Problemas

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Jared viene al complejo para hablar sobre lo descubierto con lo de la custodia de Mara, vamos a mi despacho y nos sentamos, él coge la carpeta que trae, la abre y nos enseña lo que tiene, son papeles, los antecedentes penales del padre biológico de la pequeña. Tiene una larga lista de delitos y todos ellos son graves, entre ellos robo con arma blanca, agresión sexual, intento de asesinato y más también blanqueo de dinero, pero como ha cumplido condena lo han soltado hace relativamente poco. Vamos que es toda una mala pieza y más una peor influencia para Mara, aunque eso no cambia que es su padre.

Entonces Jared nos explica más en detalle sobre él y que conoce a Ayd, eso ya explica mucho, por lo que ha averiguado los dos son amigos desde críos, pero hacía tiempo que no se veían, volvieron a encontrarse en la cárcel y al saber que Zac se había quedado con la pequeña, Ayd lo convenció para que al salir solicitase la custodia y al ser su padre biológico tiene derecho por muy mala persona que sea.

—Eso explica porque ahora—dice Kiera

—Sí, pero no debería tener su custodia. Es una pésima influencia para Mara—digo

—Por supuesto que no lo es—dice Jared

—Seguro que ni quiere a la niña, nada más es para hacerte daño—dice Kiera

—Pero lucharemos por conseguir la custodia—digo

—Además que te considera su padre Zac—dice Kiera

—Tenéis mi apoyo. Llamadme si me necesitais—dice Jared

Los dos le agradecemos y lo acompañamos hasta la puerta, también le contamos sobre el hijo que estamos esperando, a lo que nos felicita por ello. Es algo maravilloso, estoy tan tan emocionado que ya quiero tenerlo aquí con nosotros, me siento afortunado de la vida que tengo y sería mucho mejor si estuviera con Kiera pero igual no puedo quejarme porque algún día estaremos juntos.

Vamos con los demás y les contamos todo, ellos también le han cogido cariño a la pequeña Mara, ninguno quiere que se vaya, menos aún con alguien como su padre, que no es para nada una buena influencia para la niña. Me abrazan y sonrío. Sin duda alguna, aquí es donde debo estar, mi hogar, mi familia.

Es posible que en el juicio por la custodia de Mara, ellos tengan que declarar como testigos, aquí con nosotros no le faltará de nada y tendrá mucha gente que velará por su bienestar, además de darle mucho amor y de hacer que sea una persona de bien. Pero sobre todo porque para la pequeña yo soy su padre, a sus ojos siempre lo he sido, porque la he criado desde que tenía tan solo un mes.

Todos vamos a luchar porque la pequeña no se vaya, es parte de la familia ahora, además que Ayd metió mano desde la cárcel en esto y eso no es nada bueno, aún estando encerrado quiere hacerme daño, pero no voy a dejar que lo haga. Mara viene corriendo seguida por Shane, los dos han congeniado súper bien y se cuidan mucho el uno al otro.

—Papi no me siento bien—dice Mara

—Vamos a ver princesa—digo mientras la cargo

—Creo que tiene fiebre—dice Shane

Toco la frente de la pequeña y efectivamente tiene fiebre, la llevamos a la enfermería para estar seguros de que no es nada grave, por suerte es solo un resfriado, pero con un jarabe y un poco de reposo estará bien, eso nos alivia a todos.

No me imagino sin Mara aquí, ya es de la familia y aunque sea su padre no dejaré que él consiga la custodia, la pequeña no merece vivir con la influencia de ese hombre que no es nada buena, de ser así de adulta se juntará con mala gente o peor, acabará muerta, lo que no me gusta un pelo.

—Papi te amo—dice Mara

—Yo también te amo princesita—digo y beso su cabecita

Le contamos que el bebé que estamos esperando va a ser niño y se emociona, no es su hermano biológico pero como si lo fuera. Igual que con Shane va a cuidarlo mucho porque es una niña muy tierna y dulce, un cachito de pan, según dicen eso lo ha sacado de mí.

Para que Kiera tenga un día de chicas me llevo a Mara y Shane al parque a jugar, los pequeños están encantados, eso me hace sonreír. Mientras las chicas hacen sus cosas, como pintarles las uñas o lo que quieran hacer.

Al cabo de un rato una mujer se sientan a mi lado y me pregunta si he venido con mis hijos, le respondo que si, también traje a mi sobrino, se trata de una mujer joven, ella sonríe por lo que le acabo de decir, luego me rocía con un perfume y se va sin que pueda replicarle, eso fue raro, sin olvidar que es de mala educación, entonces empiezo a sentir que se me nubla la vista hasta que todo se vuelve negro.

Despierto de repente y busco a los niños, me alivio al ver que están bien, ambos siguen jugando, no sé cuánto tiempo he estado inconsciente, tampoco sé como ha ocurrido. Me uno a ellos y jugamos los tres, no puedo quejarme a pesar de no estar con la mujer que amo, soy afortunado porque sé que ella y yo acabaremos juntos, sé que estamos destinados a estar juntos, que tendremos un futuro juntos.

Un par de horas después regresamos al completo, los pequeños, están exhaustos pero súper contentos y eso me hace sonreír, Kiera y las chicas aparecen, todas están radiantes pero mi amor destaca entre ellas. Los niños les cuentan que tal en el parque cuando el de seguridad nos dice que dos hombres me buscan, Shira se lleva a los pequeños mientras que nos dicen que vienen a detenerme por negligencia infantil.

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Cuando Zac regresa del parque, Jade, Shira, Karen y yo nos acercamos, los niños nos cuentan que tal en el parque, se lo han pasado de maravilla, cuando el de seguridad nos dice que dos hombres vienen buscando a Zac, no sé porque, si él es un cachito de pan y un padre maravilloso con Mara, también lo será cuando nazca nuestro hijo a quien vamos a llamar Maverick en honor a nuestro amigo y jefe, gracias a él estamos esperando a nuestro hijo, por eso elegimos ese nombre. Shira se lleva a los niños porque no queremos que se asusten, es posible que no sea nada, entonces nos dicen que vienen a detener a Zac por negligencia infantil.

—Es imposible, él nunca haría algo así—dijo Karen

—Nos informaron de que ha dejado a dos niños sin supervisión en el parque y eso es un delito grave—dijo uno de los hombres

—Mi hermano jamás haría eso—dijo Jade

—Bueno yo...—Zac se rasca la nunca—Me quede dormido mientras los vigilaba, solo fue un momento de nada, no sé como paso pero al despertar busque a los niños y seguían jugando igual que antes de dormirme—

—No fue un momento, fue una hora y pudo haberles pasado algo, por suerte no pero pudo pasar—dijo el otro hombre

—Algo tuvo que pasar Zac no...—trato de decir pero Zac me interrumpe

—Iré con ustedes, no voy a resistirme—

Esposan a Zac y una mujer del servicio social llega, viene a llevarse a Mara, como ella está a su cargo se la van a quitar, estará bajo la tutela del estado mientras se resuelve su custodia, pero esto no ayuda a que la pequeña se quede con nosotros. Avisamos a Shira y cuando la pequeñaja llega corre a Zac.

—Papi no me quiero ir—Mara abraza a Zab—Quiero quedarme contigo papi—

—Tranquila princesita. Solo serán unos días—dijo Zac

—A donde se llevan a mi papi, él es muy bueno conmigo. Papi no ha hecho nada malo—dijo Mara

—Ve con ella y pórtate bien, vale mi princesita—dijo Zac

—Si papi. Te amo papi—dijo Mara y le besa la mejilla

—Yo también te amo princesita—dijo Zac

Los dos hombres se llevan a Zac esposado y la del servicio social se lleva a Mara con ella, la pequeña llorando a mares, todos nos quedamos con mal cuerpo por lo sucedido. No tiene sentido, no es propio de Zac, nunca se ha quedado dormido cuidando a los niños y no se lo veía cansado para que pasase eso, quizás sí y lo ha estado ocultando.



El Dragón Rojo(Zacdaya)®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora