9: Jonathan y Nancy

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(Por si no se entiende jeje, este capítulo lo narra Nancy)

•·NANCY·•


—Gracias, Jonathan— le dije al ya mencionado con tono de seriedad por abrirme la puerta de la casa, lo cual ya le dije que no me gusta que haga, aunque a veces se ve lindo, no lo voy a negar.

Me sonrió un tanto tímido y nervioso. Creo que notó que tenía mis ojos fijos en él como si quisiera golpearlo.

Pasé la entrada de su casa y vi a la señora Byers desayunando para ir a trabajar.

—Buenos días— le dije. Me respondió con un gesto de manos y una sonrisa, pues aún tenía comida en la boca.

Me senté en la mesa, aceptando la invitación de Jonathan a que lo hiciera.

Me invitaron a desayunar, se lo negué unas seis veces hasta que no me insistieron más. No es por mala educación, pero es que había desayunado antes de salir de casa y me sentía muy llena, además, lo último que quería hacer era causar molestias.

Cuando se sentaron a desayunar, sólo les acepté una taza de café, pero solo porque la señora Byers me estaba poniendo unos ojos entre lástima y amenaza.

—¿Y Mike?, ¿no molestó anoche, cierto?— pregunté con la taza en la mano, apunto de dar el primer sorbo.

—Está dormido aún. Se desvelaron viendo una película— contestó Jonathan.

Tuvimos una breve plática sobre las opciones de universidades. Me di cuenta de que Jonathan realmente sabía lo que quería, a diferencia de mí, por ejemplo.

Joyce— estoy en el intento de llamarla así, pues me lo ha pedido una infinidad de veces —, finalmente se fue al trabajo.

—Si gustas puedo lavar los trastes— le dije.

—No, así está bien, al rato los lava Will.

Reí por su chiste y avanzamos a su cuarto en busca del casete que me quería enseñar desde hace un tiempo.

»—Nance, no me lo vas a creer, en la escuela me encontré un casete tirado, busqué el dueño y como no lo encontré lo traje a casa. DIOS, es la mejor mezcla del mundo.

Sonaba tan emocionado que le dije que le dije que me la enseñara. La mezcla, claro.

Avanzamos al fondo del pasillo y vi la puerta del cuarto de Will cerrada.

Ya en la habitación, nos sentamos en su cama, y él sacó una caja de cartón bastante grande con casetes dentro.

La colocó en su cama y se puso a buscar.

Sacó un casete que tenía un letrero con la palabra borrador, pero esa no era la letra de Jonathan, era la de Will.

Lo tomé y tenía una lista de canciones que reconozco porque mis padres me dieron un buen gusto musical como herencia.

·Something (The Beatles)
·And i love her (The Beatles)
·Good old-fashioned lover boy (Queen)
·Michelle (The Beatles)
·Feelings (Morris Albert)
·Love of my life (Queen)

Se veía que aún no estaba completa, pero nació una duda en mí, bueno, mas bien es algo que llevo pensando desde hace un tiempo.

—John.

Él me miró.

—Dime, linda.

—No me vayas a tomar a mal lo que te voy a decir, de verdad, no lo digo para que pienses mal de ello o algo así, pero...

—¿Qué?

—¿Tú tambien has notado algo raro entre ellos? Entre... Mike y Will.

Frunció el ceño.

—¿A qué te refieres con raro?

—A que si no has notado algo... algo más que una amistad— estaba realmente apenada, no debí preguntarle eso.

—Bueno, sé exactamente a que te refieres— se acomodó de nuevo en la cama y se acercó más a mí —. La verdad sí. Se dan miraditas muy extrañas.

—Gracias a Dios, creí que estaba enloqueciendo y que era la única que veía eso entre los dos. Bueno, al menos no fue un error haberles dado ese libro.

Soltó una risa nasal.
—¿Qué libro, Nance?

—El libro que están leyendo juntos es romántico. Bueno, en mi mente loca y disparatada creí que eso les ayudaría.

Me acomodó el cabello y me dio un beso en la mejilla.

Nos quedamos hablando de eso dos. Necesitan decirse lo que sienten antes de que sea tarde.

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