hubieran dicho que no. 

-Emily, no conocí a nadie. Ninguna llega ni siquiera a tus talones. Tu eres la mujer que siempre he amado, desde que te caíste en ese baile. Tus grandes palabras y formas de expresarte me hicieron enamorarme de ti. Y cuando me rechazaste mi mundo se vino abajo. Tomé  el camino de los cobarde y hui. Pero me encontré con Amy años después y me dio la mejor cachetada de mi vida, haciéndome entender que si no luchas por aquello que amas no puedes llorar por lo que pierdes. Y si, desperdicié mi vida durante esos dos años pero me di cuenta que mi hogar es aquí contigo. Y no tienes porque aceptarme o hacer algo con lo que te sientas obligada pero...- el chico fue interrumpido por un beso de la pelirroja.

-Sabes a fresa y tus labios tienen el color de las flores del árbol del amor- le dijo la chica cuando se separaron.

-Emily- dijo riendo.

-Lo siento tanto- dijo llorando.

-No te preocupes, nuestros caminos se volvieron a cruzar y espero que no se separen de nuevo- dijo limpiándole sus lágrimas.

-No voy a permitir que se separen de nuevo Laurie, no lo haré.

-Siento tanto lo de Beth, si hubiera sabido hubiese estado a tu lado.

-No te preocupes, la extraño todos los días- dijo y el chico la abrazó.

Siguieron caminando por los bosques agarrados de las manos y conversando sobre sus vidas.

Gracias Dioses de la naturaleza, gracias.

(...)

-¿Arreglaron las cosas?- preguntó Marmee cuando Emily volvió a su casa.

-Si, finalmente- respondió su hija y la abrazó.

-Me alegro.

(...)

Dos días después alguien tocaba la puerta.

-¡Yo voy!- gritó Emily mientras iba a la puerta.

Cuando la abrió vio a su hermana menor.

-¡Amy!- gritó y la abrazó.

-¡Emily, me alegro tanto de verte!- le dijo su hermanita.

-Pero mírate, ¿Qué te hizo Paris? Luces como toda una señorita elegante- le dijo al verla.

-¿Te puedo contar algo?

-Por supuesto.

-Mira- dijo y le mostró su mano izquierda, tenía un hermoso anillo dorado en el dedo alunar.

-¡Oh Dios mío, te casaste!- gritó la chica.

-¡Si! No nos aguantamos con Fred y nos casamos en el barco- le explicó.

-Bueno, el medio del océano es un lugar bastante romántico ¡Felicidades!- exclamó y la abrazó de nuevo.

-Y perdón por meterme en tu relación con Laurie, por enviarlo por ti- se disculpó la chica y su hermana rodó los ojos.

-La vida es muy corta como para enojarse con tus hermanas- dijo con una sonrisa.

-La extraño muchísimo.

-Yo también. 

My lover || Laurie Laurence y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora