Parte 26.

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Estaba más que molesta.

Primero, Lisa no tenía derecho de hablarme así, sé que yo la había molestado demasiado, pero nunca llegué a faltarle el respeto. Esa había sido la paga por pasar mi tarde cuidando a sus hermanos. Era una malagradecida.

Y en segunda, mi madre que sólo para que no la mate el remordimiento, una vez al año finge que le interesó, y esta vez ni pudo más oportuna.

Sábado en la tarde, mi madre había intentando arreglar las cosas conmigo, pero cada vez que trataba de hablar era interrumpida por su estúpido celular. Así que una vez más me puse de pie y subí a mi habitación dejando las cosas aún peor, claro si es posible que nuestra relación madre e hija empeore.

Domingo en la noche, estaba prácticamente tirada en mi casa, tal y como me la había pasado todo el fin de semana. No tenía ganas de nada. Era más el enojo que traía por dentro que las ganas de salir siquiera por un vaso de agua.

Extrañaba a Sana. Ella era quien me hacía olvidar todos los problemas con mi familia, y qué decir de Jisoo, ella no sólo me ayudaba a dostraerme, también me escuchaba y trataba de ayudarme con todo lo que oudiera, pero ahora está con Rosé... Y Sana con Yeri. Lo que deba como resultado: Jennie más sola que una escuela en domingo.

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ㅡDiablos ㅡhablé yo sola al despertarme y llevarme la cara nada grata sorpresa de que mi despertador no le había dado la gana de levantarme. Ahora seguramente no llegaría a tiempo para la primera clase.

Abrí mi casillero, saqué un par de libros de mi mochila para intercambiarlos por otro par que estaban en las repisas. Ya me había perdido la primera hora de clase, así que no los necesitaría más.

ㅡ¿Qué tratas de demostrar? ㅡuna voz femenina me sorprendió, ya que según yo, los pasillos estaban vacíos. La ignoré y de un golpe cerré la puerta verde del casilleroㅡ ¿Es por lo que te dije sobre tus estúpidos pantalones ajustados? ㅡpreguntó con ironía, pero a mí no me cansaba ni la más mínima gracia.

ㅡEn primera... ㅡsuspiréㅡ No intento demostrar nada y mucho menos a ti ㅡdije claramente.

ㅡ¿Y ahora por qué tan ruda? ㅡse acercó a mi intentando ponerme nerviosa, sin duda alguna no sabía con quién estaba tratando, en segundos podía cambiar la situación.

ㅡEres una estúpida, Lisa ㅡdije, con repulsión me corrí hacia un lado alejándome de ella pero me sujetó por la cintura evitando que me vaya.

ㅡEso no...

ㅡ¿Eso no decía hace unos días? ㅡla interrumpí completando su fraseㅡ Y tienes razón ㅡafirméㅡ La verdad, me avergüenzo por haberte seguido tanto ㅡ¿lo ven En segundos cambié la situación, ahora ella vendría corriendo a mis brazos.

ㅡPero...

ㅡYa, Lisa ㅡla corté de nuevoㅡ Lo menos que quiero hoy es discutir, di lo que quieras, ya no me interesaba ㅡle dije fastidiada, era la pura verdadㅡ Sólo déjame en paz ㅡusé las mismas palabras que ella había usado conmigo.

Me di la vuelta pero antes de que pudiera dar un paso, me tomó fuertemente del brazo, se le estaba haciendo costumbre estirarme de esa manera.

Me apegó a su cuerpo y su mirada penetró la mía.

ㅡ¿Quieres que yo te deje en paz? ㅡrió pesadamenteㅡ ¿Cómo? ¿Así como tú me dejas en paz? ㅡrodé mis ojos.

ㅡSí Lisa, sí... ㅡarrastré mis palabras con un toque de ironía y sarcasmo, más que nada para tratar de terminar con esto. Una mano se posó en mi mejilla y en cuestión de segundos sus labios chocaron con los míos.

ㅡ¡¿Qué demonios te sucede?! ㅡle reclamé empujándola, me miraba confundida. De seguro pensaba que le respondería de una mejor manera.

Acomodé mi mochila en mi hombro para alejarme de ella lo más pronto posible.

Había decidido renunciar a la apuesta, después de esto... merecía venganza. Lisa me las pagaría todas.

Con rápidos pasos salí del instituto, caminaba entre los jardines del campus hasta que me di cuenta de que me había alejado lo suficiente. Me detuve frente a un enorme árbol, lancé mi mochila en el césped para después dejarme caer a un lado. Doblé mis rodillas apegando mis piernas a mi cuerpo, abrazándolas, ocultando mi rostro entre mis brazos.

ㅡEscucha...

ㅡ¡Maldición, Lisa! ㅡgrité molesta. ¿Cómo me había encontrado?ㅡ ¡Ya! Tú me quieres lejos de ti, y ahora yo también te quiero lejos de mí, todos felices ¿recuerdas? ¿Por qué no nos haces felices a los tres? ㅡrepetí las palabras que me había dicho días atrás cuando pidió que me pidió que siguiera a otra chica del colegio.

ㅡ¡Escúchame! ㅡdijo exaltada. Levanté mi mirada y la vi sentarse a un lado mío, recargándose en el enorme tronco del enorme árbolㅡ Yo... lo siento.

Love's Bet | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora