4: amigos de infancia

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Me quedé despierto parte de esa noche. Tenía diez minutos que Will se había ido cuando tomé me libreta de escritos creyendo que iba a ser capaz de escribir más de dos palabras de una sola sentada- cosa que no logré -. En mi mente creí que tal vez si escribía un renglón completo las palabras llegarían solas, pero no fue así.

Creí que tal vez podría escribir sobre las plantas y flores, las cuales le encantan a Holly, podría escribir algo que me recordara a mi pueblo, pero realmente no podía siquiera pegar la pluma al papel.

Sentía pesada la cabeza y mi visión se tornaba borrosa de a poco. Creí que lo mejor era dormir.

Me acomodé de lado en el sillón del sótano (en el cual creo que está más que claro que me gusta dormir), cerré los ojos y... estuve así por más de diez minutos y ni siquiera me sentí cansado.

Me giré, cambié de lugar, acomodé las sábanas y mi almohada, pero no pasó nada. Tomé el libro que estaba leyendo por cuenta propia y lo abrí, pero por mi visión borrosa no era capaz de leer.

Miré mi reloj de mano. Diez minutos para la media noche. No lograba dormir.

Mi espalda comenzaba a sudar. En definitiva esta iba a ser una noche muy larga.

Sentía la nariz congestionada, los ojos cansados y el cuerpo cortado, el único modo de dejar de sentirme así era dormir, pero eran precisamente los síntomas los que provocaban que fuera incapaz de hacerlo.

Tomé de nuevo mi cuaderno.

Puse la pluma sobre el papel.

Los meses se hacen cada vez más largos sin tu compañía, y el invierno me recuerda a tu ausencia.

No tenía idea de si lo que había escrito era algo lógico, me pregunté si eso realmente tenía pies y cabeza.

Me recosté de nuevo y dejé la libreta a un lado mío.

Pensé en lo que había leído ese día. Con Will.

Las palabras me habían llegado a lo profundo de mi ser, ¿pero cómo? Hasta donde yo sé, no conozco a alguien con quien tenga algún sentimiento pendiente. Con nadie tengo cosas en la mente que no le pueda decir. En los primeros tres capítulos de la novela nos hablan de que el protagonista es incapaz de revelar lo que siente por el miedo al qué dirán, sobre todo porque... ella es su mejor amiga.

En ese momento creí haber encontrado una respuesta.

Tal vez el tipo estaba un tanto temeroso, pero no tanto a lo que los demás opinaran, porque él no es así, sino que, a mi parecer, tenía la inseguridad de que tal vez sin ella se iba a quedar sin amigos, y realmente es preferible mantener tus sentimientos románticos hacia alguien escondidos a decirle lo que sientes, te rechace y después no tengas ni con quién ir a platicar a un parque, o ir al cine de vez en cuando, o simplemente sentarse a las afueras de sus casas a leer cómics, o... hacer campañas de calabozos y dragones por siete horas en un sótano...

Intenté quitar esos pensamientos de mi mente.

Si bien, llevaba unos cuantos meses intentando descifrar lo que sentía por Will, tenía entendido que ya los había superado.

No quería llevar a mi mejor amigo de una forma romántica a mi mente. No ahora.

No ahora que tiene todo un lío en su mente como para aumentarle la idiotez de una persona que no sabe lo que siente.

Cerré mis ojos.

Intenté visualizar lo que había leído ese día, siempre me ayuda a dormir.

Lo logré.

Y me pasó lo que me pasa cada vez que estoy por tener una crisis mental de las que me duran hasta semanas: me duermo para dejar de pensar en algo, y lo sueño.

Desde que me enfermé no podía dejar de soñar con las personas que amo desvaneciendose en el otro lado.

No podía dejar de imaginarme a Will y todo lo que pasó en ese lugar.

¿Por qué me afecta tanto? No es como que lo hubiera vivido yo.

De verdad espero que esos pensamientos no me ataquen desde mis sueños. No quiero.

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