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"No soy el tipo de mujer
Que debería estar irrumpiendo groseramente en una boda
Pero tú no eres el tipo de hombre
Que deba casarse con la mujer equivocada".
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¿Iba a hacerlo?
Sí.
De verdad iba a hacerlo.
Me miré al espejo en aquel vestido de satín rojo que Nami había preparado para la ocasión y me desconocí a mí misma, lo que estaba a punto de hacer era algo impensable, algo que jamás imaginé que haría.
Y en realidad nunca había pretendido hacerlo, en mi cabeza no cabía la idea de arruinar un día tan importante para una mujer ilusionada y enamorada que iba a unirse al amor de su vida, yo no podía hacerle eso a una mujer inocente.
Sin embargo, descubrí que no lo era. Descubrí que ella era una perra maldita.
Y descubrí que sólo estaban utilizándolo, estaban manipulándolo y robándole su libertad con tal de salvar sus propios traseros, y me habían usado a mí como método para convencerlo.
Y yo no lo iba a permitir.
No iba a dejar que me quitaran a Zoro.
Zoro y yo nos conocimos cuando estábamos en la preparatoria. Los dos habíamos tenido un comienzo un tanto rocoso, pero pronto nos volvimos amigos y eventualmente terminamos enamorándonos. Se confesó en nuestra graduación y desde entonces habíamos tenido una hermosa relación que había perdurado por dos años, los dos comenzamos a ir a la misma universidad y estudiábamos juntos. Los dos nos entendíamos y nos complementábamos de forma perfecta. A pesar de que algunas veces teníamos pequeñas discusiones, sabíamos resolverlas, pues nos amábamos. Habíamos encontrado en el otro nuestras almas gemelas y las cosas marchaban perfectas hasta los dos.
Pero todo terminó ese día.
Apenas un mes antes de mi cumpleaños, recibí la maldita carta que dio lugar a todos los acontecimientos que habían estado sucediendo hasta hoy. En ella se me informaba que había recibido una beca completa para hacer una maestría en el extranjero, en el University College of London, universidad a la que yo había aplicado al comenzar el semestre. Él y yo habíamos hablado acerca de la posibilidad de que me aceptaran, él había asumido la idea de que fuera posible que tuviéramos que tener una relación a distancia, pero como las posibilidades eran mínimas, nunca lo habíamos absorbido del todo como una realidad.
No imaginábamos que esas casi inexistentes posibilidades se convertirían en un hecho.
Y aún así, cuando le mostré el sobre, él se mostró increíblemente feliz y emocionado por mí, él siempre había querido ayudarme a cumplir mis sueños. Sabía lo mucho que soñaba con visitar Londres y planeó llevarme de visita para mi cumpleaños, antes de que tuviera que marcharme, aunque en aquel momento yo no tenía idea. Y así como llegó la felicidad por aquella impactante noticia, del mismo modo nos llegó el dolor ante la idea de separarnos eventualmente.
Y aquel dolor se hizo más agudo cuando se reunió conmigo un par de días después.
Fue repentino, doloroso y cruel.
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Acero y flores
FanficColección de one-shots ZoRobin. ADVERTENCIAS: *Los personajes de One Piece no son de mi pertenencia, todos ellos son propiedad de Eiichiro Oda. *Algunos capítulos pueden contener lemon (contenido sexual explícito), esto será indicado al principio de...