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-Conocías a la primera víctima, Louis Smith. Aparece muerto. Conocías a la segunda víctima, Matthew Holt. Aparece muerto.

- ¿Matthew está muerto?

- ¿Por qué sino te haría la pregunta para la coartada?

-Pensé que lo preguntabas por preguntar. Dios mío...- dijo cerrando los ojos para hacer que una lágrima rodase por su mejilla derecha.

- ¿Qué tan cercanos eran?

-Nos acostamos unas tres veces. Más que su amante era su confidente.

-Explícate.

-Me llamaba a horas intempestivas por problemas personales suyos, del trabajo o paranoias que se montaba en la cabeza.

- ¿Por qué te llamaba a ti en vez de hablar con su esposa?

-Ya se lo he dicho, es fácil que la gente se abra a mí.

Por un momento la inspectora se sintió observada. Se levantó de la silla y colocó sus manos encima de la mesa, consiguiendo intimidar a Abey.

-Señorita Lange, más le vale que su coartada sea cierta.

-Lo es. Me llevaré mal con la viuda esa, pero sé que se lo confirmará.

-La viuda tiene nombre, Ann Williams. Deberías saberlo ya que te has adueñado de su hogar prácticamente. - a Grace le encantaba poder incomodar y molestar a los que se sentaban del otro lado de esas mesas. Era de las cosas que más le gustaban de su trabajo.

-Oiga. Yo no me he adueñado de nada. Será mala zorra.

-La boca. Que no se te olvide que estás hablando con una inspectora, te puedo retener veinticuatro horas por desacato policial u obstrucción a la justicia. Mira, así estarías con Jackson Roberts. – dijo irónicamente.

- ¿Le tenéis arrestado?

-Sí. - dijo esbozando una sonrisa. - Uno de los detectives lo encontró traficando con MDMA. Pobre chico, le esperaba un mejor futuro, y ahora se pasará seis años en prisión, si todo va bien.

-Bueno, siempre se ha sabido que traficar es malo.

- ¿Sabes qué más es malo? El homicidio. ¿Sabes cuántos años pueden caer por un simple homicidio? De diez a quince años, si todo va bien y caen diez años, con revisión a los cinco años. Imagínate que dan la condicional, solo sería eso y pagar una multa. ¿Sabes lo difícil que es encontrar trabajo después de la cárcel? Es muy difícil, ¿quién contrata a un criminal? Prácticamente nadie.

- ¿Y eso a mí me interesa por...?

-De hecho, no debería interesarte, pero es curioso.

-Conozco mis derechos. Sé que puedo marcharme en cuanto quiera.

-Sin embargo, aquí sigues.

-Pues me marcho ya.

-Adelante, creo que sabes cómo salir de aquí.

-Claro. He estado aquí dos veces. Creo que sé dónde está el ascensor.

-No salgas de la ciudad. Por si tenemos que hablar contigo de nuevo.

- ¿Tengo otra opción?

-No. Que tengas una buena tarde.

-Lo mismo digo inspectora. - Abey se lavantó de la silla y se dirigió a la puerta. La abrió y bajo la atenta mirada de la inspectora Walker y el inspector O'Keller, se dirigió al ascensor.

-Lo has intentado- dijo el inspector Miller apareciendo por la sala contigua a la de interrogatorios, haciendo que Grace se sobresaltase.

- ¡Damion! ¡Me has asustado! - exclamó riendo.

Pirámide mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora