Pirámide mortal

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Los cuatro inspectores salieron minutos después de que Cara y su equipo se llevasen el cadáver de la víctima al departamento.

Se miraron los unos a los otros y se dieron cuenta de que esos asesinatos ya no eran esporádicos, seguían una pequeña línea. Eran hombres casados. Eso no reducía la lista de posibles próximas víctimas, ni les daba una señal o pista de quien podría estar detrás de los asesinatos, pero si les daba un conocimiento. Sabían que, si esa persona volvía a matar, iría a por hombres casados.

Decidieron llamar al doctor Parker Monroe, el psicólogo de la comisaría, con la finalidad de poder hacer un perfil psicológico del asesino.

Los inspectores subieron en los coches en el orden en el cual habían ido hacia el escenario del crimen, se abrocharon los cinturones y, sobrepasando el límite de velocidad, llegaron a la comisaría en menos de lo que canta un gallo.

El doctor Monroe les esperaba sentado en la silla de la mesa de la inspectora Michigan, pues era una de las dos personas, dentro de la comisaría, con la que más confianza tenía, y sabía que a ella no le molestaría que le invadiese la silla de su pequeña mesa, la otra, era la inspectora Walker.

-He estado observando vuestra pizarra, ¿me presento o pasamos ya a crear su perfil psicológico? - dijo esperando una respuesta. - Por vuestras caras me parece que debo presentarme. Mi nombre es Parker Monroe y soy el psicólogo de esta comisaría. Si os preguntáis porque no me habéis visto anteriormente es porque nunca os habéis enfrentado a un asesino en serie y esto es nuevo para vosotros. A la inspectora Michigan y Walker ya las conozco, - dijo esbozando una sonrisa amigable- ahora me falta conoceros a vosotros.

-O'Keller.

-Miller.

-Perfecto, ahora que nos conocemos todos entre todos vamos a empezar. Por lo que puedo observar a partir de los hechos, el asesino tuvo una carencia de una figura paterna en su vida, la cual cosa hace que mate solo a hombres casados. Puede que sufriese algún tipo de abuso hacia su madre o hacia sí mismo y eso lo refleje en sus víctimas.

-Es decir, ¿buscamos a alguien a quien maltrataron de pequeño? - preguntó el inspector O'Keller.

-Exacto. Además, la gran mayoría que pueden observarse se llevan a cabo entre personas que se conocen o cuyo entorno está vinculado, aún si su contacto ha sido circunstancial. Eso significa que el asesino es capaz de distanciarse emocionalmente de la víctima. El acto de asesinar no está delimitado a una estructura psíquica que haga que la persona destaque por el tipo de habilidades sociales que tiene. En este caso creo que el asesino pretende descargar una frustración familiar.

- ¿Y cómo son? Es decir, ¿cómo es un asesino o asesina? - cuestionó esta vez el inspector Miller curioso.

-Buena pregunta. Es una persona que carece de empatía y entre sus motivaciones hay una visión de la realidad extraña, apartada de las ideologías hegemónicas. Un asesino en serie suele escoger a sus víctimas por niveles de vulnerabilidad, para considerarse más fuerte que ellos y tener un poder superior. Tiene una gran capacidad de manipulación y seducción.

- ¿Y cómo consigue acercarse a sus víctimas? - preguntó la inspectora Walker.

-Es frecuente que el asesino o asesina establezca relaciones con cierta facilidad, si bien en general dichas relaciones son superficiales. Suele emplear la alevosía, es decir, la capacidad de generar una situación en la cual manifiesta ese poder sobre la víctima, de superioridad por decirlo de alguna manera y por ello le ataca por la espalda, para que así no opongan resistencia. Observa a sus víctimas, sabe sus horarios, sabe cuándo estarán solos y eso le permite actuar sin ser visto.