Parte 31.

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Finalmente Lisa aceptó, pero se negó a ir en mi auto así aje tuvimos que ir en el suyo. Llegamos a una heladería que los niños eligieron ya que tenía un enorme área de juegos.

Tenían cerca de veinte sabores, lo cuales Lisa tuvo que mencionar al menos tres veces para que Jonsang y Wendy pudieran decidir, en especial Wendy, quien que no sabía leer del todo bien.

ㅡ¡Fresa! ㅡdijo la pequeña en brazos de su hermana.

ㅡ¡Menta! ㅡse unió Jonsang.

ㅡMe hicieron repetir los saberes ¡tres veces! Para luego elegir los mismos de siempre ㅡles reclamó en juego y ambos rieron al igual que el cajero quien con una enorme y por supuesto estúpida sonrisa, no dejaba de mirar a Lisa.

ㅡChocolate ㅡdije de mala gana.

Como era de esperarse no me dejó pagar y no precisamente por humildad, sino por su actitud de "no necesito nada de ti".

ㅡYo los había invitado ㅡme quejé molesta, sentándose en uno de los cómodos y llamativos sillones del colorido lugar. No me respondió nada, sólo recargó sus codos en sus rodillas y cubrió su rostroㅡ ¿Por qué me habías dicho que comenzaba a agradarte si no era cierto? ㅡtomé la cuchara para coger un poco de helado y llevarlo a mi boca.

ㅡYo no mentí ㅡdijo volteando hacia míㅡ Me agradaba la Jennie de ese día

ㅡ¿La Jennie de ese día? ㅡpregunté entre risas.

ㅡSí ㅡse recargó en el sillón con su brazo en el respaldo de este quedando casi a la misma distancia de mi hombroㅡ Despreocupada, sin delineador, sin todos esos accesorios de sobra...

ㅡEs lo mismo, Lisa ㅡle dije riendoㅡ Con pantalón, con short, con delineador o no, soy la misma.

ㅡClaro que no ㅡsu seriedad me chocóㅡ Nunca eres la misma, Jennie ㅡaseguróㅡ Eres una en el campus, eres otra en tu casa, eres otra conmigo, eres otra con Sana, eres otra con Yeri, eres otra con mis hermanos ㅡtenía razónㅡ ¿Y sabés qué es lo malo?

ㅡ¿Qué? ㅡpregunté intimidada.

ㅡQue nadie sabe cuál es la verdadera ㅡun silencio nos inundó, solamente entre nosotras ya que todo alrededor seguía su ritmo común, personas platicando, niños corrían de un lado a otro.

ㅡEntonces ya tenemos algo en común... ㅡla miré y ella regresó a verme esperando una explicaciónㅡ También en el campus eres otra, en tu casa otra, conmigo otra... Incluso ayer eras otra... ㅡregresé mi mirada al helado que comenzaba a derretirse.

ㅡNo es...

ㅡNo digas nada ㅡla corté, no le estaba pidiendo explicaciones sobre esoㅡ ¿Quieres? ㅡle dije rompiendo el silencio entre nosotras.

ㅡOdio el chocolate ㅡdijo negando con la cabeza.

ㅡ¡Eres una mentirosa! ㅡle grité riendoㅡ Casi acabas tú sola un pastel completo de chocolate y ahora lo odias ㅡse unió a mis risas, no podía negar que no era otra.

ㅡSólo comí un poco ㅡdijo frunciendo el ceño.

ㅡ¿Un poco? Sí, claro ㅡdije sarcásticamente, tomó un poco de helado con la cuchara y una vez más me acerqué a ellaㅡ Vamos, sólo un poco ㅡme puse de rodillas sobre el sillón para acercarme más hacia su cuerpo.

ㅡNo ㅡse negó nuevamente.

ㅡSe derretirá y caera en tu ropa

ㅡQue no ㅡdijo riendo al mismo tiempo que me abrazaba por la cintura haciéndome quedar de nuevo sentada, sólo que nuestra distancia se había convertido en prácticamente, nada.

Levanté la bmanca cucharilla y la acerqué a ella quien finalmente abrió la boca. Sonreí victoriosa y está vez yo tomé su mejilla con mi mano libre, no necesité guiarla y mucho menos acercarme, ella sólo se condujo hacia mis labios. Subió su mano hacia mí cuello, evitando que me separara, pero era algo que ni de broma haría.

ㅡTu mano está fría ㅡdijo riendo entre besos, era lógico después de haber sostenido en vaso con helado por más de quince minutos.

Le sonreí y volví a unir nuestros labios, sólo que tomé su mano que estaba en mi cuello y la bajé para entrelazar nuestros dedos y que la temperatura de esta se regulara. Una bes más se alejó de mis labios y su mirada se enfocó en nuestras manos entrelazadas, levantó una de sus naturalmente bien definidas cejas.

ㅡYa no está fría ㅡfue lo único que logré decir y negó riendo.

Por un desconocido motivo giré mi rostro y me encontré con nada más y nada menos que Jisoo y Rosé, quienes nos miraban más que sorprendidas. Rosé reaccionó y sacudió su cabeza, volteó a ver a Jisoo quien seguía con la boca abierta.

Había ganado la apuesta.

Love's Bet | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora