"Me...siento atraído hacia usted."

469 32 5
                                    

Mordí mi labio al escuchar la voz de Tom Davis autorizando mi entrada en su oficina. Caminé hasta su escritorio y dejé su macchiato, siendo lo más sigilosa posible ya que él firmaba unos papeles. Me di vuelta pero antes de dar un paso, su voz me detuvo.

—Beth, me alegra que hayas vuelto.

—También me alegra haber vuelto.

Señaló el sillón al fondo de la oficina indicándome que me sentara. Negué con la cabeza frenéticamente, a lo que arqueó una ceja.

—Yo..., me gustaría ponerme al corriente— dije señalando la puerta con la mano izquierda mientras que con la derecha jugueteaba con mi cabello.

Cuando asintió, murmuré un gracias y salí.

Miré por el ordenador lo que hizo la morena en mi ausencia. Arqueé una ceja al ver que Pierce le había hecho un pedido a Tom Davis, y la morena había obedecido y le había enviado lo que pidió.

Era mi expediente. Dios, el cabronazo sí lo había pedido para investigarme.

Entrecerré los ojos para ver la fecha del pedido, era del lunes, mucho, pero mucho antes del beso.

Apreté los labios repitiéndome que era una persona con cordura, no iba a subir a su oficina a hacerle un berrinche. Entonces me sentí bien de no haber ido ayer con él a comer, y así sería siempre que tratará de acercarse.

El resto de mi día fue tranquilo, por suerte no me topé a Pierce (y es que era una cobarde, no me atreví a salir de mi piso para nada, aunque me gustaba pensar que era más suerte que cobardía, ya que, hoy Tom Davis no me hizo andar por todo el edificio).

Esperé a Dallas en la entrada, intentando pasar desapercibida. Dijo que hoy a la hora del almuerzo iríamos a comprar un vestido para la cena que haría Daniel cuando volviera. Sólo teníamos una hora porque teníamos que volver pero sería suficiente.

.

Mordí mi labio.

—Es...caro— susurré a mi amiga—, me has traído a las tiendas más caras.

—Pero es para una buena causa— sus ojos castaños fueron cubiertos por sus pestañas cuando parpadeó en forma de suplica—. ¿No quieres lucir bien para la cena con su familia?

—Yo..., sí, pero podría usar ese dinero para la boda en vez de usarlo en un vestido que quizás nunca vuelva a usar— jugueteé con mis manos—. Además, lo peor ya paso, ya me conoció Pierce y también Robert y no vestía vestidos pomposos y caros. No quiero que piensen que trato de ser algo que no soy.

—Aunque te opongas, Daniel terminará pagando la boda, y lo sabes. Y djiste que Pierce no iría porque irán los O'Donnell, así que no importa lo que piense.

—Además, tengo un par de vestidos nuevos— ignoré lo que dijo recordando los vestidos del armario de Phoenix.

—¿Enserio?

—Sí, Robert dijo que eran un regalo de bienvenida— en realidad lo dijo Pierce, y a pesar de estar segura de que él los eligió, Robert dijo que él mando a comprarlos—. No los use en Phoenix, puedo usar uno esa noche y el otro para la fiesta de compromiso..., no lo sé.

Guilty Pleasure Donde viven las historias. Descúbrelo ahora