Amaba esto.
El paisaje que se miraba a través del tren era precioso, me encantaban los viajes largos a través del campo, me gustaba la tranquilidad y el silencio que se producía sólo cuando Koushiro y Toko quedaban totalmente rendidos, me encantaba esa sensación de video musical que te produce escuchar música mientras ves las montañas y árboles pasar en un viaje.
Pero claro, esas eran cosas cursis que yo jamás le contaría a nadie, eran cosas que sólamente una persona en el mundo me había escuchado pronunciar.
Y ahora por fin iba a verla otra vez.
Si me encantaban todas las cosas que traía el viaje detrás, más me encantaba la idea de llegar a mi destino, porque cuando llegara ella iba a estar allí.
¿Qué tal estaría?
¿Qué libro estaría leyendo esta vez?
¿Qué tan hermosa se habría puesto en mi ausencia?
Y lo que más me preocupaba.
¿Tendría novio?
Todas esas eran preguntas sin respuestas que no me dejaban dormir.
Tenía dos años sin verla, desde que me había ido a de la ciudad sólo habíamos hablado un par de veces, ya que me había mudado a una villa pesquera remota que parecía haber sido olvidada por el resto del mundo y no teníamos internet a menos que bajáramos al pueblo, lo que tomaba varias horas a pie, y era tan horriblemente lento que a veces ni siquiera podía lograr entrar a RedLine para dejarle un mensaje.
Es por ello que, en cuanto salimos de la zona rural, lo primero que hice fue entrar a Redline y buscar su perfil, sólo para encontrarme con la sorpresa de que ella no había subido una foto de ella en todo ese tiempo.
Por un momento olvidé lo poco apegada que era a las redes sociales, igual que yo.
Lo único que solía subir a veces era uno que otro estado, y eso no había cambiado, aquella mañana sólo había subido una foto de las flores de su jardín.
Se veía tan bonito como la última vez que lo vi, ella siempre lo cuidaba bien.
Pensé en escribirle, pero al final pensé que era mejor hablar en persona, y respiré para calmarme un poco.
Me distraje un poco escuchando una canción que me había recomendado hacía ya un tiempo y bajando por las pocas fotos que había subido cuando todavía vivía en la casa del frente, y no pude evitar sonreír al ver una de nosotros dos, sentados lejos del grupo mientras ellos hacían toda clase de locuras. Yo llevaba una lata de cola y ella un libro, y debajo había una frase que Nami había puesto.
"Y, como siempre, las dos almas de la fiesta se juntan para hacer lo que mejor saben hacer: Ser aburridos. Esos son mis dos mejores amigos ♥".
—¡Ja! ¡¿Todavía son novios tú y ella?!
La voz de Toko me sobresaltó.
Esa pequeña mocosa era entrometida como nadie, y no tenía filtros para decir lo que pensaba.
—¡No somos novios, Toko! Nunca lo fuimos. Robin sólo es mi amiga.
—¿Te sigue gustando, chico? —preguntó Koushiro, que no había notado que me estaba mirando, y suspiré.
—No lo sé. Jamás dejé de pensar en ella, en realidad, pero... Dos años pueden cambiar mucho a la gente.
—¿Entonces no piensas ir por ella?
—Claro que no, tampoco soy idiota. Robin es genial, y a mí me encanta, pero para estas alturas ya es probable que incluso tenga novio, e incluso si no lo tiene, ni siquiera sé si ella en algún momento llegó a corresponderme. Para cuando me di cuenta de lo mucho que me gustaba, ya era tarde, el día que partimos pensé en decírselo, pero pensé que no valdría la pena que lo supiera si de todas formas yo ya no estaría. Eso sólo me iba a mortificar al pensar todo el tiempo en lo que hubiera podido ser.
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Acero y flores
FanfictionColección de one-shots ZoRobin. ADVERTENCIAS: *Los personajes de One Piece no son de mi pertenencia, todos ellos son propiedad de Eiichiro Oda. *Algunos capítulos pueden contener lemon (contenido sexual explícito), esto será indicado al principio de...