Nuevo bombazo

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Creía que cuando le diera mi corazón a nuestra pequeña princesita Mara moriría pero algo quiso que no fuera así y doy gracias por ello. Ahora los dos estamos ya recuperados después de los cuidados de todos, especialmente mi amada y nuestro hijo pequeño. 

En mi 31 cumpleaños recibí un precioso regalo, volver a casarme con la mujer que amo, jamás lo olvidaré porque cada año también será un año más al lado de mi hermosa Kiera, celebraremos ambas cosas juntas. Por fin después de mucho tiempo estamos juntos, por eso no puedo ser más feliz.

Aún recuerdo cuando la vi por primera vez, íbamos corriendo, los dos veníamos distraídos y nos chocamos, después nos disculpamos para luego presentarnos. En ese momento me quede prendado de su belleza pero no creía que la volvería a ver hasta que entró a Top Gun, por aquel entonces yo estaba pasando por un mal momento y me porté horrible con ella.

Por el contrario fue muy buena conmigo, nunca tuvo en cuenta como la traté, incluso me ayudo y gracias a ella pude superar el dolor de aquel accidente. Esa fue una de las cosas por la que me enamoré de ella, porque es una maravillosa mujer, cada que nos íbamos conociendo me fui enamorando más y ahora estoy locamente enamorado de ella, tanto que quiero mil y una vidas a su lado.

Tuvimos problemas al principio pero cuando empezamos a salir fue algo hermoso, luego lo estropee y he estado pagando por ello mucho tiempo, ahora volvemos a estar juntos de nuevo, esta vez haré todo para que pasemos esta y mil vidas juntos, cuidándonos y protegiéndonos mutuamente, criando a nuestros hijos, siendo abuelos pero juntos.

Para nuestra luna de miel pasamos una semana en Los Roques, Venezuela, un lugar tan hermoso como mi amada Kiera, después volvemos porque haremos un viaje con los niños, ambos están emocionadísimos y ni siquiera saben a dónde vamos pero es nuestro primer viaje familiar. Soy tan afortunado por la vida que tengo, nunca pensé que tendría todo esto pero me alegro por eso.

Llegamos al hotel y los niños volvieron a saltar emocionados, es maravilloso verlos tan felices, eso me hace sonreír, también a mi hermosa mujer. Nos instalamos y descansamos, ya que el viaje ha sido largo. Los niños juegan con sus juguetes mientas nosotros nos tumbamos en la cama, la rodeo y Kiera me besa.

—Te amo Kiera. En todos estos años no he dejado de amarte ni un solo día—digo

—Yo también te amo Zac. Nunca pude dejar de amarte—dice Kiera

—Soy tan feliz a tu lado—digo

—Yo también amor mío. Venga a la cama niños, es hora de dormir—dice Kiera

Acostamos a los niños y nos tomamos un baño juntos, esto es lo que quiero, una eternidad a su lado. Al salir la cargo y Kiera ríe, su risa es como medicina para mí, nos secamos, vestimos para acostarnos en la cama, esto es tan hermoso.

Hacemos el amor y Kiera se acurruca en mi pecho, la abrazo, estar así es el paraíso, soy el hombre más afortunado del mundo. Al rato el sueño nos vence, mi hermosa mujer desprende tanta calidez y es un cachito de pan.

Al día siguiente nos levantamos, vestimos y aseamos para bajar a desayunar, necesitamos energías para el largo día en el parque. De camino al restaurante siento como me falta el aire y me duele la cabeza pero no digo nada, no quiero arruinar el viaje por mi culpa.

Kiera me sonríe y la beso, después de desayunar volvemos al parque, aún nos queda mucho por ver, los pequeños están encantados y contentos. Nuestra princesa, Mara como la hermana mayor que es cuida muy bien de su hermano pequeño.

Continuamos viendo el parque mientras que yo me siento fatal, finjo que estoy bien para no estropear el hermoso momento que estamos teniendo. Al final de ver muchas cosas regresamos al hotel, le pido a mi hermosa mujer que acueste a los niños y ella accede, yo me siento en la cama.

—¿Estás bien amor?—dice Kiera cuando aparece

—Si amor, solo es cansancio—digo acelerado

—Dios mío, estás ardiendo—dice Kiera tocándome la frente

—Nada, solo es cansancio—añado de nuevo

—Te cuesta respirar y estás ardiendo—expone Kiera

—Con dormir un poco estaré como nuevo—digo

—De eso nada cariño—Kiera coge el teléfono y llama a recepción—Enseguida vendrá un médico a verte—

—Solo es can...—me calla Kiera

—Eres un cabezota. Quizás no sea nada pero quiero estar segura cariño—dice Kiera

Al final acepto y dejo que se ocupe, un rato más tarde llega el médico, este le pregunta coas a lo que Kiera responde hasta que sale el tema del trasplante, me quedo una cicatriz de esto en el pecho. Luego de un breve silencio el médico nos mira.

—Me temo que no puedo darles buenas noticias—dice el médico

—¿Qué tiene mi marido?—pregunta Kiera con preocupación

—Todo indica que el cuerpo rechaza el corazón. Necesita un nuevo lo antes posible, mi recomendación es que vayan al hospital e inicien el proceso—dice el médico

Kiera le agradece, paga sus servicios y el médico se va, luego se gira a mí, se la ve algo enfadada pero sobretodo preocupada, es normal, sino conseguimos un corazón nuevo voy a morir.

—Nos vamos al hospital y no acepto discusión—dice Kiera

—Ve por los niños, yo estaré aquí esperando—digo sonriendo como puedo porque me siento fatal

—Te pondrás bien mi amor—dice Kiera y va a por los niños

De camino al hospital vamos en silencio pero se nota que están preocupados por mí, si le pasara algo a alguno de ellos yo también lo estaría. Me siento fatal, duele hasta respirar y tengo náuseas, Kiera les explica todo, entonces me ingresan, además me meten en la lista de trasplantes casi el primero.

Al ponerme oxígeno me siento algo mejor, los pequeños se sientan a mi lado en la cama y se acurrucan en mí pecho, mientras que Kiera avisa a los chicos de esto, no pueden venir todos, así que solamente vendrán mis tres hermanas pero sí que me desean lo mejor. No sé qué pasará pero ocurra lo que ocurra no me puedo quejar por nada, al menos si muero lo haré siendo el marido de la mujer que amo, al lado de mis hijos y seres queridos.



El Dragón Rojo(Zacdaya)®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora