Lauren pov
Me miré al espejo por última vez comprobando que mi atuendo estuviera bien.
Muy curioso, antes no solía vestir otra cosa que no fuera t-shirt negro con jeans negro y una chaqueta. Ahora suelo usar mucho trajes, o vestir solo con camisa y pantalón de tela. Y es agradable, me veo bien a decir verdad.
Salí de la habitación mirando la hora, al bajar me encontré con Gavrel tirado en el sofá conversando con su niñera.
-A dónde vas mami?- Preguntó cuando notó mi presencia en la sala.
Le sonreí.
-Daré un paseo con unos amigos-
-Por qué no me llevas?-
-Porque eres muy niño para visitar esos lugares-
-Es un club?-
Él no lo olvidó. Gavrel no olvida nada.
Asentí. -Si, y ahí no entran los hombrecitos como tú-
Justin en ese momento entra a la sala.
-Vamonos Lauren, nos están esperando. Dinah me llamó-
Me despedí de Gavrel y salí con Justin siguiéndome. Entramos al ascensor.
-Dinah te dijo si Camila iba?-
-No, me dijo que ella no tenía deseos de ir-
-Pues lo tendrá-
El ascensor se abrió y ambos salimos. Justin le dedicó un pequeño saludo al hombre de seguridad y salimos del edificio, ya estaba esperando la Cadillac por nosotros, el chófer tenía las puertas abiertas.
-Iré a buscar a Camila, yo los encontraré en el club-
Justin asintió y se adentró al estacionamiento privado de la torre, ahí está estacionada la cadillac que tiempo atrás mi padre le regaló.
Subí al auto y le indiqué la dirección al chófer.
Mi celular comenzó a emitir el típico sonido que anuncia una llamada entrante.
-Si?- Dije.
-Jauregui. Cómo está el calor en Miami?-
-Alek-
-El mismo. Cuándo te tendré de vuelta por aquí? Hay negocios jugosos y te necesito-
-No sé cuándo regreso. Qué negocios me tienes? Espero que no sea con gente mediocre porque sabes que no tolero lidiar con ese tipo de gente-
-En el tiempo que llevamos haciendo negocios, cuándo te he fallado?-
-Dos veces Alek.-
-Pero no fue tan grave por Dios-
-No, no lo fue. Pero se supone que en un negocio la entrega de dinero debe ser lo más rápido posible, por regla el mismo día que se efectúa el negocio. Y adivina, con dos de tus gente tuve que usar la fuerza y esperar mucho tiempo para que me entreguen mi dinero-
-Tienes razón. Pero ésta vez será diferente. Hay personas que quisieran conocerte personalmente para tratar ciertos negocios, así que regresa ya-
-Todo depende- Sin más colgué.
Pocos minutos después el chófer estacionó el auto en la entrada del edificio de Camila. Él cortésmente abrió la puerta por mi y yo bajé del auto. Entré al lobby y tomé asiento en uno de los sofás que habían ahí.
Saqué una caja de cigarrillos del bolsillo de mi chaqueta. Encendí un cigarrillo y marqué el número de Camila.
Ella contestó en el primer tono.