Dolor y pérdida

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Hace dos semanas que he vuelto y me siento en casa, creía que n podría regresar pero me equivoque, tan solo necesitaba tiempo para asimilar lo sucedido. Ahora me doy cuenta de que actué mal, si hubiera dicho que necesitaba tiempo para aceptar la situación no habría alejado a la mujer que amo y estaríamos juntos, teniendo un feliz matrimonio.

Kiera ha estado manteniendo las distancias conmigo, eso me duele pero me lo merezco por lo que hice, debo responsabilizarme de mis actos, aunque pienso conquistarla de nuevo, quiero una vida a su lado y haré lo que sea para estar con ella.

Voy a los pequeños y sonrío, por fin tienen a alguien de su edad para jugar, eso me hace pensar en cuando tenga un hijo. Mara es mi hija, bueno no biológica pero la críe desde que tenía un mes y para mí es como si fuera mi hija, su madre era una buena amiga, me ayudo a adaptarme cuando lo de Maverick, por eso como era madre soltera la ayude con su hija y se convirtió en mi hija también, ella murió cuando la pequeña tenía un año, después yo me hice cargo de ella porque no tenía a nadie más.

Kiera aparece y mi sobrino corre a ella, la abraza para luego llamarla tía Kiera y decirle que le encanta que Mara haya venido, eso me hace sonreír. Debí haber regresado antes pero hasta hace poco no me había dado cuenta de lo mucho que extrañaba mi hogar, aquí es donde debo estar, ya sea subido a un caza o simplemente como director del complejo, que es lo que soy ahora porque así fue como Maverick lo quiso.

Me acerco y Kiera saluda, extraño tenerla en mis brazos, ser lo primero que veo al despertar y lo último al ir a dormir, quiero una vida a su lado, formar una familia juntos. Sé que así será pero aún es pronto para eso, solo debo ser paciente porque tengo fe en nosotros, en un futuro juntos.

Toma Zacdice Kiera y me da unos papeles

—¿Qué es?—pregunto confundido

—Firma y devuélvemelos—dice Kiera

—Pero que es—digo

—Nuestro divorcio—dice Kiera

—Sé que actúe mal pero podemos arreglar las cosas—digo

—Por favor firma—pide Kiera

Estoy por decir algo cuando mi hija me llama y veo a Kiera irse, eso me duele, la necesito a mi lado, soy consciente de que me equivoque pero quiero reparar mi error. Miro los papeles y no puedo evitar llorar, la sigo amando, siempre voy a amarla, mi corazón es suyo.

[               ]

Llevo días sin poder dormir y no tengo apenas apetito, voy al comedor con Mara, ya están todos desayunando, le doy los buenos días a todos y pongo a mi pequeña su desayuno, mientras yo juego con la comida del plato.

—Hermano no comes—dice Jade

—No tengo hambre—digo y toso

—Papi no ha estado durmiendo bien—dice la pequeña

—Dios mío Zac, estás ardiendo—dice Kiera tocándome la frente

—Estoy bien—digo

Kiera me coge la mano y tira de mí hasta la habitación, entonces me deja en ropa interior, luego me mete en la cama. Aún después de todo se preocupa por mí, moja una toalla en agua fría y la estruja, luego me la pone en la frente para bajarme la fiebre.

Desde que volví no he estado durmiendo bien, tampoco he tenido apetito y eso me ha pasado factura. Es que necesito a mi hermosa Kiera a mi lado, en estos tres años no he dejado de amarla, quise llamarla pero no tuve el valor para hacerlo y ahora no estamos juntos por mi cobardía, por ser un imbécil.

—Gracias por preocuparte por mí—digo

—No hay de qué, eres un amigo—dice Kiera

—Fui un imbécil, al menos debí llamarte, solo necesitaba tiempo para hacerme a la idea de lo que había pasado—explico

—Lo hecho, hecho esta. Ahora duerme, te vendrá bien—dice Kiera

—Quédate por favor—pido

—De acuerdo—dice Kiera

Kiera se sienta a mi lado, al borde de la cama y el sueño se apodera de mi hasta que una vez más las pesadillas donde revivo todo regresan, hacía dos años que no tenía ninguna. Despierto alterado y empapado en sudor, Kiera me abraza y susurra: "Tranquilo, ya paso. Todo está bien", su calidez me reconforta, eso me tranquiliza, la abrazo como si al soltarla fuera a desvanecerse y no puedo evitar llorar.

—Saca el dolor, te hará bien—dice Kiera

—Debí regre...—empiezo a decir

—Sé que fue duro presenciar eso, Maverick era ante todo un amigo, era familia—dice Kiera

—Y... y... yo...—trato de decir

—Te salvo la vida y se lo agradezco, eras como un hijo para él, por eso hizo lo que hizo—añade Kiera

—No volví porque no era capaz de acep...—Tomo aire y continuo—me negaba a aceptar que estaba muerto y sé que debí volver, que todos me habríais ayudado pero no me sentía capaz de regresar y ahora tengo miedo de fallarle—

—¿Por qué?—pregunta Kiera

—Cuando me hablo de ser su sucesor me dijo que me ayudaría en el trabajo de dirigir el complejo, sé que no es tan fácil como pueda parecerlo y ahora no está y bue...—respondo

—Lo entiendo pero no estás solo, nos tienes a todos nosotros, te ayudaremos en lo que haga falta—dice Kiera

—Firmaré los papeles aunque no quiero divorciarme de ti. Yo te sigo amando—digo

—No te preocupes por eso ahora—dice Kiera

La abrazo y rompo a llorar, todo el dolor que tenía dentro sale sin que quiera reprimirlo, me lo había estado guardando durante estes tres años y lo peor es que no tengo a la mujer que amo a mi lado como mi mujer, está pero solo como mi amiga, no como pareja, como me gustaría.

Horas más tarde despierto y veo a Kiera sonreírme, es tan hermosa, me siento renovado, sin duda que me vino bien dormir. La situación con ella me tortura y no me dejaba descansar, sé que yo mismo me lo busque, pero igualmente duele, duele mucho.

Cojo los papeles del divorcio y firmo, mientras me salen lágrimas, aunque no quiero que dejemos de estar casados, pero ahora es lo correcto. Beso a Kiera mientras ella me rodea y la pego a mí, al final terminamos jugando juntos bajo las sábanas, uniéndonos como uno solo, donde solo estamos los dos sin nadie más, tan solo ella y yo.

Kiera se duerme y la contemplo dormir, es tan hermosa, no me imagino una vida sin ella, lejos de su piel, pero debo pagar por lo que hice, así que por ahora seremos amigos, mejor eso que estar lejos. Al cabo de un rato el sueño se apodera de mí y me duermo, la abrazo, entonces Kiera se acurruca en mi pecho, eso me hace sonreír.

Al día siguiente despierto y veo a mi hermosa Kiera en mi pecho, esto es lo que quiero para el resto de mi vida, esto es el paraíso, quiero estar con ella. Rato después ella despierta, me besa y dice que aunque ha sido increíble, ha sido un error, por lo que no va a volver a repetirse, además de que no cambia las cosas.

Eso me duele pero me lo merezco, es mi castigo por lo que hice y a pesar de que duela, de que me desgarre él corazón lo acepto, me enseñaron a responder por mis actos, todo tiene consecuencias, ya sean buenas o malas. Nos duchamos y vamos al comedor, mientras desayunamos les damos la noticia de nuestro divorcio, ellos se entristecen porque saben que nos amamos, al menos yo si a Kiera pero nos apoyan.

Mis hermanas me abrazan, saben lo mucho que me duele la situación pero también saben que yo mismo provoqué esto, aunque eso no quita que duela. Espero algún día Kiera y yo volvamos, entonces podremos tener una vida juntos, formar una familia y por fin tener un hijo/a.



El Dragón Rojo(Zacdaya)®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora