Estaba teniendo un día de mierda. Las llaves se le habían quedado dentro del auto cuando iba de su casa a la compañía, olvidó su cargador para el celular, un potencial cliente que posiblemente le generaría muchas ganancias había cancelado, y para colmo, se encontraba sentado en un avión que por alguna razón no despegaba; el vuelo iba con retraso. Zoro se encontraba en un cómodo sillón de primera clase, con una cara de mil demonios, intentando no explotar contra el primer empleado que pasara, pero parecía casi imposible. Era cliente habitual de esa aerolínea, ya que su empresa tenía una alianza con una compañía Rusa que se dedicaba a lo mismo que la suya, y constantemente tenía que estar viajando para sus reuniones de negocios. Normalmente le daban un trato óptimo, pero por alguna razón ese día estaban extremadamente lentos, lo que era bastante inusual.
Tomó su celular con el objetivo de jugar un rato, pero se encontró con un mensaje: batería baja, 5%. Respiró profundo, no podía perder el control. Los cubículos en los que se encontraban los asientos solían tener cargadores y cables disponibles, pero no parecía encontrar ninguno en el suyo. Qué mierda, se dijo. Lo único que lo alejaría de llegar al borde de la exasperación era una botella de sake, usó la tableta y la pidió, pero después de media hora aún no se la había entregado. Se puso de pie, mandando todo rastro de calma al demonio, y sólo encontró a una azafata, una chica de pelo rosa, notó el gafete que la nombraba "Riku Rebecca". No la había visto nunca en alguno de sus viajes.
—Señorita, pedí una botella de sake hace media hora y no he recibido nada —dijo, molesto, pero tratando de no alzar la voz, lo que le estaba costando muchísimo.
— ¡Lo siento, señor, ya mismo se la entrego! Parece que el sistema de pedidos está apagado.
La mujer se dirigió al bar y buscó por todos lados, no encontraba el sake en ninguna de las estanterías, temblaba de miedo al ver la cara del hombre que la esperaba de brazos cruzados.
— ¿Qué es lo que te toma tanto tiempo? ¿No tienen un inventario para verificar si se acabó o no?
—L-lo siento, el sistema de pedidos está apagado, allí es donde tenemos el inventario. Parece no haber... Déjeme buscar de nuevo.
— ¿Qué diablos sucede hoy con ustedes? El vuelo se retrasa, el sistema se apaga, y sólo hay una azafata para primera clase que parece estar en el aire. ¿Al menos sabes la razón por la que estamos retrasados?
—N-no, señor, lo siento.
Se quedó mirándolo, y él se masajeó las sienes, visiblemente irritado.
—Y bien, ¿piensas al menos averiguar por qué? Es más, no, mejor busca a alguien que sepa. La supervisora de Sobrecargo de hoy, si es posible.
— ¡Y-ya mismo!
Para la joven aquello fue un alivio, nunca había trabajado en primera clase, y nunca había tenido que lidiar con un cliente malhumorado. Llegó hasta donde estaba la supervisora de aquel día, Alvida, y le explicó la situación.
—Entiendo, en realidad fue mi error, no pretendía asignarte a primera clase. Nami, a ti es quien te toca hoy, por favor ve a tratar de calmar al cliente.
—Pero él pidió a la supervisora.
—Ahora mismo estamos cortos de personal, y aún tenemos el problema de la tormenta, así que no puedo subir ahora, lo siento. Trata de explicárselo amablemente —le dijo, en tono de reprimenda. Nami solía tener la boca muy suelta. La pelirroja asintió, no muy convencida, y se dio la vuelta para subir.
—Gracias a Dios —suspiró Rebecca, aliviada—. Por un momento creí que su pelo verde se volvería rojo de la ira.
— ¿Dijiste pelo verde? —preguntó la supervisora, sorprendida, y la chica asintió.
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Acero y flores
Hayran KurguColección de one-shots ZoRobin. ADVERTENCIAS: *Los personajes de One Piece no son de mi pertenencia, todos ellos son propiedad de Eiichiro Oda. *Algunos capítulos pueden contener lemon (contenido sexual explícito), esto será indicado al principio de...