Lauren pov
Llegué a casa para cambiarme de ropa y darme una buena ducha. Antes pasé por la cocina por un poco de agua, allí estaba María leyendo un libro.
-Oh Lauren, quieres la cena?- Dijo, dejando el libro a un lado.
-Gracias, no es necesario. Voy a salir-
Ella asintió.
-Y Gavrel?-
-Con Mike en casa del tío Sam, probablemente no lleguen a dormir-
Ella asintió otra vez, ésta vez con una pequeña sonrisa.
-Te quedarás sola otra vez, segura que para ti eso no es problema?-
-No, ya te he dicho que no estaré del todo sola. Lo que más hay aquí es empleados-
-Yo si vendré a dormir, pero llegaré tarde-
Ella hizo un ademán con las manos.
-No te preocupes por mi Lauren, sal y diviértete-
Sonreí. -Saldré más por negocio que por diversión- Le guiñé y subí a mi habitación.
Pensé en si debía llamar primero a Sabrina o ducharme. Opté por la segunda.
Me despedí de María y salí a la entrada de la casa, ahí me estaba esperando uno de mis hombres con el auto listo.
-No es necesario que me lleves, dame las llave yo voy a conducir- Le extendí la mano y él colocó las llaves.
-Si necesita algo solo llámeme-
-Encargate de que para mañana esté listo el jet, voy para Italia-
Él asintió. Sin más subí al auto, hacía mucho tiempo no conducía porque en todo momento alguien lo hacía por mi.
Saqué el celular y la tarjeta que la noche anterior me entregó Sabrina. Marqué su número.
-Hola?- Ella contestó.
-Soy Lauren-
-Estaba ansiosa esperando tu llamada, me alegra que por fin me hayas llamado. Tienes noticias?-
-Si, te llamé para que nos veamos. Puedes ahora?-
-Claro que si!- Dijo con euforia.
-Dónde?-
-Ven a verme al hotel donde me estoy quedando-
Fruncí el ceño aunque ella no pueda verlo.
-Hotel? Y no sería mejor en un lugar más público?-
-No cariño, es mejor en mi habitación de hotel. Los negocios no se andan haciendo en cualquier lugar y lo sabes-
-Envíame la dirección entonces-
-De acuerdo-
Ella colgó la llamada. Esperé por par de segundos su mensaje y me llegó. El hotel no estaba tan lejos y era uno muy prestigioso de la ciudad.
Al llegar al hotel le entregué las llaves del auto al ballet, me dirigí a la recepcionista.
-Hola- Le dije.
Ella levantó la vista del portátil y me sonrió.
-Hola, en qué puedo ayudarte?-
-La habitación 212?-
-Quinto piso a la derecha-
Le agradecí y subí al ascensor. Llegué a la habitación y toqué suavemente la puerta. Ella me abrió, me recibió con una sonrisa coqueta.