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Rendido me senté con ellos en mi cama. Los sábados y domingos podíamos desayunar a cualquier hora así que por lo tanto mamá no tocará la campana.
- ¿Quieres a ma...digo, _____?.
- La amo como no tienen idea.- admití.
¿Qué rayos estoy hablando con estos mocosos?.
- Entonces no dejes que los obstáculos...
- Y ahora nosotros...
- Destruyen su amor.- completó Cassie.
- Sí y además porque si dejan de amarse nosotros no vamos a existir.- vi como Cassie le dió un zape y solo soltó una risita nerviosa.
- Y también por eso.- vi que la mirada de Frank se dirigió a la cajita de madera, nos volteamos a ver al mismo tiempo al saber que tramaba, me moví para agarrarla antes que él pero se abrió un agujero negro que hizo que la cajita desapareciera y reapareciera en las manos de Frank.
- Mierda.- los niños estaban viendo su contenido, me levanté para quitárselo pero se lo dio a Cassie.- Ya basta.- me abalance sobre ella pero caí al suelo ya que se había vuelto invisible.
- Ups. Lo siento.- se burló Cassie apareciendo al lado de su hermano. Me levanté adolorido y molesto.
- No estoy para juegos niños, denme la caja.- exigí.
- Solo queremos que dejes de lado tu ego y orgullo. Danos una oportunidad, solo una. ¿Que te cuesta?.
- Está bien.- los dos celebraron a lo que Cassie me entregó la cajita.- Ja, los engañé.- los dos hicieron caras de ofendidos y luego sonrieron a lo que me confundí.- ¿Qué?.
- ¿Sabes papá?, a veces podemos ser más inteligentes que tú.- admitió Frank.
- ¿Qué cosa?.- Cassie de su bolsillo sacó el anillo/ pulsera, abrí los ojos como platos a lo qué rápidamente destapé la cajita para confirmar y exacto, no había nada.-Devuélvelo, no es tuyo no.
- Hasta que estemos seguros, prometemos que nos apoyaras.- explicó.
- Bien.- rendido acepté.- Lo prometo.
- No suena sincero.- gruñi molesto.
Si me negaba podrían tener otro as bajo la manga y ahora sí arruinarían la sorpresa. Ojalá y no me arrepienta.
