El Dragón Rojo(Zacdaya)®

Viaje familiar

Vamos con Zac y Mara al complejo porque después de unos días ya les han dado el alta pero todavía deben seguir las indicaciones del cirujano, así evitarán el rechazo de sus nuevos corazones. Mientras se recuperan de la operación ambos se quedarán conmigo, luego trasladaremos a Mara cerca de nosotros.

—Quiero estar contigo, una vida a tu lado—dijo Zac

—No pienses en eso ahora, sino en recuperarte—digo

—Pero yo...—empieza a decir Zac

—Zac—lo regaño

Zac asiente y le beso la mejilla, voy a volver con él pero quiero que sea en un momento especial. No me imagina la vida sin él, quiero una vida a su lado, envejecer juntos, quiero que hagamos todo juntos, Zac es y será siempre el amor de mi vida.

Todos cuidamos a Zac y Mara, especialmente yo porque están durmiendo en mi habitación, los pequeños también ayudan, sobre todo nuestro pequeño Maverick que adora a su padre y creo que de mayor seguirá sus pasos.

Pronto Zac cumplirá 31 años y quiero que ese día sea especial, por eso sus hermanas me están ayudando con los preparativos porque quiero que todo sea perfecto. Ese día va a ser memorable, los chicos también ayudan con algunos detalles que requieren de fuerza física y Zac es su amigo, son nuestros amigos.

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Después de unos días Zac y Mara ya están bien pero aún tienen que tomar los medicamente para evitar el rechazo, si eso pasa tendrían que realizarles un nuevo trasplante. Así que eso es lo último que queremos que ocurra.

Hoy es el cumpleaños de mi amado y todo está preparado, luego de un desayuno de celebración voy a arreglarme, los chicos se ocupan de Zac, como él no sabe nada ellos tienen que hacerlo todo. En cuanto él está preparado le vendan los ojos y lo llevan a su lugar, una vez allí se la sacan.

—¿Qué es todo esto?—pregunta Zac

—Tu qué crees que es—responde Eric

—Una boda—Zac se mira—Mi boda exactamente—

—Es un regalo en tu cumpleaños—dijo Thomas

—Gracias chicos por esto pero...—empieza a decir Zac

—No es cosa nuestra, nosotros solo ayudamos a prepararlo todo—dijo Byron

—Pero entonces quien—pregunta Zac

Antes de que los chicos pudieran responder, esta vez es Leon el que me lleva al altar, es mi cuñado, como un hermano más bien, por eso lo elegí. La música suena, Zac espera frente al altar con intriga hasta que nos ve entrar, noto como su cara se transforma a una cara de felicidad, lo que me hace sonreír.

—Quiero una vida a tu lado y por eso lo arregle todo para hoy, quería que tu cumpleaños fuera inolvidable—le susurró al oído

—Ya lo es amor—dijo Zac

La ceremonia empieza una vez acaba la música y los invitados se sientan, el sacerdote va hablando hasta que los niños entrar con las arras, eso es muy tierno por lo que todos soltamos un sonoro awwww. Me siento tan feliz, esta vez nada ni nadie nos va a separar, nos amamos y nada va a cambiar eso, ni aunque pasen mil años.

El sacerdote continúa y nos damos el sí quiero mientras nos ponemos las alianzas, nada más nos declara marido y mujer nos besamos, todos aplauden, los niños nos tiran pétalos de rosas, Zac me pega a él, soy tan tan feliz, ahora nada nos va a separar, nada, él es el único hombre con el que quiero estar.

Nada más terminar la ceremonia salimos cogidos de la mano, nos bombardean con arroz y vamos al hotel, esta vez iremos de luna de miel una semana después recogeremos a los niños y nos los llevaremos de viaje, nuestro primer viaje familiar.

Ver a Zac sonreír es tan hermoso, su luz interior es tan cálida que me siento totalmente segura a su lado, sé que daría su vida para protegerme si fuera necesario pero nos cuidamos el uno al otro y juntos cuidamos a nuestros hijos.

Pasamos la noche en el hotel y viajamos en yet privado, esta vez vamos a quedarnos en un mismo lugar, elegimos Los Roques en Venezuela porque es una lugar paradisiaco, por algo es un archipiélago de 300 islas con preciosas playas.

Esa semana paso rápido pero fue hermosa, llena de momentos inolvidables y memorables, compramos los últimos regalos y volvemos al complejo donde todos nos reciben entre besos y abrazos. Nuestros dos pequeños nos cuentan lo mucho que nos han extrañado, luego les damos a todos sus regalos.

Descansamos un día porque el viaje ha sido largo, al día siguiente hacemos nuestras maletas y las de los niños. Después desayunamos todos y vamos al aeropuerto, decidimos llevarlos a Disneyland Paris, si ya están emocionados ahora cuando sepan a donde vamos les va a encantar. Luego de un rato de esperar abordamos el avión, los pequeños van entre nosotros, no paran de preguntar, Zac y yo nos miramos y reímos, son tan tiernos.

El vuelo fue tranquilo, la mayor parte los pequeños la pasaron durmiendo y el resto jugando con sus muñecos favoritos. Bajamos del avión y vamos al hotel. En cuanto supieron que habíamos elegido Disneyland Paris se pusieron a gritar emocionados, casi nos revientan los tímpanos.

Ver sus caras de felicidad es todo lo que Zac y yo necesitamos para ser felices, Zac me rodea y me susurra: "Este es el inicio de una maravillosa vida juntos", desde luego que sí. Una vez en el hotel, ya en la habitación, los niños corretean y saltan, mi adorable amor, les prepara el baño para luego ir a ver todo el parque.

—El que no se bañe se queda aquí—digo y los niños entran al baño corriendo

—Princesita si me ayudas a bañar a tu hermano cuando estemos en el parque te compro dos juguetes—dijo Zac

—No papi, yo te ayudo porque quiero, no necesito que me compres ningún juguete—dijo Mara

Eso es muy tierno y lindo, los tres bañamos a Maverick para luego bañarla a ella, así que ya podemos ir al parque a disfrutar, cuando entramos los niños se pusieron a gritar de nuevo, Maverick nos dice que quiere ir a ver a Woody y a Buzz Lightyear. Ya tenemos la primera parada, Zac carga a nuestro pequeño y yo a nuestra princesa, luego vamos a la zona de Toy Story.

Ambos pequeños están más que felices, eso me hace sonreír, Zac me besa y me rodea, después nos ponemos en camino, luego de un rato nos cambiamos, yo cargo a nuestro pequeño y Zac a nuestra princesa.

El día en el parque se pasó volando aunque hemos visto muchas cosas pero aún nos queda, así que volveremos mañana. Acostamos a los pequeños y siento a Zac rodearme por detrás, me giro para ver su hermoso rostro, soy tan feliz teniéndolo a mi lado, esto es todo lo que quiero.