Acero y flores

Romance ardiente (Parte 1)

—Eso no es verdad...

Escuché un susurro a mi lado, no le di mucha importancia.

—No, eso no es así, no es correcto lo que dice.

Seguí sin pensar mucho en ello, honestamente me importaba una mierda si la maestra estaba en lo correcto o no, sólo quería dormir hasta que terminara la maldita conferencia a la que me habían obligado a asistir. Sentí mis ojos cerrarse por el peso de lo que yo llamaba cansancio mental y entonces, cuando casi estaba llegando a mi lugar feliz, escuché un tercer susurro.

—¡Lo está diciendo todo mal! No es así como pasaron las cosas.

—Joder, ¿esta tipa no piensa callarse? Alguien aquí trata de dormir, amiga.

Volteé mi rostro, con el ceño fruncido, y vi a una chica de pelo negro, con un par de lentes de lectura, buscando efusivamente entre los libros en sus manos, como para probar que no estaba loca. Lo que al principio me pareció molesto ahora fue un tanto gracioso, a ella en realidad le importaba esto, eché un vistazo rápido a la libreta de apuntes y no pude evitar quedarme observando lo magnífica y pulcra que era su letra, parecía realmente amar la historia, porque tenía en una esquina la frase: "La historia no es una carga para la memoria, sino una iluminación del alma", de alguien llamado Lord Acton, que por supuesto no tenía idea de quién era. Y ahora una maestra desconocida que vino a dar una conferencia estaba despilfarrando todo lo que conocía de la historia de los Rus, pobre alma en pena.

Y entonces cuando la profesora tuvo la osadía de decir que el nombre "Rus" era un diminutivo de "ruso" no pudo creerlo, frunció el ceño y levantó la mirada.

—¿Es en serio? ¿Siquiera estudió el tema?

Dejé salir una pequeña risa que escuchó y volteó a verme.

Y yo quedé cautivado por aquellos ojos azules, profundos y grandes, eran preciosos. Joder, jamás había visto un par de ojos tan preciosos. Ella relajó su mirada, visiblemente apenada.

—Lo siento, seguro quieres escuchar la conferencia.

—En realidad, me importa un carajo, pero... Esa mujer se atrevió a decir que Rus viene de ruso, ¿cómo se atreve? ¿No piensas hacer algo al respecto? —pregunté en tono de broma, alzando una ceja, pero bastante serio. Y creo que no se dio cuenta de que era una broma, porque me miró unos segundos y asintió, levantando su mano. Oh, esto se estaba poniendo divertido, iba a corregir a la maestra. Y lo que más odiaba esa maestra era ser corregida.

—¿Sí, señorita? ¿Tiene algo que aportar?

— Sí, en realidad. Verá, puede parecer que Rus es un diminutivo de Ruso, pero en realidad es todo lo opuesto, el nombre Rusia es un derivado de Rus. Cuando aparecieron los primeros registros de ese nombre Rusia no existía como tal. Los Rus eran un grupo de comerciantes y guerreros nórdicos que se trasladaron desde el otro lado del Mar Báltico, fundaron un estado centrado en Nóvgorod, que más tarde se convirtió en la Rus de Kiev. Sin embargo, el nombre que le daban sus propios habitantes era el de Russkaya Zemlia, que se traduce como "tierra rusa", y no fue hasta el 1547 que comenzó a llamarse Zarato Ruso, para luego convertirse en la República Socialista Federativa Soviética de Rusia en 1917. Y el nombre "Rus" aparece desde mucho antes de los años 800, así que...

Dejó la frase a medias y el silencio fue inmediato. La cara de la maestra Belanova era como para tomarle foto, estaba furibunda, aunque no lo parecía a simple vista, pero yo ya había dado clases con ella varias veces, conocía bien ese rostro que se enrojecía intentando contenerse para luego explotar, debo admitir, a causa de mi insistencia o la de cualquier otro "insolente" que tuviera la osadía de hacerla enojar. Esta chica sabía de lo que hablaba, por primera vez alguien estaba poniendo en su lugar a esa profesora estúpida que siempre se creía intelectual y pensaba que lo sabía todo.