Escondidos | Gustacio AU [SEMI-CORREGIDO]

25

Me desperté a las 02:00, había tenido otra pesadilla. Joder llevo casi 4 meses así, y cuando empezaba a dejar de tenerlas matan a mi único compañero de habitación, ya no tengo a nadie que me ayude a volver a dormirme.

Me senté en la cama y mire al suelo, unos segundos después vi a uno de los chicos pasar por la puerta, que estaba al otro lado de la habitación y al parecer no me vio, supuse que fue o venia al baño que está al fondo del pasillo, pero como no sabía quien era pues supuse que volvió a su habitación al no volver de a dónde fue.

Me levanté de mi cama y me dirigí a la cama que estaba como debajo mía, era la cama de Lamar, seguía desecha desde que él la dejó, ninguno nos atrevimos a hacer las sábanas.

-Joder Lamar, ahora te echó de menos- Dije en voz alta pero tampoco demasiado, tumbandome y cubriendo e con la fina sabana de la cama, agarrando una de las 3 almohadas y abrazandola, ocultando mi cara en ella, sientiendo lo que sentía cuando tenía una me despertaba en la madrugada angustiado y Lamar me calmaba, invitándome a dormir con él en su cama y me abrazaba hasta que me durmiera.

Empeze a llorar, incluso después de lo que Lamar hacía por mí nunca lo traté como merecía y nunca lo vio alguien importante en mi vida, literalmente me hizo recordar al dicho «no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes»...

Cuando me volví despertar ya era de día, o al menos estaba amaneciendo. Me senté en la cama, dándome cuanta que no era la mía, me volví a sentir mal por haber dormido en esa, por lo que me levanté y la dejé tal como estaba en ese momento, llendo a arreglar la mía.

Salí de mi habitación y me dirigí a la habitación de Gustabo y Horacio, para ver si su hermano seguía durmiendo o no, ya que al mirar la hora me di cuenta de que eran las 08:37 am y Horacio tenía que tomarse la pastilla de la mañana o tendría que tomárse la segunda mientras estaba de servicio, y eso no era buena idea.

Me asomé por la puerta y al ver que seguían dormidos me apoye en el marcó de la puerta, viendolls con ternura, estaban abrazados y Horacio en posición fetal en los brazos de Gustabo, al parecer no habia sido6yo el único el que lo a pasado mal está noche.

Me acerqué a la mesita de noche al lado de su cama y abrí el primer cajón, cerandolo rápidamente, en aquel sitio habían varias cosas de uso sexual, me sonrojé un poco y abrí el segundo, viendo varias cajas de pastillas en orden, aunque por los empaques me di cuenta de que habían varios medicamentos distintos que solo se diferenciaban por la forma de la caja, ya que casi todos tenían el color negro de advertencia, claro Helena también vívia allí y supongo que Gustabo guarda sus medicamentos, por lo que busque el antidepresivo que usaba Horacio.

Zolpidem, tranilcipromina, ¡sertralina!, ese era el primer antidepresivo que usaba Horacio hace unos años hasta que se lo cambiaron por una triciclico ya que no le hacía efecto y le empeoró al con el paso del tiempo.

Doxepina, por fin lo encuentro, abrí la caja y saqué la cosa donde están las pastillas que se había usado, sacando una de las pastillas y poniéndome recto, cerrando el cajón con mi perna, viendo la botella de agua que había encima de la mesa, dejando al lado la pastilla.

Me acerqué a los chicos me senté en el borde de la cama empezando a acariciar la cabeza de mi hermano, viendo su cara de tranquilidad y la cicatriz al lado de su ceja.

Me acerqué a su oreja para susurrarle.

-Horacio, despierta- Hora movió su cabeza en signo de negación al parecer estaba despertando.-Se que soy pesado, pero tienes que tomarte la medicación- Horacio giró su cabeza hacia mi, mirándome entre adormilado, molesto y confundido.

-No quiero, que quitan el hambre y me dan somnolencia- Otra vez con eso, pensaba que ya había aprendido.

-Lo se mi vida, pero si no tendrás abstinencia o tendrás que tomarte la pastilla en el trabajo y no podrás trabajar bien- Horacio volvió a cerrar sus ojos y suspiró después de unos segundos, sabía que tenía razón.