3: comenzamos.

272 31 38
                                    


Me desperté sudoroso. No sabía que hora era. Me sentía bien, dentro de lo que cabe, porque, bueno, ya tenía fuerzas para ir y darme un maldito baño. Creo que la mayoría de mis malestares se dan porque no tuve una buena higiene. Está comprobado que el bañarte te sube el ánimo.

En fin.

Al lado mío vi una nota de Nance.

Will viene hoy a las 2:00pm. Tiene que hacer unos encargos después de la escuela.
~Nancy.

Me quité las cobijas de encima. Como pude caminar, por fin podía ver el reloj que se ubicaba en el pasillo de la escalera.

1:40pm. Mierda. Era tarde. Fui lo más rápido que pude a la parte de arriba.

Nancy estaba en la cocina.

Me metí al baño y me duché rápido. Will estaba por llegar y yo llevaba la mitad del proceso. Fui rápido por mis cosas a mi cuarto. Me cambié y me puse un suéter de lana a petición de mi mamá.

Como nota: es cierto aquello de que el baño mejora el humor.

Al bajar al sótano, mi desayuno estaba ahí: dos huevos estrellados con jugo de naranja y un traste con medicinas justo al lado.

Medicina, que gran desayuno (gracias, Nance).

Aparté por un momento mi desayuno y me puse a escombrar mis cosas lo más rápido que pude.

Cuando terminé, me encontré con la sorpresa de que aún me sentía mal. Sentía que la cabeza me daba vueltas. A pesar de todo, creí que no debería quejarme, pues al menos me sentía mucho mejor que el día anterior.

Escuché la voz de Nancy diciendo "pasa por favor, está en el sótano" mientras yo le daba el primer bocado a la comida.

Unos segundos después escuché que pisaron el primer escalón del sótano.

Will.

Llevaba pantalones azules y las camisas a cuadros que últimamente ha usado mucho.

Su cabello, liso como siempre.

Y sus ojos verdes...

Llevaba su mochila tras la espalda y una sonrisa radiante adornando su rostro.

Se veía realmente feliz.

Se sentó conmigo.

-Hola- me saludó e hizo un movimiento de manos.

-Hola- le dije antes de dar un bocado.

-¿Cómo te sientes?, ¿seguro que estás bien?- me dijo, quitándose la mochila.

-Estoy bien, bueno, al menos soporto el dolor de cabeza.

Su semblante cambió y reemplazó su sonrisa por una mueca de incomodidad.

-¿Seguro que no quieres que me vaya? Digo, no tengo problema si no leemos estos días. No es que te vas mal, es sólo que... siento que te quito tiempo de recuperación.

Él intento fingir una sonrisa. Es malo actuando.

- No te preocupes, Will, de hecho hace un momento le decía a Nancy que tal vez el que vinieras me ayudaría a recuperarme.

Regresó su sonrisa.

-Bueno, te dejo comer.

Se veía... diferente. Feliz, pero no era una felicidad como la que tenía todos los días, se veía realmente feliz.

Mi libro favorito- Byler [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora