¿Cómo ha pasado?

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Lo he estado retrasando desde hace una semana, que es cuando se ha cumplido el plazo que Zac dio porque duele, duele mucho por ello es que no he tomado la decisión al respecto y tengo que hacerlo, cuanto más lo deje pasar peor va a ser, más duro será todo, así que hoy es el día para eso.

Recojo a los niños del colegio y los llevo con su tía Shira, a veces la ayudan en la clínica, luego voy a ver a Mira, no puedo hacerlo sola por eso le pedí que me acompañe, así que quedamos en la habitación de su hermano. Cuando llego tomo aire y cojo fuerzas antes de entrar, esto nos va a afectar a todos.

—Hola Kiera, ¿cómo estás cuñada?—dijo Mira

—Hola Mira. No muy bien, no quiero perder a tu hermano pero si no va a...—Hago silencio, tomo aire y continúo—Si nunca va a despertar es mejor dejarlo ir—

—Estoy de acuerdo es eso. Amo a mi hermano, me gustaría que despertase pero no podemos alargar más algo que sabemos que nunca a suceder. Debemos llorar su pérdida y seguir nuestras vidas honrando su memoria—dijo Mira y le caen unas lágrimas

—¿Cómo se lo voy a decir a los niños?—digo y me caen las lágrimas

—Estaremos contigo cuando lo hagas—dijo Mira

Mira me abraza y lloramos las dos hasta que llega el médico y toca poner fin a cinco años de sufrimiento, aunque es lo correcto no estaba preparada para hacerlo. Mira me cogió la mano para darme su apoyo y se lo agradezco, yo sola no podría.

—Desconéctelo doctor, es lo mejor—digo aguantando las lágrimas, le beso la frente y le susurro un: "Siempre te amaré"

—Bien, así será—dijo el médico

La máquina que vigilaba sus constantes vitales pita indicando que Zac ha muerto y no puedo evitar llorar, Mira me abraza, las dos lloramos por su pérdida, el médico certifica el fallecimiento, por lo que salimos de la habitación.

Al rato llega Shira con los niños, ella lo entiende nada más vernos, me seco las lágrimas y abrazo a los pequeños, va a sufrir pero como todos algún día superaremos su pérdida, aunque siempre llevaremos su recuerdo en nuestra memoria.

—Mami, ¿cómo está papi?—pregunta Mara

—Sí, ¿papi se pondrá bien?—añade Maverick

—No niños, papi no volverá—digo con lágrimas

—¿Tío Zac se ha ido?—pregunta Shane

—Me temo que sí, ahora está en el cielo y nos cuidará desde arriba—digo

Los abrazamos y los niños lloran, eso me parte el corazón pero no puedo hacer nada para evitarlo, va a ser más duro, hasta ahora había una pequeña posibilidad, aunque eso se acabó. Ahora no volverá, velara por nosotros desde el cielo, además siempre lo recordaremos, nunca lo vamos a olvidar, siempre lo llevaremos en nuestra memoria.

Todos nos vamos a casa, tenemos que llamar a los chicos en Top Gun, mañana lo haré, hoy no puedo, necesito asimilar todo antes. Porque Zac no va a volver, se ha ido para siempre y eso duele, tuvimos que superar tantas cosas para estar juntos que al final no ha servido de nada.

[                         ]

Esta noche he soñado con Zac, todavía hace una semana que no está, los chicos aún no lo saben, no he tenido el valor para contárselo pero tengo que hacerlo, tienen derecho a saberlo, ellos también lo querían. Hoy los llamaré para decírselo, seguramente le haremos un funeral con todos los honores, se lo merece.

Me levanto y preparo el desayuno para todos, duele no tener al hombre que amo a mi lado, pero es mejor que alargar lo inevitable. Desayunamos todos en silencio como hacemos estos días, después cojo fuerzas para llamar a los chicos, no es nada fácil lo que les estoy por decir pero tienen que saberlo.

Cuando voy a coger el teléfono este suena, casi parece que lo haya invocado, atiendo y descubro que se trata del hospital, me dicen que quieren verme, no me han explicado mucho pero imagino que será temas de que vamos a hacer con el cuerpo de Zac, así que eso es lo que hago. Tomo aire y entro al hospital, pregunto por el médico que se ocupó de su caso, lo avisan y este viene.

El médico me sonríe y pide que lo acompañe, no entiendo porque eso, que es lo que está pasando, mientras caminamos le pregunto, entonces me dice que es mejor que lo vea por mí misma, eso me intriga. Al final entramos en una habitación, ahí lo entiendo todo, si me lo hubieran dicho no me lo habría creído.

Zac está en la cama, despierto, es un milagro, cuando lo desconectamos no tenía pulso, no había señal de vida y ahora está perfectamente, aunque me eso me alegra, el hombre al que amo está vivo. Corro a él y lo beso, Zac me rodea y nos besamos por largo rato, esto es algo hermoso.

—Mi amor—dijo Zac

—Te amo. Soy tan feliz de que estés aquí—digo sonriendo

—Esto ha sido un milagro, su marido estuvo muerto una semana y eso nunca había pasado—dijo el médico

—Un hermosísimo regalo del cielo—digo sonriendo aún más

—Su marido es un hombre afortunado. Iré a arreglar algunas cosas, los dejo solos—dijo el médico

—No entiendo nada—dijo Zac

—Ya te explicaré, ahora quiero hacer esto—digo

Lo beso y no puedo evitar que me salgan lágrimas, Zac se separa y me acaricia la mejilla y me las limpia pero son de felicidad, porque es un hermoso milagro, un precioso regalo del cielo. Me pego a su cuello y aspiro su olor, huele delicioso, soy tan afortunada que no puedo dejar de sonreír.

El médico regresa y hace una revisión completa a Zac, luego nos dice que en un par de días le dará el alta, primero quieren vigilar que no haya nada oculto a simple vista, pero no importa, al menos ha despertado. Además nos explica que tendrá que ir a rehabilitación para recuperar la movilidad perdida en estos años.

Después de que finalmente el médico se va explico a Zac que ha pasado en estos cinco años, él se sorprende al oírlo pero es normal, cuando estás en coma es como si todo se detuviese para ellos. Mientras asimila todo lo lleno de besitos, a lo que no puede evitar sonreír y realmente yo tampoco.

—Me cuesta creer todo el tiempo que ha pasado, más aún que haya estado una semana muerto pero es cierto—dijo Zac

—Es un hermoso milagro—digo y lo beso

—Te amo mi amor—dijo Zac

—Yo también te amo mi amor—digo

—Soy tan feliz de estar aquí—dijo Zac

—Estaremos siempre juntos—digo entre besos

Zac me pega a él y llamo a sus hermanas para darles la buena noticia, aunque pueda costar el amor hizo que creyesen lo sucedido, además de que vendrán a verle. Los niños están más que contentos, lo estaban pasando fatal.

Miro a mi esposo y lo veo sonreír, no puedo estar más feliz, es cierto que no está del todo recuperado pero por lo menos ha despertado, lo que siempre será un hermoso milagro, sin duda que Zac tiene un ángel guardián ahí arriba y juraría que se trata de nuestro amigo y jefe Maverik.



El Dragón Rojo(Zacdaya)®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora