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- ¿Daniel Lunors? - preguntó la inspectora Walker.

- ¿Sí?

-Somos de la Brigada de Nueva York. Tenemos que hacerle unas preguntas. - respondió la inspectora Michigan.

-Por favor, tomen asiento. ¿Quieren un vaso de agua, un té o algo?

-Un vaso de agua, por favor. - dijeron ambas inspectoras al unísono.

-Aquí tienen. - dijo lentamente mientras servía el agua en dos vasos de cristal de seiscientos mililitros.

-Gracias. - dijeron de nuevo al unísono.

- ¿Reconoce a este hombre? - preguntó la inspectora Michigan mientras le enseñaba una fotografía de Aaron Connor.

-Es Aaron. ¿Le ha pasado algo? Hoy no ha venido a trabajar. Pensé que tendría problemas en casa o se habría quedado dormido.

-Le han matado. - dijo la inspectora Walker. - ¿Sabe de alguien que quisiese hacerle daño o sabe de alguien con quien se hubiese peleado o discutido recientemente?

-Primero de todo, no sé de nadie que quisiese hacerle daño y segundo, discutió con Jhonan, su compañero de trabajo.

- ¿Sabe por qué discutieron? - preguntó la inspectora Michigan.

-No. Eso deberán preguntárselo a él, está en su mesa de trabajo. Aula cuarenta y cinco, tercer pasillo a mano derecha.

-Por último, ¿dónde estuvo durante las dos y las tres de esta madrugada? - preguntó la inspectora Walker.

-Aquí, los chicos de recepción del turno de la noche podrán confirmar que no salí en ningún momento, además tenemos cámaras traseras en la salida de emergencia para asegurar una buena seguridad en el edificio y garantizar que nuestros empleados y empleadas estén seguros y seguras.

-De acuerdo, hablaremos con ellos, así que dígales que vengan antes, por favor. - dijo la inspectora Michigan.

-Enseguida. - dijo el señor Lunors.

Se despidieron y marcharon hacia el aula que le había mencionado el jefe de Count

SL.

-Dijo aula cuarenta y cinco ¿verdad? - preguntó la inspectora Walker.

-Exacto. Aquí...-dijo la inspectora Michigan señalando la puerta.

Se disponían a darle golpes leves a la puerta, pero escucharon ruidos dentro. Las inspectoras se miraron y decidieron ver si la puerta tenía el cerrojo puesto, pero no lo tenía. Cargaron las pistolas y entraron apuntando hacia los diferentes lados del despacho. El aula era simple, dos mesas, un ordenador y una silla. En la silla de la parte derecha había un hombre realizando esfuerzos antinaturales.

-Brigada de Nueva York, dese la vuelta y las manos donde podamos verlas. - dijo la inspectora Walker con un tono de voz firme.

El hombre se dio la vuelta intentando taparse de cualquier manera, cogió una libreta para taparse y al separarse de la silla se percataron de que una mujer estaba colocándose correctamente la falda roja.

Las inspectoras se miraron asqueadas y bajaron las pistolas.

- ¿Jhonan? - preguntó la inspectora Michigan.

-S-Sí. - tartamudeó nervioso el mencionado.

-Usted. - dijo la inspectora Walker señalando a la mujer. - Fuera.

La mujer recogió su sujetador del suelo y se marchó avergonzada, mientras la inspectora Michigan le lanzaba la ropa desperdigada por el suelo al hombre, pues preferían interrogarle mientras él se encontraba vestido de pies a cabeza.

Pirámide mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora